CAPÍTULO 18

17.4K 1.2K 985
                                    

Joaquin:

Después despedirme de Emilio, salí corriendo para encontrarme con los rizos del hombre que me ha hecho sentir increíble, y a la vez tan mierda.

—Joaco, mi Joaco bonito —trató de besarme pero lo esquivé.

—Es neta ¿Cómo si nada? —aparté la vista.

—Perdóname, no debí tratarte así, bueno, tratarlos así —se retractó—. Por eso estoy aquí, porque no quiero perderte mi amor —tomó mi rostro entre sus manos, lo cual me incomoda, ya que tradicionalmente eso hace Emilio— ¿Dime qué sí?

—No lo sé, me dolió mucho lo que dijiste ayer. O sea, yo también tengo derecho a tener amigos y no necesariamente voy gustar de cualquiera.

—Pero... Sé que te gustó Emilio, él me lo dijo.

—¿Qué Emilio dijo que? —levanté la voz.

—No, no, tranquilo, fue hace mucho tiempo y en una peda. A pesar de que estaría feliz de que se dejarán de hablar, Emilio es mi amigo y sé que a ambos les incómoda alejarse. No te enojes con él, suele decir muchas cosas mientras está en estado de ebriedad.

—Está bien, no estoy molesto, ya pasó mucho tiempo y... Yo ya no siento nada por él —mentí.

—De eso ahora estoy seguro, y él no... Ya sabes. Además lo negó todo al siguiente día.

—Si, él no es gay.

—Y ¿Estamos bien? —giró mi rostro obligandome a que lo mirara.

—Tendrás que esforzarte más.

—Esperaba que lo dijeras —metió la mano dentro de la ventanilla de un auto y saco un ramo de rosas.

—¿Qué mierda, Diego? —sonreí.

—Son para tí ¿Solo dirás eso?

—Gracias amor —lo abracé.

—También le pedí el coche a mi papá, para llevarte a un lugar especial, y reconciliarnos —me tomo por la cintura.

—Vamos —deposité un pequeño beso en sus labios.

Subimos al auto, pero al contrario que Emilio, él nunca ha abierto la puerta para mí, ni yo para él.

—Amor ¿Te importa si duermo un poco? —dí un largo bostezo.

—Para nada bebé. Acomoda tu lindo cuerpecito en el asiento de atrás.

Salté al asiento trasero, y recordé lo sucedido ésta mañana... Me siento la peor persona del mundo al seguir sintiendo algo por Emilio, mientras me dirijo a cenar con mi novio.

—Mi amor, despierta —dijo Diego, moviendo mi hombro de un lado a otro.

Al despertar, lo primero que noté fue que ya había oscurecido.

—¿Qué hora es?

—Las 8:00.

—¡Amor me van a matar! ¿Neta nos hicimos una hora? ¿En dónde estamos?

—Despacio —sonrió—. Vamos a hablar con tu mamá y le dirás que estarás con Andy ¿Bien?

—Está bien pero ¿En dónde estamos?

—Estamos en la cabaña de mi abuelo —abrió la puerta del coche.

—Hace mucho frío —me abracé a mi mismo.

—Vamos adentro y prendemos la chimenea.

La cabaña era medianamente grande. Paredes de madera y ventanas redondas. El decorado es muy elegante, tiene candelabros, todo luce viejo y en perfecto estado.

EMILIACO 🏳️‍🌈. #Wattys2019Where stories live. Discover now