Cap. 10

545 79 3
                                    

–Inspira por la nariz y expira por la boca, que no cunda el pánico –Trataba de calmarme Siro siendo el que me había casi matado del infarto.

–Como se te ocurre contarle eso!? –Se quejaba Gracia bastante cabreada con Claus.

A causa del estado de pánico al que había entrado solo con pensar en mi propia muerte a manos de esas cosas el aire me faltaba en el pecho y no me sentía capaz de calmarme por mucho que supiera que era mi propia cabeza.

–Inspira profundo, si lo haces tan rápido puedes provocarte un desmayo –Insistió Siro intentando que solo me fijara en él, aunque estaba tan alterado que comenzaba a confundir su cuerpo con el color violeta–. Fíjate en mi y hazlo al mismo tiempo.

Colocó mi mano temblorosa en su pecho y comenzó a inspirar y expirar con mucha profundidad intentando que le siguiera el ritmo.

–Yo estoy contigo, no te va a pasar nada –Comentó una vez estaba más tranquilo y conseguía respirar con más normalidad.

Soltó mi mano y me pegó a él cambiando su color al blanco haciendo que sintiera casi como si una brisa de verano me relajara.

–Ya está mejor? Tratar este tema tan a la ligera... ayer lo atacaron dos poseídos de la nada! Soltarle de repente que van a ir a matar no es que ayude –Siguió quejándose Gracia acercándose a nosotros.

–Nervios –Musité sin pensar ni ver el color que rodeaba a Gracia.

Tenía la sensación de que era violeta o negro y me agobiaba.

–Gracia, puedes alejarte? Estando tan nerviosa lo contagiarás –Pidió con educación Siro moviéndose para impedirme mirar a Gracia–. Creo que es más sensible de lo que creemos al aura de otras personas.

–Tanto? No estoy tocándole –Dudó sin terminar de entender a Siro.

–Da igual, puede notar tu nerviosismo desde aquí –Explicó poniendo su mano sobre mis ojos impidiéndome mirar nada–. Céntrate en mi, estoy justo aquí.

Su susurro a mi oído hizo con facilidad que volviera a notar únicamente su color blanco y la sensación de tranquilidad que transmitía.

Cuando quitó su mano de mis ojos ya estaba bien de nuevo.

–Ponte de pie –Pidió levantándose primero y agarrándome para que también lo hiciera.

–Estas bien? –Preguntó Gracia acercándose al fin hacia mi.

Realmente si que estaba bastante alejada.

–Si, ahora si –Contesté mirándome las manos aún notándolas temblar, aunque no temblaban realmente.

–No te preocupes por lo que ha dicho Claus, Siro es tu guardaespaldas y evitará que te suceda cualquier cosa, no tienes nada que temer, menos aún entre estas cuatro paredes, toda la casa hasta los límites del jardín está protegida para que ningún poseído pueda detectarnos y entrar a nuestra propiedad, es todo completamente seguro –Trató de calmarme pasando de un color violeta vibrante a un blanco tranquilo–. Aunque es sorprendente que seas tan sensible, solo había escuchado del abuelo una sensibilidad tan desarrollada.

–Con un poco de entrenamiento imagínate lo que puedes llegar a hacer –Insinuó Siro mirándome de arriba a abajo curioso.

Yo solo le tapé los ojos haciendo que tuviera que echar la cabeza hacia atrás y se quejara tratando de librarse de mi mano.

–Y sobre lo que habíais hablado en el desayuno? –Pregunté girándome de nuevo hacia Gracia.

Realmente aún estaba intranquilo con el tema, sobre todo por qué estar protegido aquí no significaba estarlo en la calle.

Colors (Yaoi/BL)Where stories live. Discover now