Cap. 4.4

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Mi segundo día en la ciudad fue terriblemente agitado, fui a ensayos, sesiones de fotos y grabaciones. 

Todo tenía que ser rápido y muy agotador, el día se me fue como agua y lo peor no era eso, a cada rato escuché a personas mencionar lo de ayer y en varios foros de chismes se inventan cada tonta teoría que solo empeoraba la situación.

Y claro cómo ni Iza, ni Sawa sabían todo lo que había pasado no podían responder, defender o negar nada, sólo me miraban con enojo y frustración.

- Miguel. -

El resultado de mis pendejadas.

- ¡Miguel! -

No sé qué tan factible sería dar una pequeña visita a su compañía ahora... ¿Y si Hiro está molesto por lo que pasó? A él nunca le gustó salir en fotos y dar presentaciones públicas, ¡Ay Diosito, ya la cagué!

- ¡¡MIGUEL!! -

– ... ¡¿Si?!... – ese llamado me sacó de mis pensamientos, busqué a la dueña de esa voz.

– Deja estar perdiendo el tiempo que se nos hace tarde – dijo la morena frente a mí.

– Ten paciencia, hoy ha hecho mucho – Iza salió en mí defensa.

– Perdonen chicas, ya voy. -

Las seguí, me siento muy mal por todo esto ¡Ahg¡. Hay que seguir trabajando.

Los descansos eran escasos y la comida congelada y pre-fabricada ya me estaba fastidiando.

¿Se supone que así serán los próximos días?

Nunca he sido bueno para fingir sonrisas creíbles, tratar con esta gente estirada siempre me ha sido tedioso, pero nadie dijo que conseguir tu sueño sería algo fácil, tengo que esforzarme, quizá sí me apuro con todo esto tendré tiempo de aclarar cosas con Hamada, disculparme con él. Sí, lo haré.

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Miguel ha estado raro desde ayer y creo saber porque, tengo mis teorías sobre el chico del vídeo

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Miguel ha estado raro desde ayer y creo saber porque, tengo mis teorías sobre el chico del vídeo... Aunque espero que Sawa no tenga ni idea, lo ha estado buscando por todos lados y dónde lo encuentre lo mata o peor.

Ay... Tengo que hablar con ambos.

En fin. Mi niño hoy está muy decaído, necesita descansar un poco, lamentablemente no podemos hacer eso tenemos el tiempo medido y mucho que hacer. Me parte el corazón verlo triste.

Mientras Sawa conversaba... más bien regañaba a los músicos, me acerqué a Miguel, él veía con melancolía se plató de comida mientras movía las verduritas congeladas que había en este.

Parte de mi trabajo es asegurarme que mi estrella esté bien. Me senté a su lado.

– Oye... Ese chicharo no es una pelota de fútbol. -

– Jum... – mantenía la vista en el plato.

– Sé que no te gusta comer así. -

– ¿Ah? Sí – respondió sin ánimo.

– Tenemos un tema pendiente. -

Él por toda respuesta se encogió de hombros y evitó el contacto visual.

– ¿Porque no vamos a desayunar con calma el domingo? Podrás descansar, hablar con tu familia y pasear un rato ¿Sí? – puse una mano en su hombro, por fin volteó a verme.

Me sonrió aún decaído, nunca ha sido bueno para fingir sonrisas.

Le di un abrazo.

– Bien, ya lo arreglé, podemos comer en... ¿Y a ustedes qué les pasó? – Sawa nos vio confundida.

Miguel y yo teníamos lágrimas en los ojos.

Mi idolo [Higuel]Where stories live. Discover now