Jassie:
Siempre me consideré una chica fuerte. Nunca quise que me consideraran como la princesa de la torre que necesita que la rescaten constantemente.
Toda mi vida había tenido a Alec y a sus malditos detrás de mí o de mi mamá, sabía que solo ha...
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Jassie:
Regresamos a la escuela tomados de la mano. Ya no debía esconder la verdad, le quería y además servía y alejaba a todas esas ingenuas que creían que estaba soltero. Una de ellas estaba en la oficina de administración.
Ella hace unos días le pidió a Sebbas que fuera su compañero en el baile, pero como sé que no quedó satisfecha con la respuesta que él le dio; decidí hacer algo que confirmara que él y yo estábamos juntos.
Besé la mejilla de mi chico justo cuando aquella chica nos estaba viendo. Luego de ver eso se fue tan rápido como terminó sus asuntos.
—¿Acaso estás celosa de que varias chicas me pidan acompañarlas al baile?
—No... — me miró con una de sonrisa y sus ojos estaban en mi boca, luego subieron a mi mirada. — bueno, quizá si me ponga un poco celosa de ellas...
—No debes de estarlo. Tu siempre serás para mí la única. Los lobos somos leales a nuestra pareja hasta el día de dar nuestro último respiro y lo sabes.
—Lo sé.
—No debes preocuparte nena. Jamás te dañaría así...
—Eres el mejor... Pero al mismo tiempo quiero que todos sepan que tu y yo estamos juntos. Ya no quiero tener que guardar las apariencias...
—Yo tampoco. — su mano acarició mi mejilla e iba a darme un beso, pero justo nos llamaron. Torció los ojos y suspiró.
—Vamos... — le dije. Nos recibió la subdirectora.
—¿En qué los puedo ayudar Srt. Black y Sr. Demon? — nos preguntó ella.
—Queremos hablarle sobre un profesor que da clases de química en nuestro año y que es un acosador. — le dijo Sebbastian.
—¡Vamos! ¡No puedo perder mi tiempo con simples bromas de adolescentes!
—Le pido que nos escuche. El profesor Alec no es quien dice ser... Era un antiguo enemigo de mi mamá; puede llamarle ahora y ella le contará más de la historia. Cuando nací él decidió secuestrarla para que mi papá, ella y toda mi familia sufriera, casi la mata. — me dolía recordar que por poco pierdo a mi mamá poco tiempo después de que yo naciera.
Una lágrima se escapó de mis ojos. No podía ni pensar en perderla, eso me llenaba mucho de miedo.
—¡Le juro que si están haciendo...!
—¡Por dios santo! ¡Ella nunca miente, no iba a empezar ahora! ¡Todo esto es verdad! — gritó Sebbas enfurecido por que ella no nos creía.
—Si no me quiere creer a mí, le puede llamar a mi madre... Ella le dirá cosas que obviamente a mi no me dijeron para protegerme. Con los años volvió y al descubrir que yo era hija de mi madre decidió comenzar a acosarme, una vez llegó muy lejos. Intentó matarme, no lo consiguió...
