96. Una Dolorosa Consecuencia

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Al ver que aquellos chicos se alejaron. Me levanté rápidamente del piso para ayudar a los chicos, estaban muy asustados y yo aún no podía entender que pasó.

—¿Yael estás bien? —le pregunté, él seguía llorando—. Tranquilo ya se fueron...

—Es que me-me duele —respondió sollozando, me acerqué a él y le comencé a sobar la espalda, pues se había golpeado con la pared en qué Ricky me lanzó encima de él.

—Ya, tranquilo ya pasará… igual estoy asustado y me duele el brazo —le di la mano para ayudarlo a levantarse mientras observaba a Nathan que estaba sentado a un lado, muy asustado y temblando. Luego rápidamente me acerqué a él.

—Ya Nath, tranquilo ya se fueron, no temas estoy aquí —obervaba su frente para asegurarme que Ricky no lo haya lastimado más.

—¡Perdónenme chicos, no pude hacer algo para defenderlos! —respondió Nath, agachando la cabeza..

—No tenemos nada que perdonarte, no fue tu culpa, pero me quieres explicar qué pasó ¿Quién es ese tipo? —le pregunté, angustiado dándole la mano y ayudándolo a levantarse del piso también.

—¡Te lo dije, Emi… hubiéramos ido del otro lado y no hubiera pasado esto! —respondió con la voz temblorosa—. No me quisiste hacer caso.

—¿De qué estás hablando? Nath viste que estaba todo bien con esos dos pero todo se puso peor cuando salió ese tal Ricky de la tienda, no tenemos porqué estar huyendo siempre de ellos.

—Vamos a tu casa, por favor —sugirió Nath, sacudiéndose la ropa.

—Está bien, pero nos debes una explicación —añadí—. Vamos, amigo —le extendi la mano a Yael para seguir nuestro camino a mí casa, él sólo nos miraba y aún lloraba.

Cruzamos el callejón y llegamos a mi casa, entramos, mi mamá estaba en la cocina. Al vernos entrar se dió cuenta que Yael estaba llorando y vino rápidamente.

—¿Chicos que pasó? —preguntó, preocupada acercándose a nosotros—. ¿Qué tiene Yael?

—Es que… —respondí, pero Nath que estaba detrás de mí mamá me hacía señas negando con la cabeza para que no dijera nada—. Am, es que se cayó en el camino.

—¿Es cierto eso, cariño? —le preguntó a Yael acariciándole el cabello. Yael me miró, entristecido y le hice señas con la mirada.

—… Sí, me caí —le respondió, con un suspiro tembloroso—. Pero ya estoy bien —se secó las lágrimas con el brazo.

—¿Te hiciste daño? —le preguntó mi mamá, angustiada revisándolo con la mirada. Yael le negó con la cabeza—. Oh, cielo, ya tranquilo —le dió un abrazo y mi mamá le limpió las lágrimas con las manos—. Ya, todo está bien. Yael le sonrió—.Y tú Nath, ¿Estás bien? Me llamo tu mamá preocupada y por eso fue Emi a verte —le comentó acercándose a él.

—Sí, estoy bien, ya le hablé a mi mamá, gracias —le respondió.

—Vamos a mí cuarto, chicos. Hay que hacer unas cosas de la escuela —les sugerí finjidamente.

Ambos asintieron y subimos al cuarto. Al llegar Yael se sentó en la cama junto a Nath, yo estaba preocupado y daba vueltas de un lado a otro pensando en lo que pasó.

—Emi, aún me duele un poco la espalda —me comentó Yael, triste.

—Déjame ver —me acerqué a Yael y le levanté la playera para ver si se había lastimado. El accedió y se quitó toda la playera, tenía la espalda muy enrojecida.

—¡Ahh, rayos! —exclamé, enojado—. Por culpa de ese tipo estúpido si te lastimaste.

—No digas palabras feas, Emi —sugirió Yael, triste.

Amigos Inesperados 1 & 2 (LemonGrass, Fanfic)Where stories live. Discover now