57. ¡Esto Es Muy Preocupante!

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Llegué a mi casa y durante la cena platicaba con mis papás.

—Emi, hijo este sábado iré por lo del trabajo qué te había dicho —comentó mi papá—. ¿Siempre querrás ir conmigo como habíamos quedado?

Cuando escuché eso no lo dude dos veces.

—¡Claro papá! Por supuesto —respondí, emocionado.

—Pues preparas tus cosas mañana, porqué serán dos días que estaremos allá, osea todo este el fin de semana. Salimos temprano el sábado.

—Muy bien hijo, pero se cuidan —agregó mi mamá.

—Sí, mamá. Es más, prepararé mis cosas de una vez, así mañana ya no tendré el pendiente.

Terminé de cenar y fuí a mi cuarto a hacer mi maleta antes de irme a dormir.

Al día siguiente después de las clases esperaba a los chicos en la puerta de la escuela para ir a nuestras casas y así decirles que saldré de viaje como les había contado.

Llegó Yael, esperamos un rato más y Nath aún no llegaba, fuímos hasta su salón y tampoco estaba ahí. Preguntamos a su maestra y nos dijo que él ya había salido, al parecer no nos esperó.

Tal vez tenía algún pendiente pero era raro, por más que él tenga algo que hacer siempre nos espera.

Salímos de la escuela, y antes de ir a nuestras casas pasamos a la biblioteca a devolver el libro que había prestado el día anterior.

Fuí a devolverlo con la bibliotecaria. De repente entró Jelly, quién llegaba de la escuela también.

—Hola chicos —dijo Jelly—. Yael, que bueno que te veo, quiero hablar contigo.

—¡Hola Jelly!

—Hola. Ya voy—respondió Yael, emocionado—. Ahora regreso, Emi.

—Esta bien, te espero en la puerta, voy a comprar algo de comer en la tienda.

—¿Me compras algo?... Cuando salga te devuelvo el dinero.

—Sí, no te preocupes.

Yael se fué con Jelly para platicar.

Me dieron mi credencial al devolver el libro y salí a comprar.

Minutos después Yael salió de la biblioteca, y vino hacía dónde yo estaba, se veía triste, yo creí que saldría emocionado y saltando como la vez anterior. Pero no.

—¿Qué pasó? ¿Porqué la cara triste? —le pregunté mientras le daba su bolsa de frituras que le había comprado.

—Jelly canceló la salida al cine de mañana porque se irá con su familia de viaje —respondió con voz temblorosa limpiándose los ojos.

—Lo siento Yael —le dije frotándole la espalda.

—Estoy bien, Emi. No te preocupes —respondió mientras sacaba de su bolsillo el dinero de las frituras—. Ten, gracias Emi.

—No, no —le dije sacudiendo la cabeza—. ¡Yo invito!

—Gracias... Me siento triste porque ya me había emocionado de salir con ella otra vez.

—Me imagino, pero fué por algo que no tenía contemplado y no puede evitar. Pero espera… —me quedé pensando un instante—. ¡Tengo una idea!

—¿De qué, Emi?

—Es que mañana al fin iré con mi papá de viaje, de lo que les había dicho ya que irá por un trabajo y me llevará con él. Se me acaba de ocurrir que vayan conmigo, será divertido. Sólo iremos mi papá y yo así que hay espacio, además me haría feliz que me acompañaran —le dije, entusiasmado—. ¿Vas? Así ya no te sentirás triste y nos divertiremos, podemos ir a pasear y a ver qué hay en la ciudad.

—Me encantaría pero primero tengo que pedir permiso a mis papás —dijo Yael.

—Apenas llegue a mi casa le diré a mi papá que irán conmigo y que le llamen a tus papás y a los de Nath para decirles.

—Gracias Emi.

—Pero cambia esa cara, ya tendrás la oportunidad de salir la próxima con Jelly.

—Está bien, es cierto —respondió Yael con una sonrisa.

—Ahora vayamos a decirle a Nath.

Fuimos a casa a de Nath y justamente cuando íbamos a tocar a la puerta él se asomó detrás de nosotros.

—¿Dónde estabas? ¿Porqué no nos esperaste? —le pregunté al verlo venir hacia nosotros.

—Es que tenía algo qué hacer —respondió seriamente, se veía cansado y tenía el cabello húmedo.

—¿Que te pasó? —preguntó Yael, asombrado al verlo así.

—Nada estoy bien, Yael —respondió un poco enojado y abrió la puerta para entrar.

Yael y yo nos miramos, estábamos confundidos.

Entramos, y nos fuimos directamente al cuarto. Sus papás estaban fuera de la casa ya que ellos trabajan hasta tarde.

—Diculpen por no esperarlos hace rato, chicos —dijo Nath aventando sus cosas a un lado y sentándose en la cama.

—No te preocupes, te quería decir que mañana saldré de viaje con mi papá, de paso iré a ver a Sofy y como iremos sólo nosotros me gustaría que vayan conmigo de paseo. Yael me dijo que pedirá permiso para ir, ya que por algo que acaba de pasar con Jelly le servirá de distracción... sólo faltas tú, Nath, le diré a mis papás que le digan a los tuyos para que vayas.

—¡No sé, tal vez! —respondió, estaba inquieto y nervioso.

—¿Porqué? ¿Harás algo mañana? —preguntó Yael.

—¡No, no tengo nada que hacer!

—Muy bien… ¿No tienes nada pendiente con Pau?

—¡No Emi, no tengo nada con Pau, no a todos les es así de fácil las cosas como les pasa a ustedes! —exclamó Nath con hostilidad, estaba sudando y le temblaba la voz.

—¡Oye, yo sólo decía! —le respondí, sorprendido, se me hizo muy extraño la respuesta de Nath y más de la forma en que la dijo.

—¿Qué te pasa Nath? ¿Porqué dices eso? —le preguntó Yael, confundido.

—¡Por nada, estoy bien! —respondió Nath, estaba agitado—. ¡No pasa nada! —se le quebró la voz y se puso a llorar.

Yael y yo quedamos perplejos ante la reacción de Nath, era obvio que algo estaba pasando. Él no es de comportarse así, y verlo llorar ya era preocupante.

—¿Nath, que tienes? —le pregunté, preocupado y sorprendido.

—¡Ya les dije que nada! —respondió sollozando.

—¿Qué pasa? ¡Tranquilo! —le dijo Yael, quién se estaba poniendo nervioso por la situación.

—¡Ya basta, Nath! —exclamé—. Todo estos días estás con lo mismo, cada vez que te preguntamos cómo estás o qué tienes sigues con que no es nada.

—¡Es que no tengo nada, chicos! ¡Ya déjenme! —exclamó Nath, en llanto levantándose de la cama.

Ya estaba muy asustado por lo que estaba pasando, a Nath algo le estaba pasando pero insistía en no decirnos.

Fuí hacía él para darle un abrazo y así se tranquilizara.

—¡Estamos contigo Nath, tranquilo! —lo abracé y rápidamente sentí que estaba hirviendo en fiebre y tenía la ropa húmeda.

—¡Yael, Nath tiene fiebre! Por eso está irritable, se siente mal —le dije al abrazar a Nath.

—¿Que hacemos, Emi? —preguntó Yael, nervioso mordiéndose las uñas.

Me quedé pensando por un instante ¿Que podríamos hacer? Estamos solos en la casa. Estaba muy preocupado y asustado por la situación.

Amigos Inesperados 1 & 2 (LemonGrass, Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora