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[Hyunjin]

Lamento haberle gritado así a Jeongin, pero no sabía cómo desquitarme de él.

No estaba enojado con el niño de casi 18 años, no. Sino que me hartaba que se pusiera pesado y demás cosas. No estoy con él para andar besando, abrazando o incluso tener que jugar con su perro.

Ahora mismo estoy en mi Bugatti Chiron viajando hacia la oficina de mi jefe, Taeyong.

Me llamó para que vaya a su casa, donde tenía su oficina, solo para hablar del tema de Jeongin. Sinceramente, no quería lastimar al pequeño, no quería que sufriera por culpa de mi jefe, pero no podía hacer nada una vez que comencé.

La idea de Taeyong no era matarlo, en realidad, no sabía exactamente qué haría. Me daba una idea de lo que podría hacerle a Jeongin, pero me restó importancia como todo lo que tenga que ver del menor. Hay una sola cosa que me importa y es mi trabajo.

Mi familia me abandonó con Ten y Taeyong, así que prácticamente son como mis padres. Ellos me han cuidado excelente, me dieron todo lo justo y lo necesario, no podía pedir más. Me enseñaron su oficio, no me interesó mucho el tema de las mafias y demás, pero una vez que entré en el mafioso mundo de Lee Taeyong, no me arrepentí. Necesitaría un descanso, desde los 15 años que no me tomo vacaciones por tener que matar gente o robar bancos, o incluso llevarle personas a mi jefe para que las torture, no quería que eso pase con Jeongin pero bueno.

Después de 20 minutos de viaje, llegué a mi destino. La casa de mis "padres" no era mía, solo me quedaba durmiendo un par de días y luego me iba a mi villa. Me pagaban excelente e incluso mi casa, o mansión, era más grande que la de Ten y Taeyong.

– ¿Hola?– Pregunté en forma de saludo una vez pasé a través de la puerta de vidrio.

– ¡Hola, mi pequeño!– Apareció Ten por una de las puertas, con su bella sonrisa y los brazos abiertos. Él era mi gran amigo y un excelente apoyo, amaba llamarlo "papá" porque él me repetía una y otra vez que amaba que le diga así.– ¿Cómo está el más bello de la casa?

– Bien, papá– Reí mientras abrazaba al mayor.– ¿Y papá? O jefe, no sé en qué horario estoy.

– Está en su oficina, te está esperando y puedes llamarlo papá– Dicho eso, Ten salió de la sala donde estaba la entrada para poder hacer sus trabajos, no sin antes darme un beso en la mejilla.

Estuve caminando un rato por la enorme mansión de mis "padres", hasta que decidí golpear la puerta de la oficina de mi jefe-padre, cuando escuché un "adelante" entré.

– Hola, pa... jefe– Ojalá pudiese tratarlo como padre todo el tiempo, pero después de todo lo que me enseñó y debido a que trabajo para él, tenía que tratarlo como mi jefe.

– Hola, hijo– Dijo él, me sorprendió que me llame así, nunca lo hacía.– Siéntate.

– ¿Qué necesitas?– Me senté en el gran sofá que había frente a su escritorio lleno de papeles.

– ¿Tienes a el chico?

– Sí, algo así.

– Tráemelo mañana por la noche.

– ¡¿Mañana?!– Me levanté alterado, pero me di cuenta que exageré un poco y volví a sentarme.– Lo siento, me tomó por sorpresa.

– ¿Sorpresa?– Se paró Taeyong a inspeccionarme– ¿No te habrás encariñado con el niño, o sí?– Negué rápidamente con la cabeza, no sabía bien, pero sabía que no debía encariñarme– Sabés que la primera regla de ser mafioso es no...–

– No encariñarme con ninguna víctima– Termine la oración, la sabía tan bien porque estuve aturdido con las mismas palabras cada día de mi vida.

– Bien, mi pequeño.– Acarició mi cabeza para regalarme una de sus hermosas sonrisas.

– ¿Padre?– Pregunté, queriendo preguntarle algo seriamente y sin tantas vueltas.

– ¿Sí?– Dijo sentándose en su silla, volviendo a ponerse los anteojos mientras estaba firmando papeles interminables.

– ¿Qué van a hacer con él?– Taeyong al oír eso, dejó de escribir, sacándose los lentes para prestar atención a lo que yo preguntaba.

– No creo que quieras saberlo.

– Sí, sí quiero y por eso te estoy preguntando.

– Solamente, tu padre y yo queremos algo de él.

– ¿Qué?

– Mucha información por hoy, gracias hijo por venir a verme, te quiero mucho, cuídate, besitos– Me estaba diciendo eso rápidamente mientras me empujaba levemente para que salga de su oficina.

– ¡Tú me llamaste!– Grité mientras golpeaba la puerta.

Tuve que irme, no sin antes decirle algo a Ten.

– ¿Padre?– Puso toda la atención sobre mí, suspiré y solté las palabras.– No le hagan daño a Jeongin.

Corrí hacia mi auto y di marcha, tenía que disculparme con el pequeño primero.

I Want You [Hyunin] EN EDICIÓNWhere stories live. Discover now