CAPÍTULO 24

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Joaquin:

Y ahora me preguntó ¿No es esto lo qué quería? Durante mucho tiempo, soñé estar junto a Emilio, abrazarlo, besarlo, tocarlo, pero no tengo lo más importante, su amor.

Intento no pensar demasiado, ni tratar de comprender que es lo que siente por mí. Estoy harto de buscar explicaciones sin obtener respuestas de su parte, porque de algo estoy seguro... La escogerá una y mil veces a ella.

Guardar las cosas en la cajuela del auto de Emilio, es guardar recuerdos que no serán mencionados nunca más. Ambos fuimos los únicos testigos, y ahora seremos los encargados de mantener los recuerdos vivos. Desde el asiento del copiloto me despido de nuestro lugar.

Emilio entró al auto, un silencio placentero se generó, ambos mantenemos la mirada en el mar. Quería escapar junto a él, quedarnos aquí por la eternidad.

-¿Nos vamos? -dije inconscientemente.

-¿Me das un último besó? -dijo con una leve sonrisa fingida.

-No -lo miré serio- Será mejor que nos vayamos.

-Esta... Bien -dijo en tono bajo.

-No es cierto ¡Ven aqui! -me arrodillé sobre el asiento y así abrazarlo con más intensidad.

Tomé su quijada y la giré hacía a mi. Pensar que este será nuestro último besó, me hace no querer darlo. Uní nuestras narices, y nuestras miradas se conectaron. Rozó su nariz con la mía, y me besó como la primera vez; de una manera tan tierna. El ritmo cada vez era más rápido. Se separó unos segundos y acarició mi labio inferior con su dedo pulgar.

-¿Te han dicho lo hermosos que son tus labios? -descendió su dedo, causando que me labio se estirara un poco.

Sin contestar su pregunta me acerqué de nuevo para que nuestros labios se encontrarán. Succione lentamente su labio inferior, mordiendo un poco. Tomó mi mejilla con una mano, y con la otra entrelazó nuestros dedos.

Ambos sabemos lo que significa este beso, y lo que sucederá cuando termine. El irreparable daño, ya está hecho y no hay vuelta atrás.

Nos separamos por falta de aire. Nuestros labios hinchados y rojizos ya no pueden dar más. Levantó el mentón y me regaló uno de los besos más significativos para mí; besó mis párpados una vez más...

-Te quiero -nos separamos.

Mantenemos nuestras miradas conectadas desde nuestros asientos.

-Yo te quiero aún más -una lágrima recorrió la mejilla de Emilio-. Gracias por el día de ayer, y esta mañana.

-Gracias a tí, por el simple hecho de ser tú -limpié su lágrima.

-Tu sacas lo mejor de mí -apartó la vista- ¿Qué hora es?

-1:26 -miré el reloj de mi celular.

-¡No mames! ¡Ya es bien tarde y este niño bonito no ha desayunado! -encendió el auto.

-Que egocéntrico, eh -reí.

-Me refería a tí. Tú eres mi niño bonito -apretó mi mejilla- Lo único que he probado en todo el día son tus labios-ambos reímos-, y lo podría hacer todo el día ¡Por cierto! Cuenta con fruta, porque saben a fresa.

EMILIACO 🏳️‍🌈. #Wattys2019Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin