Un Alocado Amor

★彡[ Capítulo 9 ]彡★

Noticia e Incertidumbre

Se levanto lentamente sentía su cabeza doler, estaba mareado, pero las ganas de entrar al baño podían más que su malestar, se puso de pie y avanzó a como pudo, cuando abrió la puerta le dieron ganas de vomitar, se arrodillo en la taza y saco lo poco que tenía.

Al terminar le bajo, se acerco y se enjuago la boca, lavo sus dientes, hizo sus necesidades, salió a paso lento, el mareo seguía, pero debía ir a trabajar, Katsuki ya estaba en el trabajo tenía junta a primera hora de la mañana, respiro tratando de relajarse.

Busco en la mesita de noche algunas píldoras para el dolor pero no encontro, suspiro un poco molesto, camino tranquilo hasta llegar a la cocina y el hambre lo invadió.

Abrió el refrigerador y noto que había un plato con teriyaki quien sabe desde cuando estaría allí, pero su estomago sono nada más verlo, lo probó no muy seguro y al comprobar que estaba bueno, se lo comió.

Cuando termino aun tenía hambre, miro de nuevo en el refrigerador viendo un plato con arroz, también había yogur y galletas.

— ¿Qué hacen las galletas aquí? — se pregunto curioso.

Se encogió de hombros y saco los alimentos, al terminar lavo los trastes, fue a la habitación a cambiarse. Al estar listo salió de casa, camino hasta la estación y abordo el tren correspondiente.

— Aun duele — murmuro.

Apretó un poco su cabeza ya que el dolor era más intenso, cuando el tren se detuvo bajo y empezó a caminar hasta la empresa donde laboraba.

Trato de ignorar el malestar de su cabeza, saludo a sus compañeros de trabajo y avanzó hasta su área, viendo de lejos como el rubio regañaba a uno de sus empleados.

— Privilegios de ser el jefe — sonrió, levanto su mano dispuesto a saludarlo, pero la acción se vio interrumpida.

Kirishima sintió su cabeza dar vueltas para después mirar todo negro y caer desmayado llamando la atención.

— BAKUGOU-SAN — grito asustada la secretaria del pelirrojo.

Katsuki que estaba cercas volteó a donde la chica dispuesto a contestar hasta que recordó que no era el único Bakugou en la empresa, vio a la chica arrodillarse en el piso y él avanzado hasta donde estaba viendo a su esposo en el piso.

Se asusto y lo tomó en brazos metiéndolo en su oficina acomodándolo en un sillón que tenía allí por algunas razones.

— Tú, llama a Kagamine, rápido — ordeno tratando de despertar a su esposo — Eiji amor despierta — decía suavemente.

Pasaron algunos segundo cuando una mujer de unos 30 años entro al lugar era la doctora de la empresa.

Bakugou se hizo a un lado dejando que la mujer lo revisara.