Deseo

85 3 0
                                    

Alec:

Ups! Tento obrázek porušuje naše pokyny k obsahu. Před publikováním ho, prosím, buď odstraň, nebo nahraď jiným.

Alec:

La noche del Baile de Graduación la Loba Blanca anotó sus puntos al pedirle a uno de sus mugrosos perros que me mordiera. Para mala suerte mía logró su objetivo al quitarme el brazo; la verdad es que aún no entiendo como no lo vi venir.

Ella ganó esa vez, al igual que el día de su maldita graduación; cuando mató con toda su asquerosa y maldecida familia a 15 de mis neófitos. Recuerdo que esa vez fue la primera vez que tuve el valor de dejar Forks e irme a mi verdadera Ciudad...

Volterra.

La verdad no sé que es lo que esa Maldita Loba ha de tener sobre mí. No puedo describir todo lo que ocurrió cada vez que daba un paso fuera de ése pueblito.

Jane y yo decidimos crear neófitos de nuestra tierra para que así no hubiera peligro de que experimentara lo que ya había pasado.

Quería vengarme por lo que me habían hecho. Y lo haría.

No sabes lo que te espera Querida Loba Blanca.

...

Jassie:

Habían pasado solo dos meses desde mi graduación, me sentía bien con ello. Podía ser más libre y vivir mi vida como siempre quise. Acompañada de mi familia, del chico que más amaba en el mundo y de mis amigos. 

Mis padres estaban orgullosos de todo lo que había logrado. Al igual que él; Sebbas. Todos los días los pasaba junto a él. El deseo nos envolvía siempre que nos juntábamos y era casi imposible de resistir. 

Pero cada vez que intentábamos tener ese momento para saciarnos el uno por el otro nos interrumpían, la primera vez fue mi papá ya que entró de improvisto y nos vio a ambos sin camisa y yo estaba montada sobre Sebbas. 

La segunda vez fue mi abuelo, quien venía a avisarme que mi tía María y su hijo estaban aquí. 

Las otras veces nos interrumpían antes de poder empezar. Estar todo el día con Sebbas y no poder arrancarle la camiseta cuando yo quería era bastante frustrante. Gracias a las grandes ganas que sentíamos el uno por el otro, en ocasiones me hacían poner más atrevida de lo que en verdad soy. 

No me importaba en qué sitio estuviéramos, siempre terminábamos con chupetones en el cuello. 

Ese día había accedido a acompañarlo con los más jóvenes. La clase fluía bien hasta que se quitó su camisa para mostrarles a los jóvenes un salto antes de transformarse. Podía sentir como se me escapaba la baba y mi mente se ponía creativa con las imágenes que veía. 

Pronto fue el turno de ellos de practicar y lo aproveché. Ya había visto suficiente y las ganas ya me estaban consumiendo por completo.

—Sebbas... Te deseo... No sé si pueda aguantar más así... — lo estampé contra un árbol y me monté en sus caderas. 

—Yo tampoco nena... — comenzó a besarme cada vez más rápido el cuello y luego besó mis labios con pasión y lujuria. — No sabes... Todo... Lo que quiero hacerte, en este momento.

Lo miré juguetona mientras me centraba en enredar mis manos en su cabello. 

—Hazlo. — mis palabras solo hicieron que todo se tornara más caliente, él aprovechó que yo estaba concentrada en su cabello y labios para poder darse la vuelta y estamparme contra ese mismo árbol mientras yo me volvía loca con todo eso. 

Pronto me arrancó mi camiseta y luego yo lo hice, pero en vez de quitársela, la rompí... La hice trizas y paseé mis manos por sus firmes y perfectos abdominales. Podía sentir sus latidos acompasados con lo míos; agitados como si fueran dos caballos a punto de terminar una carrera. 

Todo iba bien hasta que escuchamos las voces de esos pequeños. No hay peor cosa que intentar tener relaciones con tu novio y que no te dejen en paz ni un momento. 

Tuvimos que esperar a que la clase terminara y poder llevar a esos pequeñajos a sus respectivos hogares. 

—¿Y bien? Ya somos libres. 

—Nena, si fuera por mí te lo haría aquí mismo, pero...

—Pero... — le dije viendo a sus pectorales. 

—Al diablo tener que esperar — me tomó por la cintura y me atrajo hacia sus labios. No pude controlarme y subí mis piernas a sus caderas de una sola, pero justo entonces tenóan que volver a interrumpirnos. 

Me bajé de sus caderas y lo dije. 

—Hola Jordan. 

—Siento interrumpir, se ve que estaban... Bastante ocupados... — dijo con una estúpida sonrisa. 

—Al grano, Jordan — le recordó mi lobo.

—Bueno, vale... Jass tus padres te andan buscando desde la mañana. — enarqué mis cejas.

—Eso es un poco extraño. Les dije que estaría con los novatos y mi novio.

—Bueno... Ellos me pidieron que te encontrará, ya que has estado... Bastante ocupada... — añadió riendo.

—Adiós Jordan — dijo Sebbas. Tomando mi brazo y abrazándome. — ¿Y bien? ¿Dónde estábamos?

Comenzó a besarme sin parar en mis labios y clavícula, pero a pesar de que quería seguir y arrancarle lo que le quedaba de ropa, también me moría de ganas de saber lo que mis padres tramaban.

—Sebbas... Sebbas — dije jadeante. — para... — después de un beso largo y húmedo se detuvo. — creo que debemos ir.

—Yo estoy entre sí y no. Un 75% de mí quiere quedarse contigo. Despojarte de cada una de esas prendas que cargas y oírte decir mi nombre, mientras te hago mía. Y el resto quiere ir con tus padres.

Al final terminé por convencerlo de ir luego de un pequeño toqueteo en la entradilla del bosque. Las ganas que le quedaron a él no era nada con las que a mí me quedaron luego de sentir a su polla, dura contra mi sexo.

...

Encontramos a mis padres, peor o igual que nosotros en la playa. Después de unas cuantas risas, ví la cara de mi papá entristecerse un poco.

—¿Qué ha pasado? — dije preocupada.

—Es la manada de Alaska. Max ha fallecido. Le ha dado un paro cardio respiratorio... Toda la manada está desolada, incluida...

—Silvana... — le oí decir a mi novio.

—Sí, tenemos que ir para el funeral. Iremos en tren... Salimos en dos días. — mi papá estaba bastante triste y mi mamá estaba haciendo lo posible para consolarlo. Y a mí parecer lo estaba logrando.

Ella tenía buen don especial sobre él.

Mis padres se alejaron un poco ya que mi papá necesitaba espacio y allí no podía. Mientras eso pasaba volteé a ver a Sebbas. Estaba algo preocupado y se veía que si le afectó la noticia.

—¿Estás bien? — le pregunté.

—Eh... Sí. Tranquila, sólo estoy un poco afectado por lo de Max...

—Y por ella... — dije completando su frase.

—No... No... Silvana y yo terminamos en lo que sería "Buenos Términos" no siento nada por ella. Siempre fuiste y serás tú, nena... Te amo.

...

----------------------

Holaaa ❤️, chicos estoy tan feliz. Ya pronto vamos a los 1k. 😆😆😆😆

Y para celebrarlos les tengo una sorpresa.

Si les gustó ayúdenme a que ésta familia crezca cada día más.
❤️

Hielo/FuegoKde žijí příběhy. Začni objevovat