Capítulo 12.

449 52 4
                                    


Wade no se había levantado de la cama en todo el día, tan deprimido y furioso consigo mismo que no sintió deseos de nada, ni siquiera de comer. No podía perdonarse el plantón que le había hecho a Peter, su único amigo, su amor imposible. Sabía que debía haberlo lastimado en lo más hondo al no ir a su cumpleaños, sobre todo porque él en persona había ido al orfanato y había repartido las invitaciones. Pero no pudo evitarlo: no soportó la idea de ir a una fiesta elegante en donde, con toda seguridad, terminaría avergonzándolo y arruinándole la diversión. Peter ahora pertenecía a otro mundo y él solo le estorbaría, así que con profundo dolor se quedó tercamente encerrado en su cuarto cuando la señora Danbury llevó a los demás a la Torre Stark.

"Peter debe estar odiándome" pensó con ganas de golpear la almohada para descargar su frustración. "Debe pensar que soy un traidor, una mierda de amigo... ¿qué se supone que haga? ¡Fue por su bien, él se merece mejores amigos que yo! Pero... aún así..."

-Wade- lo interrumpió repentinamente la directora, sobresaltándolo.

-¡Señora Danbury! ¿Qué hace aquí?

-Hay alguien que quiere verte. Y será mejor que no te escapes, así que por favor, ven conmigo.

"¿Peter?" pensó con un ligero temblor. Pero no era Peter: era su padre Tony Stark, con una expresión pétrea que decía muy a las claras a qué había ido y por qué quería hablar con él. La señora Danbury los dejó a solas y se sintió vulnerable por primera vez.

-Así que tú eres Wade Wilson.- No dijo nada más, pero su primera impresión no fue del todo buena. Aquel chico no parecía de quince, parecía al menos de dieciocho, y se preguntó cómo es que había terminado siendo tan amigo de Peter. Pero su aspecto físico hubiera sido lo de menos.

-Sí, soy yo.- Sonaba casi desafiante, pero no levantó la vista del piso. Tony recordó el consejo de Steve y procuró hablar lo más tranquilo posible, sin prejuzgar a aquel joven aunque por instinto quisiera patearle el trasero.

-Vine solo porque no quería causarle más angustia a Peter. Pero ya sabes por qué estoy aquí. Me gustaría oír alguna razón que justifique lo que hiciste, o lo que no hiciste.- Como Wade continuaba callado, Tony prosiguió ya sin poder ocultar su enojo.- Escúchame bien, chico, yo no te conozco y no tengo derecho a exigirte nada. Pero si es por mi hijo, me tomaré la libertad de exigirte todo lo que se me antoje. ¿Entendiste? Quiero saber por qué no viniste a su cumpleaños.

-Yo... yo no tengo nada que decirle. Es asunto mío.

-Pues no, es asunto mío también porque fue mi niño el que terminó su día especial llorando, y todo porque su querido amigo no fue a la fiesta. ¿Tienes idea de lo mucho que te esperó y lo ilusionado que estaba? Lo defraudaste.

-¡No me diga eso!- estalló Wade quebrándose y cerrando los puños por acto reflejo. Tony no se esperaba aquello y parpadeó, incrédulo.

-¿Que no te diga qué, la verdad? Defraudaste a Peter y eso no te lo voy a perdonar. Mi hijo es demasiado bueno, demasiado como para merecer un desplante así. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué le vuelves la espalda si antes eran tan amigos?

-Yo no quería- aseguró con tanta rabia por sí mismo que casi se echa a llorar.- Nunca fue mi intención que Peter se sintiera mal por mi culpa. Es solo que...

-¿Qué? Te escucho.

Wade vaciló y se sentó con la cabeza gacha, sin poder soportar la imagen mental de Peter llorando. Se había jurado que lo protegería siempre, y que jamás dejaría que se sintiera mal... oh, por favor, ¿qué había hecho?

-Wade- intentó de nuevo Tony con más calma, al ver al adolescente tan desesperado.- Si en algo estimas a Peter, dime la verdad. Él está muy enojado ahora, pero yo sé que cuando se le pase querrá verte de nuevo. Sin embargo, no le permitiré hacerlo a menos que me asegures que tu amistad es genuina. Si no lo es... si ya lo olvidaste...

OHANAOù les histoires vivent. Découvrez maintenant