Verdades

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Sebbastian:

Por fin las verdades habían salido a luz, aunque de la peor manera, pero lo habían hecho y estaban aquí presentes con todos nosotros para crear conflictos. Jass estaba frustrada, molesta e incluso cabreada por que el chico que estaba enamorada de ella y su dolor de cabeza nos había descubierto como lobos. 

Yo no sabía que pensar ni qué hacer. No quería que se repitiera la historia que había vivido ya hace varios años cuando sentía algo por su madre. Desearía que esto no hubiera pasado. Mi lugar junto a ella como esa persona, peligraba, no quería que ese mocoso se le acercara por miedo a perderla. 

Se lo contamos todo. Salvo por la parte de Alec y Jane. No merecía saber que había unos chupasangres detrás de ella día y noche para matarla. Tuvimos que mostrarle las transformaciones del padre de Jass la mía y la de ella. 

No me gustaba para nada la idea de que el secreto se supiera en el lado normal de la ecuación quería seguir como hasta ahora. Era muy egoísta fijarme en mis propios deseos justo ahora, pero no podía evitarlo...

Lo aceptamos luego de una semana llena de preguntas pesadas, que me hicieron recordar lo inexperto que era yo cuando descubrí el secreto de boca de Renesmee. Jass no tenía paciencia con sus preguntas y casi siempre terminaba corriendo en cuatro patas o lanzando algún elemento por el aire.

—¡Es que no entiendo que es lo difícil de comprender! ¡Por eso te dije que no quería salir con él! —gritó ella con las manos al aire. 

—No has salido técnicamente con él, solo han sido paseos por la reservación para explicarle las situaciones. 

—Me enoja que no capte las cosas rápido, además se que está aprovechando cada momento para estar conmigo. 

—Solo debes de tenerle paciencia, Jass... Yo quizá fui así o peor cuando me enteré de la existencia de licántropos, chupasangres e híbridos. 

—¿Te parece si ya cambiamos de tema? Me voy a volver loca  si seguimos hablando de él. 

—Me encantaría que dejáramos de hablar de esto. 

—¿Por qué no me dejas conducir tu moto hoy? Después de todo yo te gané hace una semana y que me recuerde... — hace una semana habíamos hecho un reto y según ella había ganado. 

—No recuerdo que tu hayas ganado. — dije para chincharla.

—¡No! Me acuerdo bien. Gané yo... — decía ella. Yo me reí a carcajadas, amaba retarla cada vez que podía.

Me encantaba hacerla molestar y hacer que me lanzara algún elemento.  Ella era la copia exacta de Renesmee con el carácter tanto de su madre como de su padre y eso a mí me gustaba.

—Sabes... Creo que te golpeaste la cabeza, por qué esa vez gané yo. Tu perdiste, quedaste de segunda por una cabeza.

—¡Cómo si me pudieras ganar! — dijo juguetona. — ninguno de la manada es más rápido que yo.

—¿En serio? — pregunté con una leve intención de que que explotara y de que me siguiera regalando sonrisas juguetonas. — Te gané y lo haré de nuevo.

Comencé a correr y a escucharla gritar y gruñir mientras me seguía y se transformaba en la hermosa loba blanca que me traía loco. Me transformé y eliminé esos pensamientos para que no me pillara y descubriera el resto de las verdades que debían seguir ocultas...

Al menos unos años más. Aún tenía la esperanza de que ella no se enamorara y de que no entregara su corazón a alguien que no la iba a merecer ni que la iba a comprender cómo yo lo hacía.

Hielo/FuegoWhere stories live. Discover now