cap. 1.5

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Salí a dar una vuelta después de mi primera sesión de grabación en San Fransokyo creí que no llamaría la atención en aquella ciudad, desafortunadamente me equivoqué.

Antes de darme cuenta ya estaba firmando autógrafos a un montón de personas.

Lo único que atiné hacer fue enviarle una señal de emergencia a mi chófer por el celular.

Repentinamente sentí una mirada muy pesada sobre mí, estoy acostumbrado a que me miren, pero se sintió completamente diferente, volteé en todas direcciones en busca de esa persona sin dejar de firmar las hojas que me daban (Si firme un acta de matrimonio o algo así ya me enteraré mañana) sólo me importaba encontrar esos ojos.

En la esquina de la calle había un tipo de una pinta extraña viéndome fijo y supe que era él, seguí buscando por si acaso, pero nadie más me miraba del mismo modo, él sólo estaba ahí con la vista fija en mí, cada vez que volteé en su dirección era lo mismo.

Se vestía formalmente, su pelo estaba alborotado y se veía muy joven, me resultaba familiar.

Que yo sepa sólo hay una persona en el mundo que luciría así.

Lo quedé viendo fijo mientras las personas a mi alrededor se dispersaban supuse que igual se marcharía cuando por fin agachó la vista, pero yo a un quería confirmar mis sospechas.

Una colegiala me extendió su libreta le pedí una hoja y ésta accedió, arranqué la hoja lo más rápido que pude y le devolví la libreta con mi firma, busqué un plumón que tenía en el bolsillo y comencé a apartar a los demás para acercarme a él

- Con permiso – dije apartando a las personas.

La gente murmuraba, pero me valió madres llegué a él lleno de nervios traté de disimular lo mejor que pude, pero aun así no logré evitar encogerse de hombros.

Al chile si no es él sería una anécdota muy graciosa para ambos.

– ¿Me daría su autógrafo? – dije imitando a las otras personas y extendiendo le las cosas que llevaba entre manos.

Él me miró y los tomo escribiendo en la hoja y me la regreso, en efecto era el, Hiro Hamada el objeto de mi admiración.

podía imaginar lo agradable que sería charlar con él agradecerle e invitarle... algo cualquier cosa incluso lograr ser amigos sería maravilloso pero la limo llegó por fin, demonios justo en el peor momento.

– Muchas gracias, ya me tengo que ir. – me despedí sin siquiera dejar que me respondiera.

Ya en el vehículo note dos cosas muy interesantes: la primera no me devolvió el plumón y la segunda él sabía exactamente quién soy.

Notas finales:

Por fin tengo listo esto lo vengo entregando desde el día después de que lo publiquen en Facebook, y ya lo corregí según yo espero que les guste y bueno es poco, pero trataré de publicar varios capítulos para qué valga la pena.

Eso es todo por hoy, yo soy Sara0Avader, a-diós.

Mi idolo [Higuel]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu