Amigos Inesperados 1 & 2 (LemonGrass, Fanfic)

128. Una Gran Sorpresa... ¿Amor?

Yo estaba de espaldas pero aún así pude ver lo que Nath hizo. 

Volteé rápidamente hacia él.

—¿Qué era eso? 

—Nada —respondió, nervioso.

—Lo que metiste debajo de la cama…

—Hmm… no he metido nada ahí —replicó negando rápidamente con la cabeza.

—Claro que si —me acerqué a la cama, a un lado habían papeles tirados—. ¿Qué hay ahí abajo?

—Nada, no hay nada —se levantó de la cama y me dió una prenda más de ropa que encontró en ese momento —. Ya puedes llevarlos con tu mamá —dijo tratando de despistarme.

—No, no me dejarás con la duda como la aquella vez con la misma situación —puse toda la ropa encima de la cama, me agaché para mirar por debajo y ver qué había metido.

—Emi ahí no hay nada —insistió con tono de descontento.

Miré atentamente por debajo y encontré una bolsa con algunas cosas extrañas, metí la mano y la saqué de ahí.

—¿Esto es tuyo? —le pregunté observando detenidamente aquella bolsa.

—Si, pero no lo veas por fa —respondió, nervioso—. No es nada.

—Eso lo veremos… —abrí la bolsa, en ella habían papeles de colores, un bote de pegamento, tijeras y más cosas de decoración—. ¿Qué es todo esto?

—Hmm… son unas cosas que estaba haciendo, dámelo por fa —ordenó, y se acercó a mí.

—¡Qué genial! ¿por qué no nos dijiste que hacías algún proyecto con esto?

—No es eso, pero dámelo.

—Está bien... toma —estaba por darle la bolsa con las cosas pero me di cuenta que dentro había algo más y que hacía que la bolsa sea más pesada aún, así que metí la mano al fondo y saqué una libreta decorada—. ¡Wow! ¿Estabas haciendo esto? —le pregunté con asombro y la abrí. No era algo simple, estaba escrito con varias cosas que parecían poemas y letras de canciones. Además, habían recortes pegados y en varias páginas algunos origamis de colores.

—¡No Emi… no lo veas! —rogó, nervioso e intentó arrebatarme la libreta.

—¿Pero qué tiene? Está bonito… ¿Es para alguien en especial?

—Hmm… si, pero dámelo.

—¿Es para tu Crush? 

Nath frunció el entrecejo y se me quedó mirando. 

Le di la libreta y la cerró.

—¿Por qué te enojas? ¿Qué tiene de malo que yo lo vea? —le pregunté al ver su expresión de disgusto.

—Es que está feo, y no quería que lo vean ustedes, bueno... aún no.

—¿Y por eso te encierras con seguro?

—Sí, no quería que lo vean todavía.

De repente llegó Yael al cuarto.

—Chicos, ¿qué hacen? —preguntó acercándose a nosotros.

Nath me miró, nervioso.

—Nada, ya estaba yendo de regreso —respondí.

—¡Wow! ¿Qué es eso? —le preguntó Yael a Nath y se acercó a él rápidamente.

—Nada —respondió y escondió la libreta por detrás de su espalda.

—Si, claro —Yael se acercó más a él y de un momento a otro logró quitarle la libreta—. ¡Que padre! ¿Tú lo hiciste? —preguntó con emoción revisandola.