Capítulo 6.

604 69 9
                                    


El día de la excursión al museo, Tony asistió con una gran ansiedad. Desde su accidentado encuentro en el local de shawarma, lo único que había sabido de Steve era un breve mensaje en que le informaba la fecha y hora de la salida, y le preguntaba si todavía estaba disponible. Se preguntó por qué eso lo decepcionaba, cuando era la verdadera razón por la que Rogers le había pedido su teléfono.

-Papá... ¿estás triste?- inquirió Peter al verlo tan decaído, ya camino del museo. Tony compuso una sonrisa y denegó, revolviéndole el cabello como siempre.

-No, mi amor. ¿Por qué preguntas eso?

-Es que te ves triste. No me gusta verte así, tú eres siempre muy alegre.

-Peter, cielo, de verdad no tienes por qué preocuparte. No me pasa nada. Dime, ¿estás entusiasmado por la excursión? ¿Vas a tomar muchas fotos?

-¡Uy, sí! Harry dice que no le importa, pero yo tomaré algunas por él. Necesitamos tomar fotos y notas para hacer un trabajo práctico, el maestro Steve nos lo dijo.

Tony se puso tenso al oír ese nombre, pero se repuso enseguida. Después, al llegar al museo, se dijo que era estúpido preocuparse por cosas que no existían o no habían pasado, por lo que sonrió con cordialidad a Steve, a la guía del museo y a los otros niños, cuando lo presentaron. Si había ido allí era para ayudar y no para armar un drama personal.

-Chicos, ahora presten atención, por favor: la señorita Sandy, empleada del museo, dirigirá este recorrido y les mostrará todas las exposiciones, así que procuren escucharla con respeto. No deben alejarse del grupo; para asegurarnos que nadie se pierda, el señor Stark y yo iremos al final de la fila.

-Exacto- añadió Tony guiñándoles un ojo.- Así que no hagan travesuras o lo sabremos.

Los chicos rieron y varios asintieron con la cabeza, mientras Steve le dirigía una mirada aprobatoria pero breve, para no tener que verlo a los ojos más de lo necesario. Se veía tan hermoso esa mañana... con un suéter verde oscuro, pantalones negros y zapatillas deportivas, lucía jovial y fresco. Usaba lentes de cristal violeta, al parecer muy caros, pero que no desentonaban con su look o con su bonita sonrisa. Steve procuró ahuyentar esos pensamientos, fuera de lugar durante una excursión escolar, pero era difícil no hacerlo cuando Tony iba al lado suyo y le hacía preguntas y comentarios. Claro, se comportaba normal como debía ser, ¿por qué habría de ser diferente cuando no había hecho nada malo? El señor Stark no tenía por qué avergonzarse de haber cenado noches atrás con ese hombre Stephen, ni tenía por qué tratarlo a él diferente. Eso era un problema suyo.

-Los niños adoran los dinosaurios- observó Tony al verlos absortos ante el enorme esqueleto de un T-Rex.- ¿Tal vez deba comprarle uno de cada uno a Peter?

-¿Tantos? Qué generoso es usted- comentó en tono de alabanza.

-Bueno, es mi único hijo. Por supuesto que quiero comprarle todo y llenarlo de mimos. Es lo que se merece, además...- se calló, dándose cuenta que no era lugar para confidencias. Steve, sin embargo, supuso que había querido referirse al hecho de que Peter era adoptado, y lo respetó más por eso. ¿Qué habría llevado a un hombre rico y exitoso como él a incorporar un niño en su vida, pudiendo seguir soltero y libre? Lo había investigado un poco, así que sabía quién era. Pero no tuvo tiempo de intercambiar más comentarios con él, porque la excursión continuaba y los niños estaban ya muy dispersos. Él y Tony se involucraron más y los ayudaron a tomar fotografías de las exposiciones que más les habían gustado, además de aportar su punto de vista sobre qué podrían ir escribiendo para hacer sus trabajos prácticos. Cuando llegó la media tarde, la visita concluyó y todos abordaron el micro escolar hasta una cafetería cercana que previamente había reservado para ellos. Los chicos, cual enjambre de langostas, pidieron cantidad de platos de toda clase y arrasaron con ellos. Tony tuvo la repentina visión de él y Steve como padres de aquella banda y casi se atraganta con su gaseosa.

OHANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora