Tiempo

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Sebbastian:

Ella no dejaba de sorprenderme. Nunca creí que se escapara de la escuela para verme o para tratar de sorprenderme al hacer algo para mí... Esa tarde estaba con los novatos en el bosque cuando pude sentir su olor. 

Podía sentir que todo tenía su olor; la encontré en los acantilados, estaba sentada en una especie de roca que había allí. Me quedé en la oscuridad unos instantes y la escuché. Parecía un poco desesperada y preocupada. Quise aliviar la situación al salir de mi escondite.

Ella se puso inmediatamente nerviosa y la obligué a decirme que era lo que pasaba y por qué se había escapado de Forks. Me había dicho que una parte era por mí y la otra por sus amigas; estaba presionada con todo el asunto del baile de graduación gracias a ellas...

Estaba nerviosa, pero no me costó hacer que me dijera lo que sentía. Escucharla hablar de cómo se sentía conmigo me dio el valor para besarla, allí mismo en los acantilados. No me resistí y lo hice... Ella se detuvo y me miró con sus hermosos ojos color ámbar.

—Sebbas, creo que voy a necesitar que me des tiempo.

—Tranquila; te daré todo el que necesites. — dije con una curvatura de labios.

—Gracias... Es que no sé ni lo que siento. Tengo demasiado en que pensar, está lo del baile de graduación, mis amigas y... — le puse un dedo en los labios para silenciarla. 

—No te preocupes por mi, pequeña loba... Podré esperar todo lo que tu necesites. Lo digo de verdad.

—Gracias; otra vez — no me sentía mal por ese pequeño rechazo. 

Tenía el conocimiento de que algo así podía pasar, pero aún no me iba dar pon vencido, la amaba demasiado y le daría el tiempo que necesitara. La llevé a su casa una hora después de todo lo ocurrido y me quedé con ella hasta que se durmió. 

Me encantaba observarla dormir. Era sinceramente hermosa; un pensamiento llevó a otro y me di cuenta de que siempre estaría a su merced para toda la vida, así ella me rechazara. Pero sin embargo, había algo que nunca iba a cambiar y era que siempre iba a protegerla y a quererla.

Al amanecer me levanté y decidí dejarla dormir hasta que fuera hora de que ella despertara. 

—Descansa pequeña Loba. — dije saliendo de su habitación. 

Ella iría a Forks en la mañana y luego pasaría toda la tarde en la reserva. Con solo pensar en ello sonreía como un bobo. 

...

Jassie: 

Esa mañana me levanté sin ganas de nada, pero tan solo recordar que tenía la tarde para ser yo misma en la reservación de papá. Sentía más que un deseo de estar allí y ayudar a Sebbastian a dar sus "clases". 

Cada semana era un miembro diferente de la manada. Esta semana le tocaba a mi mejor amigo. No sabía qué hacer con ese beso que me había dado, ni siquiera podía entenderme a mi misma esta semana... Aunque una cosa no podía negar y era que me había gustado el beso. 

Más de lo que quería admitir. No podía negar en absoluto que me encantaba estar con él. Siempre me sacaba una sonrisa cuando lo necesitaba, me hacía enojar y mucho; pero normalmente era para hacerme sonreír cada vez más. 

—¡Dios! ¡No sé que hacer con él! Le quiero, le quiero y sinceramente me encanta estar con él... Pero... ¡Maldita sea, por qué todo es difícil! 

Suspiré y terminé de alistarme para Forks. Sabía que me esperaba un día duro, lo presentía. Mi mamá entró tan solo unos segundos después de que terminara todo...

—Hola Jass, ¿Cómo estás?

—Hola mamá, bueno... Ni sé como me siento.

—¿Quieres contarme?

—Básicamente es por todo lo que tengo encima éstas últimas semanas ¿Recuerdas que dentro de dos semanas será el baile de graduación?

—Sí, pero...

—El problema es que allí están obsesionados... Todas las chicas deben de ir acompañadas y... y... Caroline y Susan están locas por encontrarme una pareja para ir. 

—¿Y tu no quieres que lo hagan?

—¡No! 

—Hermosa, creo que eso tiene solución... Puedes pedirle a Jordan o Sebbas que te acompañen. 

—Mamá, Jordan no quiere ir y arriesgarse y a Sebbas no se lo he dicho — miré hacia otro lado al pensar en él.

—Creo que algo pasó entre ustedes... ¿Pelearon?

—No... No... No es nada de ello, fue algo agradable; pero no se como pensar al respecto.

—Puedes decírmelo, no te voy a reprender. No soy la indicada para hacerlo. 

—Está bien... — suspiré — ayer me besó. Yo había ido a los acantilados por qué quería pensar en una forma para agradecerle todo lo que ha hecho por mí y... Sucedió... — ella suspiró y me miró con ternura. 

—Hermosa, no tienes que preocuparte; es completamente normal. Tu y Sebbastian se parecen a tu padre y yo cuando tenía tu edad... Pero luego seguimos hablando de esto por que vas a llegar tarde a Forks.

Ella me dio un beso en la mejilla y salimos. Sebbas me esperaba abajo para llevarme a la escuela. Lo miré y sonreí...

—¡Vamos enana! Llegarás tarde. — volteé los ojos al oírlo. 

—No me digas así... Vamos... 

Llegué a tiempo—con 5 minutos de sobra— antes de irme lo miré y sonreí...

—Sé que me pediste tiempo, pero... Solo déjame tocar tus labios una vez más y prometo... Prometo que te concederé lo que desees enana...

—Sebbas, te pedí un tiempo para aclarar mi mente y... — no me dejó terminar y juntó nuestros labios. 

—Lo lamento, pero sé como eres y sabía que me lo ibas a negar... Perdón Jass...

—Es el segundo beso que me robas, pero... Te voy a pedir algo que quizá contradiga lo que te dije del tiempo... — justo en ese momento sonó la campana, indicando que tenía que entrar. 

—Creo que me lo dirás luego, enana... — suspiré y comencé a dar la vuelta y caminar. — ¡Suerte enana!

—¡Basta de decirme enana! — le grité. Sabía que lo hacía para enojarme... 

Cuando entré Caroline y Susan me esperaban... 

—¡Jass! 

—¡Te hemos encontrado una pareja!

—¿Qué? — dije confundida.

—Tuvimos que apurarnos, pero logramos conseguir que uno de los jugadores del equipo de basket vaya contigo...

—Chicas... Aprecio todo lo que han hecho, pero creo que sinceramente no iré. Tengo unas cosas que hacer. Le prometí a mi papá que lo ayudaría con unas cosas de su trabajo. — dije para evitar ir con uno de los jugadores de basket. 

Además le iba pedir a Sebbas que me acompañara, sabía que no se iba a negar y aunque los años marcaran algo, él tenía la apariencia de un adolescente. 

—¡Tienes que ir! — me pidió Susan.

—¡No puedes faltar! — la secundó Caroline. 

—Bueno, lo pensaré... — les dije a esas dos. Sin duda alguna sería una mañana muy larga.

...

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Hola mis amores, espero que les haya gustado.

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Sin más nada que decirles...

😘😘😘😘
Atte.
Su escritora.

Hielo/FuegoWhere stories live. Discover now