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—¿Consumir drogas también te quita el habla?— preguntó Tae a Jin y el otro negó intentando no reír.—Lo siento, debo ser serio...— volvió a mirarme—¡No vuelvas a hacerme esto terroncito de azúcar! ¡¿Sabes cómo me desesperé al ver que te habías desmoronado en medio de la pista?! ¡Y cuando no despertabas aún así te diese cachetadas!

—¿Qué?— dije levantando una ceja. Luego de finalmente despertar de lo que suponía fue un efecto de drogas que algún gracioso puso en mi vaso me di cuenta de que me encontraba en medio de la pista tirado en el frío piso, al preguntar donde estaban las personas me dijeron que la mayoría se había ido al patio.

—Yo... Me puse nervioso y no me quedó de otra...

—Te dije que intentaras poniendo alcohol en un algodón y no me hiciste caso— habló Jin.

—¡Shhh! Se supone que no debías decir eso— dijo pegándole un codazo y reí ante aquello.

—¿Te sientes mejor?— volvió a hablar Jin y asentí.

—Un poco agotado, eso es todo. ¿Cuánto tiempo estuve así?

—No mucho, una hora y media tal vez— respondió mi mejor amigo.

—¿Estuviste una hora y media dándome cachetadas?

—¡¿Qué?!— tragó con dificultad.—¡Oh, mamá está llamándome, debo atender!& dijo imitando el sonido del tono de llamada de su celular. Negué riendo.

—Ven, levantate—Jin extendió su mano ayudándome.

—¿Es normal que la gente ponga drogas en tu bebida sólo porque se le de la gana?— hubo un silencio mientras nos dirigíamos hasta el sofá sentándonos.

—No lo sé, normalmente no ocurre, al menos para mí eres el primer caso que me ha tocado.— formé una "o"

—¿Sales mucho?— lo vi negar.

—No soy fanático de las fiestas, a decir verdad sólo lo hago cuando me siento muy agobiado en casa— asentí.

—¿Vives solo?— nuevamente un silencio—Lo siento, ¿estoy haciendo muchas preguntas?— no respondió.—Me detendré entonces...

El ambiente se tornó incómodo entre ambos.

—¿Sucedió algo cuando estabas desmayado?— preguntó y lo miré extrañado.

—No recuerdo bien, solo sé que me encontraba en un lugar donde no había absolutamente nada, luego de eso todo se vuelve confuso...— mentí.

—Entonces no ha sido una droga muy fuerte, ¿aún te sientes mareado?— asentí.—Estarás así varios minutos más, intenta dormir cuando llegues a tu hogar, mañana estarás mejor.

—¡Debemos irnos!— escuché la voz de mi amigo y luego lo vi acercarse. Intenté pararme pero casi caigo.—Más despacio terroncito.— tanto Jin como Tae me ayudaron a salir y subir al auto.—Dime, de la escala de luces moviéndose locamente a pajaritos volando al rededor de tu cabeza, ¿qué tan grave sigues?— negué golpeando su hombro.

—¿Qué te dije de no beber, Taehyung?— se cruzó de brazos.

—¡Ey, al menos no he terminado como caramelo pisoteado en el piso en medio de la pista!— giré los ojos.

—Al menos no soy un berrinchudo cuando bebo.

—¡Pero yo-...!— bufó enojado—Olvídalo.— Sonreí triunfoso. Al llegar bajé del auto despidiéndome de Jin, me fijé la hora y eran casi las dos de la madrugada, desanimado comencé a subir las escaleras lentamente.—Uh, Jimin...— me di la vuelta viendo a Tae—¿Sabes que hay ascensor, no?— me di un golpe mental, cansado caminé hasta él sintiendo sus ganas de reír, lo miré furioso y me ignoró. Cuando finalmente llegamos abrí la puerta y me tiré en el sofá.

—Nunca más...— susurré—No volveré a ir, nunca más...— escuché una risa, levanté mi cabeza mirándolo—¿De qué te ríes?

—De que eso lo he escuchado taaantas veces— volvió a reír, levanté mi mano mostrándole el dedo del medio.

☀❄

Abrí los ojos parpadeando varias veces, miré a mi alrededor dándome cuenta de que seguía en el sofá tirado. Me moví incómodo quejándome debido a que mi cuello y espalda dolían como el infierno, pude sentir el rico olor a comida haciendo que me levantase como león en busca de su presa, ignorando por completo mis dolores en el cuerpo.

—¿Tae?— el nombrado se giró portando su blanco delantal demostrando una gran sonrisa cuadrada.

—Buenos días, Minnie. Sientate para desayunar.

—¿Qué hora es?— pregunté frotándome los ojos.

—Son las nueve, creí que te levantarías más tarde, me sorprendes.— se acercó a la mesa dejando unos panqueques con dulce de leche—Disfrutalo, dentro de un rato debo salir.

—¿Dónde irás?— observé su rostro ponerse rosa, entonces caí en cuenta—Con Hoseok, es verdad...— silencio—Tae, yo...

—Está bien, puedo controlar esta situación, hablaré con él— sonreí sincero

—Ven, sientate conmigo.— caminó alegre hasta la silla y comenzamos a comer.

Luego de una hora finalmente me quedé solo, me encerré en mi habitación decidiendo por no hacer nada en todo el día, me puse los auriculares con la música a todo volumen recostándome en mi cama para luego cerrar mis ojos y poder dormir hasta que la noche llegara.

No sabría cuanto tiempo habría pasado cuando el potente sonido de mi celular sonando justo en mis oídos debido a los auriculares me despertó de golpe. Abrí los ojos e intentando visualizar bien el nombre acercando la pantalla a mis rostro, me sorprendí al ver que quien me estaba llamando era Jin, deslicé mi dedo apretando la opción de aceptar llevando el aparato a mi oreja.

—¿Hola?

—Minnie... Puedes... ¿puedes venir por mí?

—¿Tae? ¿Por qué tienes el celular de Jin?

—Te lo explicaré todo, por favor ven... Yo... Ya no tengo plata para un remis, estoy en la el restaurante que te había dicho...

Mierda.

Agarré dinero y salí rápidamente luego de abrigarme.

Temía que algo malo haya pasado.

Two personalities • [Kookmin]Where stories live. Discover now