54. ¿Y Ahora Qué Está Pasando Nath?

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Mientras desayunábamos platicábamos con los papás de Nath

—Hijo, ya me puedes decir ¿Que pasó? —le preguntaron a Nath por su mamá—. Tú papá y yo estamos preocupados por esas pesadillas constantes.

Nath nos volteó a ver.

—No quiero hablar de eso ahora mamá —respondió Nath.

—Bueno, está bien, espero nos digas luego.

—Sí mamá, sólo ahora no quiero hablar de eso, lo siento —Nath evadió el tema y ninguno de nosotros insistió.

Seguimos comiendo y platicando de varias cosas.

Terminamos de desayunar y preparamos a Yaemith para sacarlo a pasear al parque.

Ya listos salimos de la casa y fuimos hasta allá desde temprano.

Estuvimos jugando con él durante horas. Ya íbamos camino a la casa de regreso cuando en una de las esquinas se asomó Paula, la chica que le gusta a Nath.

—¡Hola chicos! ¿Cuánto tiempo sin verlos? ¿Cómo están? —preguntó, saludándonos con una sonrisa en el rostro.

—Hola, estamos bien ¿Y tú?

—Hola Pau, que gusto verte —respondió Yael.

—Bien, chicos. Gracias.

Nath se quedó parado a un lado de nosotros, estaba asombrado al ver a Pau.

—Hola Nathan —le dijo Paula acercándose a él—. Oye... ¿Si irás hoy a mi casa para ayudarme con Matemáticas?

—Hola… hmm… ¿Tal vez más en la tarde? —dudó Nath, nervioso.

—¿Nath, haz estado yendo a su casa a ayudarla con sus tareas? —le pregunté, disgustado.

—Sí, él me ha ayudado mucho en estas tareas ya que las matemáticas no son lo mío, y él me dijo que es el primero en su clase en esa materia —dijo Pau.

—Sí, es cierto. De nosotros tres él sabe más de mates —corroboró Yael.

—Bueno me tengo que ir porqué se me hace tarde para llevar algunas cosas a mi mamá —dijo Pau revisando la bolsa que traía en la mano.

—Esta bien Pau, fué un gusto verte.

—Nos vemos mas al rato Nath, te tengo una sorpresa. Te espero —le dijo Paula, entusiasmada.

—Esta bien te veo al rato —respondió Nath, nervioso, mirándonos a Yael y a mí—. Llevaré algunos libros.

Pau se despidió de nosotros y siguió su camino.

—Con que de ésto se trataba —le dije a Nath algo enojado.

—Lo siento Emi, es que no había tenido la oportunidad de decirles.

—¿Ahí haz estado yendo en estos días? —preguntó Yael—. Anoche tu mamá nos dijo que fuiste a la biblioteca y no era cierto.

—Lo sé, pero si no le digo eso no me dejará salir, en cambio si ella sabe que con ustedes voy o por las tareas si me deja ir —respondió Nath.

—Sabes que no está bien que digas mentiras Nath, tú mamá cree que estás con nosotros o en algún lado y no es así.

—Lo sé Emi.

—¿Si lo sabes porqué lo haces?

—Lo siendo amigos, no se enojen conmigo por favor —dijo Nath, preocupado.

—No estamos enojados, pero no hagas eso. Además no nos dijiste que estás viendo a Pau otra vez, así la aquella vez, tú mamá pensó que estabas con nosotros y estabas con Pau —le dijo Yael.

—Es que si les digo van a pensar que estoy con ella sólo porque me gusta.

—¿Y no es así?

—Bueno, si. Ya les he dicho que si me gusta pero no quiero saber de cosas de amor cómo ustedes, luego van a andar diciendo que la invite a salir y todo eso.

—Bueno, está bien. Cuando de verdad te sientas listo de decirnos espero no lo dudes.

—Sí, está bien chicos. Gracias.

Seguimos nuestro camino de regreso, pasábamos por el callejón cerca de la casa de Nath.

En ese lugar estaba Daniel, el hermano de Paula, aquel chico conflictivo con quién habíamos tenido problemas tiempo atrás, estaba jugando fútbol con sus amigos.

Íbamos a pasar por ahí pero Nath se quedó parado en la entrada del callejón, asombrado. Al verlo ahí regresamos con él.

—¿Qué pasó? ¿Que esperas? —le pregunté al verlo parado.

—¡Yo no voy por ahí! —exclamó Nath, nervioso.

—Pero ¿Porqué no? —preguntó Yael mirando hacia el callejón.

—No quiero ir por ahí chicos, mejor vamos a dar la vuelta.

—Ay Nath, no pasa nada. Vamos.

—¡No insistan chicos!

—Pero ¿Qué tiene? Si es por Daniel ya no pasa nada, recuerda que nuestras mamás hablaron con su mamá y se arregló todo, te dejó de molestar.

—Hmm… lo sé pero no quiero pasar por ahí —respondió Nath mirando hacia los lados.

—Vamos, si te dice algo estamos los tres —tomé de la mano a Nath para que vaya con nosotros.

—¡No, Emi por favor no! —Nath estaba muy angustiado, le temblaba la mano y la voz.

—¡Ya, vamos sin miedo! —lo jalé hacía nosotros.

—¡No quiero! —Nath se arrebató, se nos quedó mirando, la expresión de su rostro cambió, estaba muy nervioso y casí apunto de llorar.

—¿Nath, estás bien? —le preguntó Yael.

Nath no respondió, se dió la vuelta y se fué corriendo hacia el otro lado de la calle para ir a su casa.

Fuímos detrás de él. Estábamos asombrados por esa actitud.

Llegando a su casa, entró y fué a encerrarse a su cuarto. Yael y yo nos quedamos sorprendidos. Nos quedamos sentados an la sala, no estaba la mamá de Nath, ni su papá. Así que esperamos a que saliera de su cuarto para saber que estaba pasando.

Esperamos un rato y al ver que Nath no salía de su cuarto fuímos hacía allá. Tocamos la puerta y abrió.

—¿Ya? —le pregunté enterando al cuarto.

—¿Que tienes Nath? ¿Porqué ese comportamiento? —preguntó Yael, angustiado.

—No es nada chicos —respondió Nath, ya estaba tranquilo.

—¿Cómo qué nada? Si estabas bien en la mañana y luego te pusiste muy nervioso hace un rato por no querer pasar por el callejón.

—Si, Emi. Pero no es nada, sólo no quería pasar por ahí, es todo.

—¿No estarás escondiendo que te está molestando de nuevo Daniel? —le pregunté, confundido—. ¿Es eso?

—¡No, no, no!. Ya les dije que no es nada.

—Está bien, pero si es algo más lo sabremos. ¿Por cierto no sé te hace tarde para ir a ver a Pau?

—Es cierto Nath, le dijiste que irías a verla en un rato —agregó Yael.

—¿Cómo? —preguntó Nath, asombrado viendo su reloj—. ¡Si, me iré a bañar rápidamente!... ¿Me esperan? No quiero quedarme solo.

—Esta bien —solté una carcajada.

—Anda, te esperamos —le dijo Yael.

Nath tomó su ropa y entró al baño. Y Yael y yo nos pusimos a leer unas historietas que tiene Nath en su cuarto.

Amigos Inesperados 1 & 2 (LemonGrass, Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora