Un Alocado Amor

★彡[ Capítulo 1 ]彡★

2 años después

Eijirou y Bakugou contaban con 18 años de edad, su relación fue estable aunque tuvieron altas y bajas, la madre de Eijirou aun no acepta la relación de su hijo con el rubio y en cualquier oportunidad que tiene trata de separarnos.

Hanta y Denki aun están juntos, son felices, se aman y han tomado la decisión de vivir juntos, Denki aun no planea tener un hijo es muy pronto para ambos.

Los cuatro tienen trabajo estable, una buena relación y no falta nada más.

— Vamos Denki ayudame — rogaba un chico pelirrojo con un raro peinado.

— Que no Eijirou — dijo tratando de aguantar las ganas de reírse por el nuevo look de su amigo.

— Hum... — Eiji hizo un puchero que con los años no pudo abandonar.

— Mira a Bakugou le gusta más el otro peinado — trataba de no reírse.

— Lo se, pero... — se sonrojo.

— Lo siento viejo... — dijo para soltar la risa, ahogándose con la misma.

— Mal amigo, me lastimas, sabés — dijo dramático.

Denki siguió riendo por media hora más, secando sus lágrimas, viendo las mejillas infladas de su amigo, nunca cambiaría y esperaba que no lo hiciera.

— Es enserio Kaminari — dijo molesto — te pido ayuda y así me tratas — se cruzo de brazos — mal amigo, mal hermano, mal compradre, mal... mmm... mal lo que sea — se quedo sin ideas.

— ¡Oh vamos!, al rubio le encantas como sea, más en cuatro y en la cama — recibió un golpe en su cabeza por un sonrojado pelirrojo — pero sería mejor que fueras a tu boda con el cabello normal no así — sonrió recuperándose del golpe.

— Vale, pero después me lo acomodare como yo quiera, eh — sonrió feliz, estaba a un paso de casarse.

— Felicidades amigo — lo abrazo — haber cuando a Hanta se le ocurre que nos casemos — Eiji asiente feliz.

— Verás que pronto — sonrió — pido ser el padrino de tu boda — ambos rieron.

Cuando Kirishima estuvo listo los dos salieron de la habitación caminaron al lugar donde estaba el altar.

El lugar que escogieron para casarse fue en la playa, con el atardecer de fondo, sólo las personas más cercanas estaban allí, por obvias razones no invito a su madre aunque quisiera hacerlo.

Miro el altar bellamente decorado con flores de la misma especie que Katsuki le regalo cuando estuvo en el hospital, miro a sus amigos todos felices y llorando de alegría.

Suspiro estaba nervioso, vio a lo lejos al rubio estaba tan guapo con ese traje completamente  blanco, le sonrió recibiendo una sonrisa nerviosa de su parte.