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[Hyunjin]

Jeongin despertó antes que yo, tomando mi celular y leyendo los mensajes que mi padre me envió, diciendo que tenía secuestrar al pequeño lo antes posible, y eso lo leyó Jeongin. Desperté y lo único que escuché fueron los sollozos de Yang, hecho una bolita en los pies de la cama donde dormimos juntos la noche anterior.

– ¿Bebé?– Pregunté, me acerqué para acariciarle el cabello, tal y como a él le gusta, pero se alejó bruscamente.

– ¿Planteabas secuestrarme?– Preguntó, girando la cabeza para mirarme con los ojos llenos de lágrimas.– ¡Contesta!– Gritó al ver que no daba señales de una respuesta coherente más que balbuceos.

– Lo siento.– Fue lo único que dije, y ahí es donde la puerta de la habitación de Jeongin se abrió rápidamente dejando ver a muchos de los guardaespaldas de mi padre mientras tomaban a Jeongin por detrás para llevárselo a quién sabe dónde.

– Muy bien hecho, hijo.– Se acercó Taeyong a acariciarme la cabeza y secar las lágrimas que inconscientemente dejé caer.– ¿Por qué lloras? No vas a verlo más y no vas a tener que aguantar sus niñerías.

– Porque lo amo.

Desperté con un dolor de cabeza horrible, sentí que por mis mejillas bajaban gotas de agua que llegaban hasta mi boca, eran saladas. ¿Lágrimas? ¿Alguien puede llorar por un sueño? ¿Y por qué dije que lo amaba si no era así?

Jeongin no era más que un trabajo, no era más que un deber que me mando mi padre. ¿Verdad?

Cuando me senté en la cama me di cuenta que el pequeño no estaba al lado mío, mi celular sonaba sucesivamente, mensaje tras mensaje. Vi que mi celular no estaba bajo la amohada que usé, sino en la mesa de luz que estaba del otro lado de la cama, en la parte donde Jeongin dormía. Estiré mi brazo para agarrarlo y ver quién me mandaba millones de mensajes.

Desconocido:
Dije que no traigas a Jeongin hoy, pero debes hacerlo. El plan dió un giro inesperado y lo necesitamos ya mismo, no puedo prometerte lo que me dijiste, lo siento.

Ese mensaje estaba abierto y no recuerdo haberlo leído la noche anterior. Sin darle mucha importancia, aunque el mensaje era demasiado importante, seguí leyendo los demás.

Desconocido:
Hyunjin, ¿me estás ignorando?

¡HYUNJIN, TE ESTOY HABLANDO!

¡Es momento de que traigas a Jeongin!

¿No vas a hacerlo? ¿Quieres que vaya yo mismo?

Hwang Hyunjin, te estoy mandando mensajes desde hace seis horas

Ya pasaron ocho horas, es momento de que vaya yo mismo a buscar a ese niño

Al leer el último mensaje salí de un salto de la cama para ir a cada habitación de la casa para buscar a Jeongin. Mi padre no sería capaz de entrar a su casa, ¿o sí?

Me asusté demasiado cuando no vi al niño por ningún lado, fui a los tres baños de la casa, la sala principal, las tres habitaciones, el patio, la cocina, la sala de juegos, la habitación de Jinjin (sí, el perro tiene su propia habitación), busqué en todas partes y no había rastros de él. Corrí hacia la habitación de Jeongin para tomar mi celular y mandar un mensaje con desesperación.

Hyunjin:
¿Dónde está?

Esperé unos segundos, los cuales eran eternos, por una respuesta la cual llegó un minuto después.

I Want You [Hyunin] EN EDICIÓNWhere stories live. Discover now