152. Nuevo Día... Un Desayuno Gracioso

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En la mañana mi mamá me despertó al tocar a la puerta del cuarto.

—Hijo, ¿no van a desayunar? —preguntó—. Ya es tarde.

—Hmm… sí, ya vamos —abrí los ojos y comencé a estirar los brazos y los pies—. Nath, despierta —le dije al girarme hacia él pero no estaba en la cama.

Me senté, algo confundido al no encontrarlo, suponía que ya se había levantado. Dirigí la mirada a la cama de Yael y tampoco él estaba. Me volteé para levantarme de la cama y ahí me percaté que ambos chicos estaban en otro lado durmiendo.

Yael estaba en el sillón a un lado de la ventana con una almohada en brazos y Nath en medio de la casa tirado y extendido en el piso como estrella de mar, ambos bien dormidos.

Me bajé de la cama y fui hacia Nath.

—Hey, despierta —le ordené moviendolo con mi pie.

—Hmm… no, aún es temprano —gruñó acomodándose en la almohada que tenía debajo de la cabeza.

—¿Qué haces durmiendo aquí en el suelo? 

—Es que hacía mucho calor y aquí llegaba mejor el aire del ventilador —explicó mientras se estiraba los brazos y pies, tapándose con otra almohada y una sabana que tenía a su lado.

Yael nos escuchó hablar y despertó.

—¿Qué hora es, chicos? —preguntó sentándose en el sillón mientras se limpiaba la cara con las manos.

—No sé, ya vino mamá a decirnos que vayamos a desayunar.

Escuchamos un extraño gruñido.

—Lo siento, fue mi panza —señaló Nath, dando un breve bostezo mientras se sentába—. Tengo hambre.

—Pues vayamos a prepararnos para ir a desayunar.

—Está bien —respondió Yael—. Me quedé dormido aqui en el sillón.

—Ya me di cuenta, ¿qué hacían fuera de la cama?

—Es que sentí mucho calor y me levanté para tratar de abrir la ventana y entre más aire.

—¿No que tenían miedo de que la abrieramos?

—Ya no tenía miedo, ya vimos que no era nada malo pero no pude abrirla. Se atoró otra vez. Me senté un rato aquí en el sillón porqué aquí llegaba más el aire del ventilador y al parecer me dormí.

—Hablando de la ventana… ¿cómo está tu dedo?

—Hmm… ¿Mi dedo? —inquirió, confundido—. ¿Qué tiene?

—Vamos Yael, ví que te lo aplastaste con la ventana anoche.

—Ah, por eso… está bien, mira —me enseñó su dedo. Estaba algo morado pero nada fuera de lo normal.

—Qué bueno.

—A ver, ¿cómo te aplastaste el dedo? —le preguntó Nath con un gesto de confusión mientras se levantaba del piso—. ¿Y a qué hora?

—No fue nada, me lo aplasté con la ventana —explicó.

—Déjame ver.

Yael le extendió la mano para enseñarle su dedo. Nath se acercó y se lo apretó bruscamente con sus dedos.

—¡Auch! —Yael le arrebató su mano de inmediato—. ¡Eso duele mucho!

Nath soltó una ligera carcajada.

—Lo siento, quería ver si estaba bien. Y ya ví que sí, todo correcto.

—Ya chicos, vayamos a comer —tomé mis cosas para ir al baño y cambiarme.

Amigos Inesperados 1 & 2 (LemonGrass, Fanfic)Where stories live. Discover now