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[Hyunjin]

Hace dos días no veo a Jeongin, su teléfono está apagado y no está en su casa. Su madre, por supuesto, no sabe nada.

La gente piensa que no tengo contactos, que soy un pequeño niño que no tiene apoyo en nada, pero no es así.

Estoy yendo a la casa de uno de mis amigos, quien puede rastrear teléfonos sin problema alguno.

Toqué el timbre de la casa y me abrió la puerta.

– Hola, Hyunjin, pasa– Se hizo a un lado para que pueda entrar y cerró la puerta detrás suyo.

– Hola, Minho– Lo saludé con la mano y lo seguí hasta una sala donde estaba llena de máquinas y computadoras.

– Bien, tienes que decirme cuándo desapareció, la marca de su teléfono y su número.

Al darle todos los datos, comenzó a teclear cosas rápidamente y aparecieron números y letras, los cuales no entendí pero miraba a Woojin como si mi vida dependiera de ello, y así era.

– Está en el hotel abandonado, Kwak Gun– Se recostó sobre su silla, se cruzó de brazos y me miró.

– Y eso queda en...– Esperaba a que me respondiera algo, pero por lo visto ni él sabía dónde quedaba, así que comenzó a buscar fotos del lugar y era el colmo.

¿Cómo Jeongin iba a estar secuestrado en el mismo lugar en donde anteriormente lo secuestraron? No es Yang Jeongin si no lo secuestran.

Le agradecí a Woojin y me fui de su casa, para comenzar a manejar en mi auto para buscar a mi pequeño, pero mi teléfono sonó y era una llamada entrante de un número privado.

– ¿Hola?– Hablé a través de la línea.

– Tienes diez minutos para traerme 15 millones de wons, o juro que tu pequeño se muere, ¿comprendes, Hwang Hyunjin?– Esa voz era más que reconocible, la escuché durante tres largas semanas.

– Jimin...–

– O la traes, o lo mato, ¡besitos, mil besitos!– Dijo con una voz chillona.

Claro que, no iba a llevarle el dinero, porque esa chica es demasiado inútil como para ser parte de una mafia o para saber cómo agarrar un arma.

Fui directamente al lugar donde murió Taeyong, donde me dispararon, donde secuestraron a Jeongin... por primera vez.

Sé ese lugar de memoria, tres salas, todo destruido, sangre que dejamos la vez pasada, armas que sin querer olvidamos, todo estaba en su lugar. Entré dando un portazo que pudo escucharlo hasta mi difunto padre.

Jeongin estaba ileso, lleno de lágrimas en su rostro y con una navaja en su cuello, claro que Jimin estaba detrás suyo agarrando su cuerpo y la navaja con una de sus manos.

– ¿Y el dinero?– Preguntó.

– Bien, gracias, ¿podrías soltarlo?– Saqué mi arma del bolsillo de mi campera y apunté a la cabeza de Park.

– ¿No te pedí el dinero o lo mataba?– Apretó más el agarre del cuchillo a su cuello.

– ¿Por qué haces esto?– Habló mi pequeño, con su voz algo rota– Eres mi mejor amiga de toda la vida, por favor, déjame.

– ¿No sabías nada?– A la pelinaranja se le cayeron un par de lágrimas mientras hablaba.

– ¿Saber qué?

– Que mataste a mi padre, hermanito.

Apenas la escuché, noté que su vista se nublaba por las lágrimas, aproveché y le disparé en la rodilla, haciendo que grite del dolor y caiga.

Jeongin rápidamente vino corriendo hacia mí, abrazándome y sollozando por lo bajo.

Claramente, dejé a Jimin dentro de la sala donde muchas vidas se perdieron, como la de mi padre y sus guardaespaldas y cerré la puerta con llave, ignorando los gritos de la mujer dentro.

– Hyung, no podemos dejarla– Trató de correr hasta donde estaba Park pero lo paré, metiéndolo al auto con un poco de fuerza. Le abroché el cinturón y me senté en el asiento del conductor.

– Escúchame, esa chica quiso matarte y quitarme dinero, es hija de Taeyong y no puedes confiar en nadie que venga de ese tipo, aunque murió, las perdonas alrededor suyo siguen vivas y en algún momento de tu vida van a volver a seguirte, pero voy a permitirlo ya que pienso estar contigo toda la vida.– Me acerqué y lo besé.

– Hyung...–

– Jeongin, te amo.

I Want You [Hyunin] EN EDICIÓNWhere stories live. Discover now