Capitulo 43

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Lo leyó una y otra vez, seguro de no haber comprendido bien. Pero no, no había ninguna duda. No era el padre.
La furia inundó sus venas, inflamándolo hasta que estuvo a punto de explotar. Otra vez. Le había vuelto a ocurrir. Pero aquella vez era distinto. Muy distinto.
¿Qué había pretendido ____(tn)? ¿Quería, como Joanna, que estableciera algún lazo afectivo con el bebé antes de marcharse? ¿Utilizaría al bebé como moneda de cambio?
¿Sería Kirk el padre o había algún otro hombre más en su vida?
¿Más mayor y maduro? Tenía ganas de golpearse a sí mismo ante su estupidez. Había estado convencido de que jamás volverían a engañarlo como en el pasado, pero ¿acaso había hecho algo para evitarlo?
Con manos temblorosas, volvió a leer el insultante documento. Maldita fuera esa mujer.
Ella se había abierto paso en su vida, en su familia. Sus cuñadas la adoraban, y sus hermanos la habían aceptado. Por él. Porque él la había impuesto en sus vidas.
Jamás se había sentido tan mal en su vida. Ojalá no hubiera abierto el maldito sobre.
Qué idiota había sido. Qué idiota sería siempre. Había perdido un valioso tiempo construyendo una relación basada en mentiras y traiciones. Le había comprado la casa de sus sueños, hecho todo lo posible por hacerla feliz.
Peor aún, había caído en su propia fantasía. Había empezado a pensar que podrían ser una familia. Que le había sido dada otra oportunidad para tener una esposa y un hijo. Que al final podía albergar esperanzas.
Miró fríamente el papel entre sus manos. Lo peor era que le había seguido el juego y le había asegurado su manutención independientemente de la paternidad del bebé. De cualquier modo ella ganaba. ¿Y él?
Lo había perdido todo.
* * *
____(tn) sujetó los papeles contra el pecho y corrió al despacho de Justin. Sabía que sufriría al conocer el destino de Eric y el hecho de que Joanna lo hubiera abandonado hacía dos años, pero lo más importante era sacar al niño de la situación en la que estaba.
Una sensación de angustia la invadió al pensar en el pequeño yendo de una a otra casa de acogida. ¿Habría albergado las mismas esperanzas que ella de pequeña antes de sufrir una decepción tras otra?
Ni siquiera se molestó en llamar a la puerta e irrumpió, casi sin aliento. Al ver el gesto de Justin, sentado tras el escritorio con un documento arrugado entre las manos, se paró en seco. La horrible expresión casi le hizo olvidar el motivo de su presencia allí.
—¿Justin?
Él la miró con expresión gélida, provocándole un escalofrío.
—¿Va todo bien? —____(tn) dio un paso al frente.
—Dime, ____(tn) —él se puso lentamente en pie, con calculada precisión—. ¿Cómo habías pensado salirte con la tuya? ¿O acaso ibas a prolongar la farsa hasta tenerme a tu merced?
Ella se sintió desfallecer. ¿Cómo había averiguado lo de Eric? ¿Por qué estaba tan enfadado?
—Venía a contártelo ahora mismo. Pensé que te gustaría saberlo.
Él soltó una carcajada que era de todo menos alegre. ____(tn) dio un paso atrás ante el evidente enfado. Ira. Ésa era la palabra.
—Ah, sí, ____(tn). Me gustaría saberlo. Y hubiera preferido saberlo cuando toda esta pantomima empezó. ¿Disfrutaste cuando me quejé en voz alta de Joanna y su traición? ¿Te dio satisfacción saber que la tuya era aún más sólida?
Ella sacudió la cabeza confusa. ¿De qué demonios hablaba?
—No te comprendo. ¿Por qué estás tan enfadado conmigo? Yo no te he hecho nada, Justin.
—¿No me has mentido? —rugió él—. ¿No has intentado endosarme el hijo de otro hombre? Me dejas estupefacto, ____(tn). ¿Cómo consigues parecer la víctima? La única víctima aquí soy yo, y esa pobre criatura de la que estás embarazada.
El dolor la asaltó y le hizo encogerse en un familiar gesto defensivo perfeccionado con los años.
—Me odias —susurró ella.
—¿Acaso sugieres que podría amar a alguien como tú? —exclamó él—. Aquí tienes la verdad —añadió mientras le arrojaba el papel que tenía en la mano—. La verdad que no estabas dispuesta a contarme. La verdad que me merecía.
Ella tomó la hoja de papel con una mano temblorosa y, entre la cortina de lágrimas de sus ojos, lo leyó. Tuvo que hacerlo tres veces para comprender antes de quedarse helada.
—Esto está equivocado —dijo en voz baja.
—¿Todavía insistes en la farsa? —él rió amargamente—. Todo ha terminado, ____(tn). Las pruebas no mienten. Dejan claro sin lugar a dudas de que no hay posibilidad de que yo sea el padre.
Ella lo miró con el rostro inundado de lágrimas. Él la miraba frío. Muy frío. Duro. E implacable.
—Has estado esperando este momento. Mi caída —balbuceó ella—. Desde el día que te llamé. Es el único resultado que te satisfacía. No ibas a quedarte a gusto hasta que no demostraras que yo no era mejor que Joanna.
—Tienes un gran don para el dramatismo.
—Los resultados están equivocados —ella se enjugó las lágrimas, furiosa por haberle dejado verla llorar—. Es tuya, Justin. Tu hija.
Ante la seguridad en la voz de ____(tn), algo brilló un instante en los ojos de Justin, pero enseguida volvió a ser la gélida mirada de siempre.
Jamás lograría convencerle. Ya la había juzgado y sentenciado. Todavía le quedaba un rastro de orgullo. No le suplicaría. No se humillaría. No le permitiría saber lo destrozada que se sentía ante su rechazo. Ni cuánto lo amaba.

Una Aventura ClandestinaWhere stories live. Discover now