07

9.6K 1.4K 223
                                    

—¡Jimin! ¡Jiminnie!— la voz de Tae inundó el pasillo, pude ver a lo lejos su figura acercándose.—Demonios Jimin, creí que te había sucedido algo, me dijeron que Jeongg-...— dejó de hablar al ver a Jungkook.—¡Tú!— pude ver como el pelinegro daba un pequeño salto del susto.—¡¿Quién te crees al dañar a mi Jiminnie?!— los ojos de Jungkook demostraban confusión y miedo. En un momento Taehyung se acercó con prisa a Jungkook, lo agarré de los hombros frenándolo.

—Él no es Jeongguk, Tae.

—¡¿Cómo que no es s-...— finalmente pudo apreciar el rostro asustado del pelinegro.—Es verdad, no es él.— retrocedió calmado.—Lo siento.

—Yo... Iré al baño a cambiarme, es mejor que entres ya...— habló mirándome y luego a Tae.—No te preocupes, está bien. Adiós.— dijo para luego irse. Miré a Tae enojado.

—¿Cómo se supone que iba a saber que no era su personalidad maligna?

—Eres un idiota.— hablé calmado.—Y yo también...—Tae me miró con confusión.

—¿Por qué?— suspiré.

—No es nada, es mejor que vayas a tu salón, luego me cuentas lo que hablaste con Hoseok.— comenzó a retroceder tarareando para luego irse.—¡Pero me lo cuentas Tae!

—¡No!— dijo mientras comenzaba a correr.

Idiota.

Miré en dirección hacia donde fue Jungkook, ¿debería esperarlo? ¿debería ir con él?

—Ey, Jimin.— escuché una voz conocida detrás de mí, me giré cuando tocaron mi hombro.

—Taemin, hola.— saludé sonriendo.

—Te has acordado de mi nombre, me sorprendes, Jimin.

Me sorprendes, Park Jimin.

Mierda, no. No debía pensar en él, me equivoqué, joder que sí lo hice, pero tratar de pedir perdón no iba a funcionar, él ya no iba a querer escucharme sin antes darme una paliza.

—Tú también recuerdas mi nombre.— Sonreí.

—Lo sé, pero normalmente la gente siempre me pregunta por segunda vez como me llamo.— ambos reímos.—¿Vas a tu clase ahora, no?— asentí.—¿En cuál?

—En la A.— su rostro demostró felicidad.

—¿De verdad? Es a donde voy justamente ahora.— lo miré confundido.

—Creí que no se cambiaban de clases.— negó.

—No lo hacen, pero debo entregarle unos papeles a la profesora que tienen.

—¿Te refieres a una morocha, anteojos, labial rojo fuerte, mirada asesina— pero seductora con su alumno—y con un escote parcialmente contradictorio al uniforme predestinado a cada profesor?— estalló en risas.

—La tienes bien vista al parecer.— negué.

—En realidad no me agrada, además, el primer día nos dio demasiada tarea.— y es totalmente descarada con su alumno.

—Lo sé, pero en fin, es una lástima que los propios alumnos no puedan hacer algo al respecto para despedirla.— asentí.

—Y... ¿sabes si aquí alguna vez hubo algún tipo de rumor sobre profesores junto con sus alumnos?— me miró extrañado.

—¿Te refieres a rumores sobre relaciones?— asentí.—Mmh, normalmente esas cosas no ocurren, pero he oído, el año pasado, que un alumno se metió con una profesora, obviamente nunca se supo el nombre del alumno ni de ella.

Oh.

Mierda.

—Eso suena...

—Suena asqueroso, pero bueno. Vamos, no quiero que nos reten.— caminamos hasta el salón y al entrar la profesora se encontraba sentada leyendo quien sabe qué y los alumnos haciendo alguna tarea.

Pasé sin ser visto por la profesora, Taemin fue hacia ella charlando por algunos segundos para luego irse no sin antes guiñarme un ojo, reí ante aquello.

Era agradable.

Jungkook aún no había aparecido, pero su cuaderno, el cual vi el primer día, sí se encontraba allí.

No, Jimin, ni se te ocurra.

—Un pequeño vistazo no hace mal a nadie...— susurré.

Lo agarré poniéndolo delante de mí, miré a todos lados unos segundos para luego comenzar a abrirlo.

En la primera página, situado en la parte de arriba se encontraba escrito el nombre de Jungkook, y en la parte de abajo, el de Jeongguk, ambos, por raro que parezca eran sumamente diferentes.

Continué con la siguiente página; un dibujo de una paloma con dos alas de diferentes colores, los trazos del lápiz se notaban, el realismo sobrepintado sin dañar el dibujo en sí, la claridad del compás calmado que llevaba al pintarlo, durando tal vez horas en hacerlo.

Tercera página; comenzaba con una fecha (12/12/12) diciembre 12 del año 2012. Había algo más escrito y, por la letra en los nombres vistos anteriormente, se podía concluir que quien había escrito fue Jungkook, aquello decía: Un sin fin de diferencias por dentro, sin embargo, ninguna por fuera.

Luego, más abajo en otro párrafo: Ocultar es una palabra estricta, te ocultas de muchas cosas. Tal vez debería comenzar a implementar aquello.

A juzgar por la fecha y sabiendo que la mayoría de alumnos tenía veinte a excepción de alguno con diecinueve, tal vez Jungkook en ese entonces tenía trece, o si agregamos lo anterior, tendría doce, pero sería muy poco probable.

Cuarta página: Hoy volvió a pasar, pero lo entiendo, él estaba muy borracho. No lo hizo a propósito, no.

Fruncí el seño confundido, ¿qué habrá pasado?

Quinta página: Querer, querer, querer. Quiero desaparecer, sí. Querer, querer, querer.

Miré entre confundido y nervioso la página, tal vez no debía seguir viendo, pero realmente no podía evitar mover mi mano pasando la siguiente.
Aunque lo que vi me sorprendió, en las demás páginas habían puros garabatos, como si se intentara escribir o dibujar algo pero no saliese.

Página doce: Hoy mamá dijo que me porté mal, pero, no recuerdo nada de eso.

Comencé a comprender algo, quizás desde allí comenzó todo, pero ¿cuál era la razón?

Escuché la puerta ser abierta y a Jungkook entrar, rápidamente cerré el cuaderno poniéndolo en la parte de su mesa. Se acercó a mí y al sentarse me miró sonriendo.

—Oh, dejé me cuaderno aquí...— susurró.— es raro que no me lo hayan quitado.— me miró.—¿Has visto si alguien ha querido tocarlo?— negué.—Esta bien, es mejor.— volvió a sonreír.

Tenía intriga, quería saber más. Aunque realmente no debía meterme, no era mi problema.

—Uhm, si quieres... Podemos desayunar hoy j-juntos...— preguntó sin mirarme.

Pero, como no hacerlo cuando aquello me invadía por dentro.

—Claro, hoy y cuando gustes.— sonreí.

Y tal vez caiga en un pozo sin fondo, y tal vez me meta en la boca del lobo.

Pero, aquello me llamaba como si fuera un gran tesoro.

Two personalities • [Kookmin]Where stories live. Discover now