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Martes.

Taehyung había decidido volver. Aunque deseaba no toparse con Hoseok, no podría estar evitándolo por siempre.

Estábamos entrando cuando el timbre sonó, luego de la noche de ayer las cosas se pusieron mejor. Mi mejor amigo pudo desahogarse, y aquella cara larga ya no estaba. Lo veía feliz, y eso era lo único que importaba.

Sin embargo, aún había algo que me inquietaba. ¿Debería ser él la persona que siempre invadía mis pensamientos sólo para causar preguntas? No lo olvidaba. Las palabras de Jeongguk permanecían fuertemente en mi mente y aunque intentase distraerme, estos volvía en cada momento.

¿Por qué querer alejarme de Jungkook? ¡Qué culpa tenía yo! Era desesperante, primero me hacia perder una clase, luego me enseñaba el cuaderno de Jungkook, para después venir de la nada a decir que me aleje de él. No tenia sentido. Pero, no iba a dejarlo. Él no era quien para decidir por mí o incluso por Kook, no, no iba a permitirlo.

Me adentré a mi salón, mi mirada se dirigió con rapidez a mi mesa.

Y él no estaba.

Tragué en seco, de seguro llegaba tarde, podría pasar. Me mantuve inquieto unos minutos mientras observaba al reloj avanzar sin poder ver a quien deseaba.

"Bien, entonces yo me encargaré de alejarlo de ti"

Esperaba que él no hubiese hecho alguna tontería.
Estaba asustado, ¿y si realmente lo había alejado de mí?

—¡Park Jimin!— pegué un salto al darme cuenta de que llamaban mi nombre.—No es momento de andar en las nubes, joven.

—Lo siento.— contesté agachando la cabeza.

—Con el director.— levanté la mirada sorprendido. Simplemente señaló con su cabeza la puerta y no tuve más remedio que obedecer. Quizá así podría saber por qué Jungkook faltó. Esperaba que fuese sólo por hoy...

Caminé por los pasillos, aunque debía ir con el director preferí vagar por los pasillos.

Mis ojos se abrieron en grande y me sentí aliviado al ver a quien buscaba, entrando al baño. Comencé a caminar con rapidez, era él. Con su ropa colorida y su cabello ocultando su frente con sus lentes cayendo sobre su nariz, jamás me cansaría de describir a Jungkook.

¿Por qué había faltado a clases? No me gustaba indagar de más, pero con aquella última charla, podría esperarse cualquier cosa.

Al llegar abrí la puerta del baño con ansias. Más, había llegado demasiado tarde.

Él estaba allí, frente al espejo, mientras peinaba su cabello para poder poner a la vista su frente.

—Mira nada más, Park Jimin. Quien menos deseaba ver.— parpadeé varias veces, estupefacto.—¿Por qué te has quedado tan mudo? ¿Me buscaste hoy, acaso?— de pronto, al escuchar aquello pude hablar.

—¿Por qué...?

—¿Por qué no estaba allí? Quien sabe, Park. Me he escabullido muchas veces en la primera hora, debería ser normal para ti no verme seguido.— guardó el peine en su mochila para luego sacar un conjunto de ropa.—Sin embargo, este no es el caso.— rió.

—¿A qué te refieres?— sea lo que sea, mi pulso comenzaba a acelerarse con rapidez.

—He pedido un cambio de salón.— mis ojos volvieron a abrirse en grande ante aquello. ¿Cambio de salón? Tenia que ser una broma.

—Tú-...— intenté hablar, pero él prosiguió luego de dejar la ropa a un lado y desviar la mirada del espejo por el cual me estaba mirando, para girar su cuerpo hacia mí y observarme con aquellos profundos ojos.

—No estaba bromeando contigo la última vez que hablamos, bonito.—sonrió de lado—Cada maldita palabra era real.— dio un paso hacia mí.—Si digo algo, lo cumplo. ¿Sabes qué significa?— otro paso—Que no dejaré, sobre cualquier circunstancia, que te acerques a Jungkook. Tú provocas problemas, y yo, los soluciono. Así de fácil.

—¿Así de fácil? No, para ti todo es fácil porque no se trata sobre algo que pueda perjudicarte.—levantó una ceja—No me alejaré de él, Jeongguk, no importa qué cosa ocurra o hagas para apartarme, Jungkook es mi amigo.

—¡Y yo soy quien lo cuida! ¡Sin mí él no es nada, y por tu culpa yo podría irme!— gritó, alterado. Apretó sus puños para agarrarme de la camisa y empujarme hacia la puerta.—¡Maldición! ¿Por qué no sólo te apartas y ya? Hace menos de diez días ese inútil ni siquiera sabia de tu existencia, él no te necesita.—al escuchar, lo miré a los ojos;

violeta.

Violeta era el color que veía en ellos. Más también había miedo, enojo, cansancio. Habían tantas emociones en ellos, y por un momento sentí que algo me forzaba a no apartarme.

"Tú de verdad eres muy lindo conmigo, Jiminie."

Recordé sus palabras, lo reconfortante que me sentía junto a él. Recordé aquel cuaderno, y todo lo que ocultaba.

"¿No me lo mostrarás?"

Recordé sus expresiones y lo suave que hablaba.

"Tal vez algún día lo haga"

Lo miré, quizá fueron segundos o tal vez minutos, pero me quedé tan absorto en aquellos ojos que no me di cuenta cuando unas manos dejaron de hacer presión contra mí. No le di importancia al dolor de cabeza que comenzaba a tener, ni mucho menos a aquél sentimiento de angustia en el pecho. No  me percaté que la persona frente a mí tampoco había dejado de mirarme.
Menos aún pensé cuando las palabras salieron de mi boca.

—Yo lo necesito a él...

Y no esperé que aquel hermoso color se volviera verde, hasta que su forma de mirarme hizo estragos en mi estómago, y por momentos, tan sólo segundos, creí que aquella persona frente a mí, había sido siempre parte de mi vida.



Two personalities • [Kookmin]Where stories live. Discover now