Cap. 10.5

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–Conozco un lugar donde podemos jugar sin que nadie nos vea pero debes bendarte los ojos hasta que lleguemos– dije tratando de no sonar a un loco.

Miguel y yo nos estábamos divirtiendo tanto que no quería que se sintiera mal por no poder salir de casa, planee la ruta en mí cabeza para salir sin se vistos pero para ello necesito de Baymax en ese caso Miguel sabría que somos los grandes héroes y (aparte de que estaría moralmente mal decirle) los chicos me matarían por decírselo a Miguel.

Rivera me vio como asustado.

–Se que suena raro pero debes confiar en mi, eso una sopresa y si me haces ese pequeñísimo favor no pasará nada malo, lo prometo.

No se veía seguro de salir conmigo así pero termino accediendo, le vende lo ojos con una camiseta enrrollada que el me dió y me aseguré de que no viera nada, luego le mandé un mensaje a Baymax para que viniera con su armadura y Skymax con la mía y casco extra.
En lo que llegaban hice que Miguel diera vueltas por del departamento:
Razón 1.- para que creellera que salimos del hotel de alguna manera más lógica.
Razón 2.- estaba buscando una ventana por la cual pudiéramos salir.
Razón 3.- se me hizo gracioso.

Finalmente llegaron le pedí a Baymax que se quedará callado, me puse mi traje Y le di el otro casco a Miguel, le ayude a salir por la ventana para subirse en Baymax

–Ah, ¿Tienes una moto?

–Si, ahora sujetate fuerte– No metí, me preguntó si tenía una, no sí estaba en una, gran diferencia.

Baymax nos llevó a la terraza de la compañía (hay un helipuerto para que pueda aterrizar sin problemas). Ayude a Miguel a baja aún con los ojos vendados, en lo que me quitaba el traje y dejaba a Baymax en mí oficina hice que Miguel subiera y bajará una y otra vez en el ascensor (por la razón 1 y 3) con todo listo lo guíe devuelva a la terraza.

Estando en el centro del lugar le quite la venda. Él vio  maravillado todo a su alrededor.

–¿Estamos en un parque?... ¿En el cielo?

–Mejor, en Max-Compani... Más bien en el techo de Max-Compani– respondí –A Honey, una de mis socias, se le hizo buena idea tener un lugar para regalarnos en el trabajo (y de dónde entrar y salir en emergencias heróicas).

–Wooo, es increíble Hiro, pero... ¿Cómo vamos a jugar videojuegos en un invernadero?

–Descuida, ¡Spacemax, activa el comando manual!– un tablero de control similar a los de los bancos salió a un costado mío.

Miguel no dejaba de verme, configuré el clima de la terraza y prepare todo para jugar en una pequeña sección.

–Genial ¿No? Todos aportamos ideas para lograr esto.

–¿Genial? ¡Esto es mega increíble! No esperaba menos de mentes tan brillantes.

–Gracias– sus palabras me hacían flaquear (en un buen sentido), especialmente viniendo de él. –Entonces... ¿Jugamos?

–Eso depende– dijo acercándose mucho a mi, quedamos unos segundos viéndonos directamente a los ojos, mi corazón latía con mucha fuerza

–¿De-de qué?

–Si estás listo para perder– se adelantó a tomar un control como si no hubiera echo nada.

Solo por eso no le tendré piedad

...

Estuvimos jugando durante horas, decidimos tomar un descanso, al ver al cielo nos dimos cuenta que la noche estaba en su apogeo así que  volver a casa cuando Miguel recibido una llamada preocupada de su agente. Tras varias escusas, explicaciones y regaños acordaron pasar por él.

–Lo siento, no quería meterte en problemas– me disculpé mientras nos dirigimos al ascensor.

–No te preocupes Hiro, no fue tu culpa, y me divertí muchísimo hoy, valió la pena un regaño.

–Me alegra mucho escuchar eso.

A esa hora solo se encontraba el velador, quien sabe que solemos venir a en cualquier momento del día y con mi identificación no tendríamos el menor problema en entrar y salir.

Estábamos solos el y yo en los 2 metros cuadrados del elevador, a pesar de estar toda la tarde juntos me sentía un poco incómodo.

–Es una pena no poder recorrer todas las instituciones– fijó de pronto.

–Si no te castigan, podría darte un recorrido por todo el lugar la próxima vez.

–Me encantaría, veré qué día tengo libre.

–Deacuer, estaré esperando.

Llegamos a la recepción, él dijo que no había problema en esperarlas afuera pues ya es mi tarde, así que salimos.

–Gracias Hiro, me divertí mucho hoy– dijo

–Yo también me divertí mucho.

Miguel tomó mi mano derecha con la propia (eso de pareció raro), puso su otra mano en mi mejilla (eso me asustó) y luego me besó (Eso casi me dió un MALDITO PARO CARDÍACO).

Miguel se separó de mi luego del beso pero aún se mantuvo viéndome a los ojos.

–Me gustas mucho Hiro.– Afirmó.

El auto estacionó enfrente apenas unos segundos después de aquello, nos despedimos y se fue ¿Por qué será que Rivera siempre me deja así? Hace que el corazón me lata a mil por hora y después me deja como si nada.


Notas finales:
Pensé que no iba a actualizar este mes pero #cuarentena :v
Ya voy uniendo los punto de esto en mi cabeza pero...

¿Dudas, críticas, comentarios, o sugerencias? Soy todo oídos.

Gracias por leer, yo soy Sara0Avader a-dios :3

Mi idolo [Higuel]Where stories live. Discover now