8. Washington.

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8. Washington.

Cuando Devon despertó la mañana siguiente, su corazón se cayó mientras observaba el lugar vacío de la cama a un lado de ella. Las sábanas todavía estaban arrugadas por la presencia evidente de alguien allí hace un rato atrás.

Los recuerdos de la noche anterior llegaron. Ella se sentía un tanto mareada y molesta por lo que había sucedido. Ella trató de procesar a través de su cuenta que Michael nunca sería suyo. Él tenia una novia que amaba, y aunque ella no entendía realmente el amor, sabia lo suficiente para que su corazón no fuese fácilmente desgarrado por alguien que le gusta.

Pero Devon no podía entender lo que estaba sintiendo. Probablemente solo sentía un pequeño flechazo de segundo grado, ¿no? Seguro, ella pensó, Michael es caliente, divertido y un excelente besador, pero no era amor.

Sin embargo, hubieron unas pequeñas cosas acerca de Michael que Devon se dio cuenta que podría ser amor; como la forma en la que la esquina de sus ojos se arrugan cuando él ríe, o la forma en la que su frente siempre se arruga cuando él está preocupado o confundido. Esas eran las pequeñas cosas que ella había reunido en las últimas semanas que hicieron que ella se enamorara locamente como los chicos solían enamorarse de ella, y ella solía detestar.

Corrió al cuarto de baño para buscar la píldora que había estado buscando, preguntándose por qué no se la había tomado la noche anterior.

La píldora del día después, por si acaso.

Después de un largo suspiro, Devon apoyó la frente contra el espejo de su baño, pensando en cómo reaccionaria Michael si alguna vez le dice lo que siente.

Mientras tanto, Michael estaba en casa de Charlie, respirando profundamente para tratar de calmarse. Cuando se había levantado sorprendentemente temprano esa mañana, leyó el texto que Charlie le envió diciendo »debes venir lo antes posible, es super importante« y decidió dejar a Devon mientras ella estaba durmiendo porque él no tenia corazón como para despertarla. Ademas, se veía como un ángel cuando dormía, y Michael no quería arruinar esa bonita imagen.

Él, al igual que Devon, estaba completamente confundido con lo que estaba sintiendo. Era amor, ¿o era solo otro estúpido flechazo? Eso es lo que pensaba mientras hizo su viaje hasta aquí y llegó a la conclusión que sería igualmente feliz estando con Charlie o Devon, y eso sonaba como un gran idiota. Michael amaba a Charlie, pero también amaba a Devon.

Charlie estaba en la puerta, empujando a Michael al interior. "Cariño, a que no sabes lo que me dijo mi padre", le dijo con una voz llena de pánico. "Llamó mientras venía desde Washington y me dijo que mi mamá está muy enferma y qué...", se interrumpió, mirando hacia abajo sus pies.

"¿Y qué?", Michael instó, metiendo un mechón de pelo detrás de su oreja.

Algunas lágrimas escapaban de sus ojos. "Michael, regresaré a Washington."

En ese momento, Michael sintió que su mundo se paralizó, así de cliché como sonaba. Cuando Charlie se trasladó a la ciudad de Nueva York hace poco mas de un año, de inmediato sintió una atracción hacia ella. Ella había sido la pieza que faltaba en su vida, la única cosa que lo mantenía cuerdo y ahora ella lo iba a dejar.

"Amor, háblame", Charlie se desesperó, cuando no halló respuesta alguna por parte de Michael. "Todavía podemos hacer que esto funcione, nunca he estado en una relación de larga distancia antes, pero estoy segura de que podríamos hacer skype y mensajear nos todo el tiempo, y yo podría venir a visitarte en vacaciones y..."

"No", Michael interrumpió, sorprendiéndose incluso a sí mismo. "No creo que eso vaya a funcionar", él era una de las personas de amar a contacto. No siempre sexual, pero algo tan simple como abrazos de osos y pequeños besos. Él sabía que con Charlie lejos, anhelaría el contacto de otra persona, y no importaría lo mucho que la amaba. Tener una relación a larga distancia no sería bueno para ninguno de los dos, y ambos lo sabían.

En cierto modo, Michael no era del todo infeliz. La abrumadora culpabilidad de engañarla se había clavado en su pecho. Amaba a Charlie, pero también amaba a Devon de una manera completamente diferente. Tan egoísta como sonaba, una pequeña parte de Michael se alegraba de que Charlie se fuese lejos, por lo que la culpa no lo comería vivo.

"¿Estas seguro?", Charlie susurró mientras una corriente de lágrimas caía por su rostro.

Michael asintió. "Correcto", respondió él, tirando de ella en un fuerte abrazo.

EDITADO

sex addicts || M.C «español»Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ