Normalidad

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Jassie:

Sebbastian tenía razón la culpabilidad me consumía. Daniel no quería saber nada que tuviera que ver conmigo, decía cosas como: "Ella es mala, me da miedo" . Me sentía completamente culpable de que pensara así de mi, no había sido yo misma cuando desperté, mis ansias de sangre me controlaban. 

Mi intensión nunca sería hacerles daño. Los quería, eran mis tíos más pequeños, había crecido junto a ellos. Brittany no sabía que le pasaba a su hermano y sinceramente prefería que no lo supiera para que no me odiara también como ya lo hacía su hermano. 

La culpabilidad era un sentimiento que te consumía sino lo controlabas y yo no era capaz de hacerlo. Solamente quería retroceder el tiempo lo suficiente como para no hacerle lo que le había hecho a una de las personas que más me importaban. 

Subí a mi habitación una vez que quedó claro que mi tío menor me odiaba. No podía  controlarme. No pude más y subí al lugar en el cual podía desahogar mis dones. 

No podía ya con la culpa y eso me ponía furiosa. Mi don habló por si mismo y sin previo aviso de que lo haría dejó escapara algunas chispas de mis manos. Cada vez que lo necesitaba y me dejaba llevar por alguno de los elementos me sentía libre.

Luego me senté en el suelo y comencé a llorar. Me dolía que él pensara eso de mi. Nunca le haría daño; me repetía mentalmente unas tres veces. 

Por el cristal vi como Sebbas intentaba entrar y venir a consolarme. Necesitaba a mi mejor amigo conmigo en estos momentos. Tan rápido como entró vinieron a mi distintos recuerdos sobre lo que me había dicho cuando aún estaba en trance. Quería que me diera las repuestas a las dichosas preguntas que él mismo había formulado y que dijo que pronto las sabría. 

—¿Cómo estás? — preguntó él mirándome. 

—¿Cómo crees?... Daniel me tiene miedo, no quiere ni verme. No puedo creer que le haya querido arrancar el cuello. Nunca le haría daño, pero esa no era yo cuando desperté. No quiere verme porque me tiene miedo y yo ya no sé que hacer. 

—Te entiendo... Pero debes tratar de arreglar las cosas con Daniel, es un niño. Los niños perdonan todo muy rápido, son inocentes. No tiene idea de tu verdadera naturaleza y gracias eso se siente así, está confundido y tiene miedo. 

—¡Maldición Sebbas, no sé que hacer! 

—Baja y habla con él. Estoy seguro que te va escuchar...

—No lo hará. Ni siquiera me quiere cerca. 

—Jass, haces más drama que una mujer adulta y con problemas emocionales...

—No sé si te das cuentas, pero tengo miles de problemas... — le escupí las palabras y eso que él solo estaba intentando ayudarme. 

—Habla con él ¿Si? — cerré los ojos un momento y me dejé llevar por la calma que sentía por haber librado de todo lo que quería salir. 

—Lo haré, lo haré por que ya no quiero que me quite el habla. ¡Dios! Es un pequeño fastidioso, pero como me gusta que ande por allí y me anime a jugar con él y con Brittany. ¡Son mi familia! — dije ya con una sonrisa en mi rostro. 

Sebbastian: 

¡Esa era la Jass que yo tanto amaba! Ella era perfecta cuando mostraba esa sonrisa que la distinguía. No era ella misma cuando su sonrisa desaparecía y era sustituida por una curvatura en sus labios de tristeza o de frustración. 

Quería decirle todo en este momento, pero no podía. Tenía que esperar, ella aún no estaba lista para saberlo, aunque sabía que por la pequeña discusión que tuvimos tan solo unos segundos después de que intentó atacar al pequeño Daniel, ella me había escuchado cuando había gritado que pronto descubriría todo incluyendo el por qué de muchas cosas que tenían que ver conmigo, con nosotros. 

Hielo/FuegoWhere stories live. Discover now