19. Lanzando calcetines.

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19. Lanzando calcetines.

Era cerca de la medianoche cuando se oyeron unos golpecitos suaves en la ventana de Devon.

Siempre había sido de sueño ligero y aparte, ella sufría de insomnio constantemente por la noche. Cuando oyó el ruido en su ventana, sus ojos se abrieron de golpe y se incorporó rápidamente.

Devon escaneó su habitación en busca de un arma para usar en caso de que esa persona que llamaba fuera un ladrón o muy posiblemente un violador asesino. Se encontró con un viejo trofeo de fútbol -el mismo que Michael había señalado, por coincidencia- y lo agarró por la plataforma.

Acechando sigilosamente la ventana, ella se asomó, solo para no ver nada. Su nuca otra opción era abrir la ventana y enfrentarse a una posible muerte.

Devon abrió la ventana en un movimiento rápido, mirando hacia el suelo. Estaba dispuesta a tirar el trofeo a quien sea que tratara de entrar en su casa, pero solo encontró la silueta de alguien.

-¿Quién eres y qué quieres? -ella gritó-susurró, sin soltar el trofeo con los nudillos ya blancos.

Lo que ella no podía ver, era que esa persona estaba rodando sus ojos. -Soy Michael, idiota. ¿Puedo ir arriba?

Dejó caer el trofeo con incredulidad. -Michael, ¿qué diablos estás haciendo aquí? Y, ¿por qué estabas tirando piedras a mi ventana a medianoche?

-Bien -comenzó a trepar por el árbol que estaba detrás del edificio de apartamentos-. En primer lugar, eran calcetines. Yo no quería tirar piedras porque dañarían la ventana y no estoy dispuesto a pagar por ello.

Devon puso los ojos blanco mientras ayudaba a Michael entrar a la habitación. -¿Por qué no pudiste llamar a mi puerta como una persona normal?

-Yo estaba tratando de ser un puto romántico, ¿de acuerdo? -Michael espetó, a pesar de que había una amplia sonrisa en su rostro.

Ella negó con la cabeza lentamente y sonrió. -Eres ridículo, Michael Gordon Clifford.

-No tan ridículo como te ves sin ropa, Devon Michelle Peterson. En la manera más amable y más romántica posible, por supuesto -dijo la última parte con rapidez, tratando de cubrir sus pistas.

-Muy romántico -Devon río, tomando sus manos entre las suyas-. ¿Qué tenías que decirme que tiraste calcetines a mi ventana y escalaste un árbol?

Michael se encogió de hombros, se acostó en su cama y tiró de ella hacia abajo para caer encima de él. -Sólo para decirte que creo que te ves hermosa esta noche -dijo tiernamente, pero haciéndola sonrojar notablemente.

-Eres hermoso también -respondió frunciendo las cejas-. Salió mal, ¿no?

-No, no en absoluto. Yo soy muy hermoso -fingió voltear su cabello eso de su hombro, haciendo que Devon se riera. A medida que el silencio se hacía presente de nuevo, Michael miró los ojos color azul océano de Devon-. Pero lo que yo realmente vine fue para hacer esto.

Michael besando era diferente a cualquier otro beso que Devon había dado -y confía en mi, que había tenido una gran cantidad de ellos-. Mientras que los otros besos habían sido con lujuria, Michael besaba con pasión. Se imaginaba que las relaciones sexuales con él serían de la misma manera -otros follaban por los gritos mientras Michael follaba por mutismo.

Él se inclinó y tocó sus labios con los de ella, suavemente al principio, luego con creciente urgencia. Todos sus besos eran lentos y significativos, era algo exótico pero extrañamente agradable para Devon. Pero ambos sabían que no sucedería nada más esta noche.

En cambio, continuaron besándose, riéndose y abrazándose hasta que se emborracharon de insomnio. -¿Tú crees que lo que la gitana dijo es real? -Devon murmuró contra el pecho de Michael, sintiendo su pecho subir y bajar.

-No lo se -respondió con sinceridad.

-¿Y me vas a dejar sola en la apaña como lo hiciste la última vez? -ella trató de decirlo en forma de broma, pero quedó en un tono mucho más grave.

Honestamente, Michael planeaba salir tan pronto como se quedará dormida o despertar temprano en la mañana para largarse a casa. Pero ahora que él vio lo mucho que su novia quería que fuera el primero en ver al despertar en la mañana, había cambiado de opinión. -No, yo estaré aquí para siempre.

Michael envolvió un brazo protector alrededor de Devon, que sonrió y cayó en un profundo sueño por primera vez en mucho tiempo.

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CHIKIS, EL PRÓXIMO CAPÍTULO ES BUENÍSIMO 👌. VENDRÁ SOBRECARGADO CON UN TEMA DE CALUM :-).

sex addicts || M.C «español»Where stories live. Discover now