Cap. 15

493 81 2
                                    

–Deberías estar en tu habitación y no en mi cama –Se quejó Siro al salir de la ducha.

Después de cenar y cambiarme en vez de dejarme estar en mi habitación terminé bajando a la de Siro y metiéndome dentro aprovechando que se estaba duchando.

–Tiene que ser duro estar todo el día en la misma postura, ahí, sin decir ni hacer nada –Murmuré tratando de tener un tema de conversación y que dejara pasar el tema de que estaba aquí.

Su almohada olía a vainilla como su pelo.

A demás había salido de la ducha y solo llevaba puestos un par de calzoncillos negros dejando ver a la perfección que tenía razón en mis conclusiones, musculoso y bien esculpido, pero no en exceso, con algunas cicatrices pequeñas y una grande en la pierna izquierda. Su pelo goteaba ligeramente aún llevando una toalla sobre la cabeza.

–He sido entrenado para eso como guardaespaldas personal de tu familia –Contestó calmando su aura amarilla y pasando a ser blanca de nuevo.

Se acercó al armario y sacó un pijama para dejar de andar en calzoncillos por la habitación, en mi cabeza lo agradecí, no quería ponerme a pensar cosas que no debía.

–Eso me imagino que incluye el como tratar a la gente que sirves –Murmuré girándome para ponerme boca arriba.

–Está mañana me pareció que soñaba con una corta conversación contigo, pero por tu comentario diría que no ha sido un sueño y tal vez algo que dije te sentó mal, estoy equivocado? –Concluyó haciendo que me incorporara sorprendido.

De verdad era tan fácil llegar a esa conclusión de la nada!?

–Tu reacción supongo que es un si –Concluyó sentándose ya en el borde de la cama apoyando su brazo en la pared quedando demasiado cerca de mi–. Cuando me despierto tengo un humor... peor que malo, digo cosas sin pensar las crea o no con tal de hacer que la otra persona se calle y me deje, así que si dije algo que te ha podido doler, me disculpo. Como parte del entrenamiento de guardaespaldas sólo tuve que recibir clases de etiqueta, él como te trate a ti, a Claus o a tus padres es un tema a parte.

Estábamos tan cerca que una gota de su pelo terminó sobre mi nariz.

–Bueno, pero cuando trabajas para alguien siempre estás influenciado a tratar de tener la mejor relación posible con tu jefe –Expuse intentando no parecer tenso volviendo a ver aparece los tintes rosas.

–Yo no soy de esos, tanto miedo tienes a que te trate bien por que estoy obligado en vez de por considerarte de verdad alguien agradable? –Planteó volviendo a dar justo en el clavo.

–A veces das miedo acertando con tan poco problemas sobre lo que piensa la gente, te lo habían dicho? –Reproché desviando la mirada.

–De momento solo te conozco a ti, no había dado con alguien tan transparente como tú en la vida –Respondió poniéndome más rojo todavía.

–Eso no quita que me asustes.

–Venga, que dije que te molesto? O es que ya lo habías pensado antes y con lo que dije lo empeore? –Insistió despeinándome ligeramente.

–Asustas mucho –Murmuré dejando que apoyara en mi cabeza su frente húmeda.

–Quítate esas tonterías de la cabeza, cuando me cae mal alguien se nota, no saques conclusiones sobre mi solo por mi trabajo –Contestó riéndose y haciéndome picar ligeramente llevando sus manos a mi cintura.

Rápidamente sus dedos algo fríos y húmedos se metieron bajo mi camiseta y comenzaron a moverse haciéndome cosquillas provocándome con rapidez que tratara de huir incapaz de poder con su fuerza entre risas.

Colors (Yaoi/BL)Where stories live. Discover now