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[Hyunjin]

– ¿Estás seguro de esto?– Pregunté, mientras tomaba su mano.

Íbamos directo al cementerio para visitar a nuestro padre. No estaba seguro de hacer eso, no por mí, sino que por él. En menos de una semana conoció de la peor manera a Taeyong, aunque no fue su culpa en absoluto, ni tampoco de su madre, sino que de su padre. Quien lo maltrató a más no poder, solo por venganza.

– Sí, lo estoy.– Aseguró mi pequeño, apretando el agarre de mi mano.

Hace dos semanas me perdonó, y a partir de su cumpleaños no me separé de él. Me pidió que me quedé todos los días con él, por miedo a que algún guardaespaldas de Taeyong siga vivo y le haga algo.

Se apegó demasiado a Ten, quién ahora lo trata como un hijo y... ¿yerno? Aún no le pedí a Jeongin para que sea mi novio adecuadamente, debería hacerlo en cuanto su confianza en mí vuelva.

Ten rehizo su vida, tiene un nuevo novio, Johnny Seo, es muy agradable. Me pone muy bien que mi padre esté feliz junto a ese chico y esté mostrando su hermosa sonrisa todos los días, como lo hacía cuando era pequeño, cuando Taeyong no le arruinaba el día.

Johnny es extranjero, me da risa burlarme de él cuando le digo algún insulto y no lo entiende, aunque mi padre me golpea para que no me burle, lo hago igual. Me gusta mucho ese tipo, hace feliz a Ten y eso es lo que importa.

La madre de mi pequeño, ¿qué es de su vida? Bien, le pone dinero en la tarjeta de Jeongin y lo llama cada vez que se le da la gana. Gracias a nuestro amigo, Zhengting, sabemos que la señora Yang está en China por el señor Zhu, su nuevo novio.

Nuestros amigos están de gira con sus grupos, o de viajes familiares. Así que nos quedamos completamente solos... con Ten y Johnny.

Entramos al cementerio, pasando por varias lápidas, algunas coloridas y con muchas flores y otras abandonadas con fotos humedecidas y viejas.

En la lápida de Taeyong habían muchas flores, cartas de amor y otras de odio y deseándole lo peor del mundo. Es entendible.

Jeongin se arrodilló y comenzó a quitar la mugre de la tierra, las plantas secas, las cartas de odio las dejaba a un lado, caminaba de aquí para allá con una jarra de agua para regar las flores. ¿Por qué hacía eso? Él fue quien casi le quitó la vida.

– ¿Bebé?– Le toqué el hombro para que me preste atención, escuché un "¿mh?" pero no giró a verme.– ¿Por qué haces esto?– Noté que se tensó al preguntarle eso, pero necesitaba saber.

– ¿Sabes, hyung?– Se paró y me abrazó de repente.– No puedo ignorar a mi padre solo porque trató de matarme, o me disparó, o me dejó en coma, o me torturó o hasta intentó quitarme los brackets con una pinza.– Tomó aire y siguió– Es mi padre, no puedo dejarlo así porque sí, tengo que visitarlo y, ahora que lo pienso, hablar con mi madre sobre él.

– Mi pequeño, tienes un corazón muy bondadoso– Le acaricié la cabeza y me soltó.

– Tú también deberías perdonarlo, después de todo es tu padre también.

– No puedo perdonar fácilmente a alguien que casi me quita algo que amo.

– ¿Ten?

– No, tú.

I Want You [Hyunin] EN EDICIÓNWhere stories live. Discover now