Capítulo 20.

332 77 41
                                    

Corría con cierta angustia por el bosque, buscando a Se Hun como si su vida dependiera de encontrarlo. Los cazadores se habían ido y ahora tenía la misión de viajar a la ciudad para recuperar a los hijos de Jun Myeon, pero sabía bien que no podía hacerlo él solo, necesitaba la ayuda del pelinegro. Incluso tenía ya un plan en mente.

Se sentía algo inseguro entre tantos árboles, pues aún no conocía cada rincón de memoria, así que temía perderse en aquel enorme lugar, que cayera la noche y que nadie pudiera ayudarlo. Trató de ignorar cualquier pensamiento malo, sabiendo que lo que más necesitaba en esos momentos era ser positivo, y se concentró en lo que debía hacer.

Detuvo sus pasos cuando alcanzó a ver que algo se movía entre unos arbustos. Intentando recuperar el ritmo regular de su respiración, se acercó hasta aquellas plantas.

—¿Se Hun? ¿Eres tú? —Preguntó esperanzado, moviendo las hojas para encontrarse con un pequeño cachorro que no dejaba de temblar—. Oh, cielos...

Sintió una fuerte presión en su pecho al ver la mirada llena de temor del lobezno. Acercó sus manos con lentitud y mucho cuidado, haciendo todo lo posible por no asustar más al indefenso animalito hasta que pudo sujetarlo. No le sorprendió ni un poco que el lobo comenzara a moverse con algo de desesperación e incluso a tratar de soltarle una mordida para recuperar su libertad.

—Shh... No, no, tranquilo —el castaño le habló con voz suave—. No te haré daño, no soy un cazador. Puedes confiar en mí, pequeño, ¿de acuerdo?

Lu Han cargó al hijo de Jun Myeon y siguió con su camino, llevando al cachorro pegado contra su pecho mientras le acariciaba la cabeza suavemente y le decía cosas como que todo estaría bien y que sin duda alguna rescatarían a sus hermanitos.

Después de varios minutos caminando sin parar, el chico por fin encontró a Se Hun. Estaba acostado junto a un árbol muy alto, en su forma animal, con los ojos cerrados y un pulso casi imperceptible.

El lobezno pareció alegrarse mucho al ver a Se Hun. Tan pronto como Lu Han lo dejó de nuevo en el suelo, corrió hacia él y mordisqueó una de sus orejas, queriendo despertarlo.

También él se acercó, arrodillándose junto al gran lobo negro y acariciando su lomo un par de veces, pensando con tristeza que los cazadores en verdad habían ganado en esa ocasión.

—Los estúpidos sedantes lo dejaron así —comentó, viendo que el lobo más pequeño no dejaba de esforzarse por hacer reaccionar a Se Hun—. Se supone que no falta mucho para que pase el efecto, pero ni siquiera eso me tiene tranquilo —confesó tras dejar salir un suspiro, agachando la mirada.

No pasaron ni tres minutos cuando Se Hun ya estaba moviéndose otra vez, muy lentamente, abriendo sus ojos y tratando de estirar sus patas sin sentir que un montón de hormigas caminaban encima de éstas. Soltó un leve gruñido al momento de lograr alzar un poco su cabeza y luego volteó a ver a Lu Han, lo cual fue bueno, pues sentía que sólo él podía darle la paz que necesitaba en un momento así.

—¿Cómo te sientes? —Acarició la cabeza del can.

Tal vez no era la mejor de las preguntas que podía hacer, pero el castaño estaba tan preocupado por su amigo que aquellas palabras simplemente habían abandonado su boca sin antes ser pensadas.

Se Hun adoptó su forma humana, logrando abrir sus ojos un poco más. El cachorro de Jun Myeon emitió un curioso sonido que parecía mostrar molestia, pero el pelinegro lo ignoró y enfocó su mirada en el más bajo, acostumbrándose lentamente a la poca luz natural que todavía los rodeaba.

—Agh... —Cada movimiento, por más leve que fuera, le causaba un fuerte dolor—. Ayúdame, Lu Han... —Alcanzó a pedir—. ¡Agh! ¡Quítame esa cosa! —Giró un poco su cabeza, viendo hacia sus costillas. Tenía un dardo encajado en el lado izquierdo.

Por primera vez, Lu Han no mostró nerviosismo ni vergüenza por que Se Hun estuviera desnudo. Se concentró únicamente en deshacerse del dardo para aliviar su dolor y lo ayudó a sentarse.

—¿Mejor?

—Sí, gracias.

—¿Sabes en dónde están los demás? —Le preguntó después.

—No, ni idea —suspiró—. ¿Los cazadores aún están en el bosque?

—No, ya se fueron —sintió un nudo formándose en su garganta—. Yo los vi. Se llevaron a dos cachorros...

—Esos malditos humanos... Jun Myeon los matará si vuelve a verlos por aquí, te lo aseguro.

—Sé a dónde se los llevaron, así que podemos ir a salvarlos.

—¿En serio?

Lu Han asintió y le contó su plan al más alto, sonriendo sólo un poco al ver que el pequeño lobezno que los acompañaba en esos momentos se subía a sus rodillas y comenzaba a olfatearlo.

La idea que el castaño tenía era prácticamente un secuestro, aunque él prefería ponerle el nombre de "rescate". Ir a la ciudad, entrar al zoológico y tomar a los cachorros para después huir con ellos era bastante arriesgado, pero no había otra opción. Después de todo, los cazadores no iban a devolver a los animales sólo por que alguien se los pidiera.

Se Hun veía algunas fallas en el plan del contrario, pero estaba dispuesto a ayudarlo a pesar de todo. Los hijos de Jun Myeon también eran su familia, no podían abandonarlos, menos al estar seguros de dónde se encontraban.

—Nos iremos en una hora, más o menos —avisó Lu Han—. ¿Puedes levantarte y caminar normalmente?

—Sí, creo que sí.

—Perfecto —dijo a la vez que dejaba al cachorro a un lado—. Vístete, encuentra a Jun Myeon para hacerle saber que salvaremos a sus hijos y búscame en mi casa cuando estés listo.

Cuando los padres de Lu Han se fueron a dormir, el menor sólo tuvo que tomar la gran mochila que había preparado silenciosamente en su habitación y salir de la vivienda tan rápido como pudiera para esperar a Se Hun. No faltaba mucho para que pasara el último autobús del día, pero confiaba en que llegarían a la parada justo a tiempo.

El pelinegro apareció un par de minutos después, usando la camiseta gris y el pantalón azul que Lu Han le había regalado, listo para seguir a aquel chico en cada paso de su plan.

—Esto saldrá bien, ¿verdad? —Cuestionó el más alto mientras caminaba junto al castaño.

—Tengo un buen presentimiento...

Tuvieron que correr un poco para alcanzar a subir al autobús, pero lo lograron y así pudieron dar inicio a su importante misión.

Continuará.

.............................

¡LOBITOS! ❤

Ya extrañaba estar por aquí ~

¿Cómo están? Yo estoy muy feliz, el concierto de GOT7 estuvo increíble y me divertí un montón. Tuve la mala suerte de enfermarme una semana antes del evento, pero unas buenas inyecciones me ayudaron a recuperarme justo a tiempo, así que todo salió bien.

Ya regresé a mi casita y aproveché el rato de calma para actualizar este fanfic. Espero que les haya gustado este nuevo capítulo.

¿Creen que Se Hun y Lu Han tendrán éxito?

¡Hasta la próxima!

El lago en el bosque [HUNHAN]Where stories live. Discover now