4. Pollalini alfredo

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4. Pollalini alfredo

"¿Así qué lo hiciste?", Devon preguntó de repente haciendo gemir a Michael.

Después de que Michael había pasado la noche en el apartamento de Charlie, sin hacerse nada más que caricias y ver películas, tuvo que correr de vuelta a su casa en poco tiempo para prepararse para otro día de terapia. Él realmente odiaba esta »terapia de cinco días a la semana durante dos meses«. Mierda, porque era muy fácil simplemente dejar de tener sexo, que no veía por qué requería de dos meses de terapia en grupo.

"¿Qué quieres decir con lo hiciste?", preguntó.

Ella movió las cejas hacia. "Ya sabes, ¿pusiste tu pollalini alfredo en su cuenco de pasta?"

Michael casi se atragantó con su propia saliva al oír las palabras salir de su boca. "¿Disculpa?"

Devon puso los ojos en blanco, echándose hacía atrás en su silla. "Por dios, ¿te la follaste Clifford?"

"No, ¡por supuesto que no! Es por eso que estoy en terapia, ¿no es así?"

Se inclinó cerca de su oído, y él se apartó de la sensación de su cálido aliento abanicando su cara. "Si, pero algunos hábitos son solo difíciles de romper."

Justo en ese momento, Tom llamó la atención sobre el grupo. Siguieron la misma rutina que el día anterior, a excepción de Michael que era cuidadoso con lo que decía para no provocar una pelea con Devon.

"Hola, soy Michael tengo dieciocho, y soy un adicto al sexo."

"Más como adicto a la única chica con la que se puede echar un polvo", Devon susurró a Luke, que estaba al otro lado de ella. Él se rió, pero tosió rápidamente en un pobre intento de encubrirlo.

La cabeza de Michael se dirigió a ellos, dándole a los dos una mirada de muerte. "Más que eso, Michael. ¿Qué te motiva?", inquirió Tom.

"Yo, yo la amo", respondió Michael, bajando la cabeza. Él sabía que los demás se reían de él, pero era sorprendente que nadie -ni siquiera Devon-, dijo nada.

"Aveces hay otras maneras de expresar su amor, tal vez tu podrías llevarla en las fechas importantes..."

"Pero quiero demostrarle que la amo", Michael interrumpió. "Quiero demostrarle que solo va a ser ella. Sólo ella."

Tom abrió la boca para hablar, pero la cerró inmediatamente después. En vez de eso, siguió adelante y la curiosidad de lo que él iba a decir, creció.

Después de la terapia, Michael no quería hablar con nadie. Quería estar a solas con sus pensamientos, y pensar acerca de su motivación. Quería tener relaciones sexuales con Charlie porque la amaba, ¿no? Había escapado hacia el balcón fuera de la sala de terapia, que daba a un pequeño jardín plantado detrás del edificio. Nadie se dio cuenta que se había ido a excepción de una persona.

"¿Qué se siente?", preguntó ella, viniendo detrás de Michael sorprendiéndolo.

"Jesucristo, me has asustado", Michael puso una mano sobre su corazón, tratando de calmarse.

Devon puso sus ojos en blanco y Michael se preguntó si sus ojos nunca se quedaban tascados así porque ella siempre lo hacia.

"¿Qué se siente?", repitió.

"Es lo mismo que dijiste antes. Poner pollalini alfredo en el tazón de pasta. Porque estoy bastante segura que tu sabes muy bien lo que sé siete."

"Descarado", comentó Devon, encogiéndose de hombros. "Quiero decir, ¿qué se siente estar enamorado?"

Michael fue cauteloso con su respuesta, preguntándose por qué Devon quería saber acerca de una cosa tan ridícula. "Bien", comenzó, frunciendo los labios, "es como cuando estas tratando de escribir un poema. Tu piensas en todas esas formas de expresar una sola idea, pero te aburres y arrugas el papel después de darte cuenta que no hay palabras para describir lo que sientes. Es casi imposible. Frustrante. Es mucho tiempo, y sin embargo, al final del día, te das cuenta que todo valió la pena porque se te ocurrió un hermoso poema. Eso es amor.l

Devon aspiró una respiración corta, apoyando los brazos en la barandilla junto a él. "Nunca he estado enamorada, pero yo he sido amada antes."

"¿Qué pasó?", A Michael le pareció un milagro que Devon no se haya reído de él o de haber sido el objeto de burlas por sus sentimientos de amor. Tal vez, ella había tenido un trasplante de corazón.

Suspiró e inclinó la cabeza hacia abajo, y Michael no sabía si era de tristeza o vergüenza.

"Todo comenzó cuando yo estaba en Florida..."

EDITADO

sex addicts || M.C «español»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora