Capítulo 1.

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Los señores Lu pasaron por momentos difíciles cuando, después de dos años de matrimonio, la mujer descubrió que tenía un trastorno hormonal y que no podía tener hijos por esa razón. Sin embargo, un médico les brindó su ayuda y, después de un largo tratamiento, la pareja finalmente había logrado traer al mundo a un pequeño bebé sano. Lo llamaron Han y éste se volvió su adoración desde el primer respiro que le vieron dar.

Seis años después, en una casa pequeña cerca del bosque, la familia Lu disfrutaba de una merienda con galletas de miel y chocolate caliente. El señor estaba sentado en su sillón favorito, contándole una historia a su esposa y a su hijo, disfrutando del momento.

—¿Y qué pasó después, papá? —Preguntó un emocionado niño castaño de piel pálida, apoyando sus codos encima de la mesita de la sala mientras veía a su padre y escuchaba atentamente cada palabra de su anécdota.

—Mis amigos y yo por fin llegamos al centro del bosque —suspiró con cierto aire soñador—. Ah, qué precioso era el lago. La luna llena se reflejaba en el agua, las luciérnagas danzaban en los arbustos que estaban cerca de ahí, la naturaleza cantaba para nosotros, parecía un sitio mágico. En serio, era como estar en un cuento de hadas.

—¿Entraste al lago?

—No exactamente. Sólo me quité las botas y metí los pies —contestó con una sonrisa, recordando a la perfección aquella noche—. El agua estaba fría, pero después de haber caminado tanto entre los árboles, me pareció de lo más agradable. Mis amigos sí se animaron a entrar un poco más y a nadar un rato, yo nunca fui como ellos. Parecía que se la estaban pasando muy bien, así que no les dije nada.

—¡Yo también quiero nadar en el lago!

—No, Lu Han. El lago es hermoso, pero me temo que no es seguro, mucho menos para alguien tan joven como tú —se puso algo serio—. ¿Sabes qué pasó después de que mis amigos salieran del lago? Escuchamos un fuerte aullido que nos dejó con el cuerpo congelado.

El menor soltó un grito ahogado, haciéndose hacia atrás y quedando con la espalda recargada contra el pecho de su madre, quien no hizo más que acariciar suavemente su cabello.

—¿Había un lobo en el bosque? —Preguntó con cierto temor.

—¿Uno? No —negó un par de veces con la cabeza—. Muchos. ¡Y todavía están ahí! El bosque es su hogar.

—¿Qué hicieron cuando escucharon el aullido?

—Bueno, los lobos aúllan por muchas razones; y en esa ocasión, estoy seguro de que ese lobo quiso avisarnos que se encontraba en la cercanía.

—¿Por qué el lobo quería decirles que estaba ahí?

—Para que nos fuéramos —respondió—. Al instante supimos que no éramos bienvenidos en ese lugar —dijo con cierta tristeza—. El aullido era una advertencia, el lobo nos estaba diciendo "¡Váyanse de aquí!", y nosotros tuvimos que obedecer para no meternos en problemas. Agarramos nuestras cosas y salimos corriendo.

—¿Y jamás regresaste al lago después de ese día?

—Jamás.

El hombre estiró su brazo y alcanzó otra de las galletas que estaban encima del plato cerca de Lu Han.

—Pero tal vez las cosas han cambiado, papá. Tal vez ya sea seguro ir al lago.

—No es así, Lu Han.

—¡Pero yo quiero ir!

—Hijo, escúchame bien —le pidió—. No importa qué pase, tú jamás debes ir al centro del bosque. Es muy peligroso. No debes ir, ¿entendido?

El lago en el bosque [HUNHAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora