Amigos Inesperados 1 & 2 (LemonGrass, Fanfic)

28. Desayuno Con Amigos

Al día siguiente me levanté desde temprano para darme un baño y luego salir a desayunar con mis amigos y todos nuestros papás. Estaba muy emocionado porqué había mucho que hacer para divertirnos.

Cuando llegamos al restaurante todos ya estaban esperandonos, nuestros papás se sentaron en una mesa grande y los chicos y yo en una mesa aparte.

Era el momento adecuado para platicarles que Sofy estába en el hotel y lo que me pasó, ahora que estamos sólo nosotros.

Primero les platiqué todo lo que había hecho durante ese tiempo dejando el tema para lo último.

—Chicos no me lo van a creer —tomé un poco de jugo y dejé a un lado mi pedazo de pizza que estaba comiendo para decirles.

—¡Ya dinos Emi! —exclamó Yael—. Desde ayer nos tienes con esa duda.

—¿Adivinen quién está en este hotel también? —pregunté mirando a lo chicos sonriéndoles de la emoción—. ¡Sofy!

—¿Aún quieres que adivinemos? —preguntó Nath riendo.

—¿De verdad? ¿Cómo la sabes? —preguntó Yael.

—Pues… es que he estado saliendo con ella en estos días.

Los chicos al escuchar eso se acercaron más, había captado su atención.

—¡Wow! ¿De verdad? —preguntó Yael sorprendido.

—Sí, la primera vez me la encontré en los videojuegos y después de estar pláticando hemos ido a comer y otras cosas más.

—¿Cómo? ¿Qué más han hecho? —preguntó Nath con una mirada de complicidad y una sonrisa.

—Es que… escuchen. Les voy a contar un pequeño secreto —dije acercándome a ellos—. La aquella vez fuimos a la habitación por algo y estábamos solos...

—¡Uuuuh! Con que ustedes hicieron el am…. —dijo Nath, y rápidamente le interrumpí dandole un golpe en la cabeza de juego.

—¡Nath! Oye… ¡Nooo! ¿Como se te ocurre decir eso? —me hizo sonrojar sólo con escucharlo decir tal cosa.

—¡Ay! Fué sólo un chiste Emi —respondió sobándose la cabeza.

—¡Sí ya sé! —continué—. Fuímos a mi habitación a buscar un poco de bloqueador solar y nos quedamos platicándo. Y al parecer ustedes tenían razón.

—¿Porqué lo dices? —preguntó Yael. Estaba aguantando la risa por lo que dijo Nath.

—Creo que si le gusto porque me dió un beso.

—¿En serio? —preguntó Nath acomodandose el cabello ya que lo había despeinado en que le pegué de broma—. ¡Genial! —exclamó.

—Sí, mejor dicho nos besamos. Porqué fué un beso en los labios, de esos besos que tardan como en la telenovelas que ven nuestras mamás.

—¡Qué genial Emi! ¿Y como se sintió? —preguntó Yael sorprendido.

—No se cómo explicarlo… fué hermoso. Sentí unas raras cosquillas en el estómago. Todavía siento ese sabor a fresa de sus labios —suspiré y miré hacía arriba recordando aquel momento—. ¿Recuerdas cuando te dió un beso Jelly y tú estabas saltando de la felicidad?

—Si, pero a mí sólo me besó en la mejía —respondió Yael con un tono de tristeza.

—Así me sentía, pero creo que multiplicado por mil. Sólo lo recuerdo y se me eriza la piel. Y mejor ni les digo que más causa cuando te besan así. Pensaba que era mentira lo que dicen que te pasa cuando te besa una niña.

—¡Ustedes ya están hablando como ellas con sus cuentos de amor! —dijo Nath riendo—. Según yo hace un tiempo no nos gustaban las niñas ¿No?

—Claro… mira quién lo dice. Quién se perdía mirando a Paula la aquella vez —le dije a Nath golpeandole el brazo.

—Sí ya sé. Aún siento pena por cómo me comporté ese día. Espero no se haya dado cuenta.

—¡No, nada! —solté una carcajada—. ¿Me vas a negar que te gusta Paula?

—No, no, no…. Bueno, sí —respondió Nath—. Mejor síguenos contando lo que pasó.

—Por está vez, luego hablamos de eso —le dije entrecerrando los ojos—. Está bien, les sigo contando.

—¿Pero si le dijiste a Sofy que te gusta? —preguntó Yael.

—No, no le he dicho. Pero me imagino se habrá dado cuenta con ese beso.

—Pero mejor dile, así estarás seguro de que en serio le gustas, pero yo creo que sí —dijo Yael terminando su pedazo de pizza.

—Yo quería decirle en algún momento pero pasó todo eso. Me tomó por sorpresa, ya después nos sentímos apenados y no volvimos a hablar del tema. ¡Hoy en la tarde la iré a ver y se lo diré!

Nath y Yael asistieron con la cabeza y ambos se miraron sorprendidos. Estaban felices por escuchar todo lo que les dije.
Seguimos comiendo y platicando de otras cosas ya que después iríamos a la piscina y ahí podríamos ver a Sofy y tal vez sea la oportunidad para decirle lo que siento por ella.