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Los días sin Taehyung no eran igual para Seokjin, extrañaba la presencia del menor, su forma de reír, sus bromas, sus ocurrencias y su compañía. Su ausencia se notaba en la librería, las horas pasaban lento y los días se convertían en una eternidad.

— ¿Cómo está Tae? — Le preguntó a Namjoon al finalizar su jornada laboral.

— Está desanimado, casi no sale de su habitación y prácticamente no come nada.

Una profunda tristeza se clavó en el corazón de Seokjin, escuchar que Tae no estaba bien le dolía. Quería correr hasta el para abrazarlo y decirle que todo estaba bien pero el menor había sido claro en que debían mantener distancia por un tiempo.

— Espero que se recupere pronto y vuelva a ser el Tae alegre que conocí.

Namjoon lo miró con la esperanza de que aquellas palabras se cumplieran pronto para luego despedirse dejando a Seokjin parado afuera de la librería.

El rubio decidió caminar hasta el café en el que se encontraría con su mejor amigo, desde hace semanas habían planeado la reunión que por temas de horarios no habían podido concretar. Cuando llegó al lugar pudo ver que Ken le hacía señas desde una mesa algo alejada del resto.

— ¿Qué haces tan escondido? ¿Tu novio se enoja si me ven contigo?

Ken río por las ocurrencias del rubio y lo saludó con un fuerte abrazo que Seokjin correspondió.

— Leo confía en mí además le he hablado mucho de ti así que dudo que se ponga celoso de mi mejor amigo. Él quiere conocerte y yo también quiero que le conozcas. Es la primera vez que voy tan en serio con alguien y me gustaría compartir mi felicidad contigo.

Para Seokjin esta nueva faceta de su mejor amigo era algo totalmente inesperado pero a la vez gratificante ya que verlo tan resuelto en el ámbito amoroso le alegraba profundamente.

— Es bueno oír que aún existen personas a las que el amor se les da de buena manera.

— No digas eso, ya llegará el indicado para ti y estarás tan enamorado como yo.

— A veces siento que ya conozco al indicado pero llegué a su vida demasiado tarde. 

— ¿Te refieres a Yoongi? — Preguntó obteniendo un asentimiento por parte del rubio — No creo mucho en el destino pero a ustedes sí que les jugó una mala pasada. Quien iba a imaginar que no ir a tu cita a ciegas te llevaría a estar hoy en día en esta situación. 

Ese mismo pensamiento había tenido Seokjin una y otra vez en su mente. Siempre se había preguntado que hubiera sucedido si hubiera asistido a esa cita ¿estaría con Yoongi? Era algo que nunca podría responderse.

— Como dije no creo en el destino pero creo que tú deberías comenzar a creer, mira quien acaba de entrar.

El rubio giró su rostro disimuladamente hacia la entrada del café, en ese momento entraba Yoongi acompañado de una mujer la cual supuso era su esposa. 

Al ver la escena no pudo controlar los celos que le provocaba ver a Yoongi con otra persona que no era el, odiaba pensar que aquella mujer tenía a Yoongi a su lado cada día y podía besar sus labios, tocar su suave piel y demostrarle el amor que el nunca podría darle.

— ¿Estás bien? — Preguntó al ver al rubio tan enfadado.

— Quiero irme de este lugar.

Ken rápidamente pidió la cuenta para salir del café junto a Jin de la forma más reservada posible evitando que Yoongi los viera.

— ¿Crees que nos haya visto? 

— No lo creo pero la mujer no despegaba la vista sobre ti, creo que ella te reconoció ¿Sabes si Yoongi le ha hablado de ti?

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