Capitulo 33

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—Tengo una sorpresa para ti —dijo Justin mientras empujaba la silla de ruedas hasta la salida del hospital—. Tardará un poco, de modo que quiero que te relajes e intentes descansar.

Un cosquilleo de emoción burbujeó en el estómago de ____(tn). Se sentía como una niña en Navidad. Para ser alguien que no estaba acostumbrada a las sorpresas, le empezaban gustar mucho. Al menos la anticipación de recibir una.

El equipo de seguridad de Justin esperaba fuera de la limusina. Abrieron la puerta trasera y ____(tn) fue levantada en vilo por su marido y depositada cuidadosamente en el asiento trasero. Después, él se sentó a su lado mientras los agentes de seguridad entraban en otro coche.

—¿Dónde vamos? —preguntó ella con curiosidad al ver que el coche se dirigía en dirección contraria a su casa.

—Al aeropuerto.

—¿Adónde vamos? —ella enarcó las cejas.

Una familiar excitación le inundó las venas. Lo que más le gustaba en el mundo era viajar y experimentar la emoción de conocer nuevos lugares, gentes y costumbres. Pero en aquella ocasión no viajaría sola y eso le gustaba más de lo que habría creído posible.

—Si te lo hubiera contado, habría estropeado la sorpresa —él sonrió y le tomó una mano.

—Pero mi ropa, mis cosas… No he hecho el equipaje.

—Todo resuelto —dijo él con dulzura—. ¿Para qué te crees que tengo empleados?

—¿También has empaquetado al cocinero? —preguntó ella—. Hacía una comida deliciosa.

—Te aseguro que no vas a morir de hambre —Justin rió.

Minutos después pararon junto a un pequeño jet aparcado en una pista privada de despegue.

Justin aguardó mientras el servicio de seguridad se subía primero al avión. Después ayudó a su esposa a bajarse del coche.

—Si quiere, yo la acompañaré, señor Bieber —se ofreció Yves, el único al que ella conocía por su nombre. Los demás eran unos desconocidos, pero Yves parecía el guardaespaldas privado de Justin.

—Gracias Yves, pero yo llevaré a la señora Bieber hasta el avión —contestó Justin.

Con mucho cuidado la llevó en brazos hasta el avión y, tras subir la escalerilla, se agachó para entrar.

____(tn) jamás había estado en un jet privado y se equivocó al esperar una versión reducida de un avión comercial. En la parte delantera había unos asientos cubiertos de suave cuero, de aspecto increíblemente lujoso y cómodo. Detrás había una zona de descanso con un sillón reclinable y un sofá, junto con una mesa de café, un televisor y un minibar.

—En cuanto despeguemos te enseñaré el resto —Justin siguió la dirección de su mirada—. Al fondo hay un dormitorio en el que podrás acostarte. También hay una pequeña cocina, de modo que, si deseas algo, no tienes más que pedírselo a la azafata.

—¿Azafata? —ella abrió los ojos de par en par—. ¿Hay una azafata en este avión?

—Por supuesto. Viaja junto al piloto. Son marido y mujer. Y ahora, ¿prefieres asiento de pasillo o ventanilla?

—Ventanilla —contestó ella.

Él la ayudó a sentarse antes de hacer lo propio a su lado. Después ajustó los cinturones de ambos.

—Me alegra conocerla, señora Bieber —la azafata apareció y saludó sonriente a Justin antes de volverse hacia ____(tn)—. Cualquier cosa que necesite durante el vuelo no tiene más que decírmelo. En breve tendremos la autorización para despegar. ¿Le gustaría beber algo mientras espera?

—No, gracias —contestó ____(tn)—. De momento estoy bien.

Minutos después avanzaron a toda prisa por la pista y despegaron. ____(tn) apoyó la cabeza sobre el hombro de Justin y se acurrucó contra él. A pesar de la curiosidad que sentía por ver el resto del avión, levantarse y moverse dolía demasiado y prefería quedarse donde estaba durante el resto del vuelo.

Una Aventura ClandestinaWhere stories live. Discover now