Capítulo 8

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Pepper, bendita ella, fue muy comprensiva con su confesión y lo invitó unos días después a almorzar en un restaurante al que solían ir muchos ejecutivos de Industrias Stark. Sin embargo, Stephen se portó como el perfecto cretino que era y no paró de reírse a costa suya al saber que el objeto de sus desvelos era un hombre, más joven que él y que para colmo de males era el maestro de su hijo.

-Stephen, por favor, vinimos para aconsejar a Tony...

-¡Oh, habla por ti, querida Pepper! Yo solo vine a disfrutar del karma en acción... Tony, ¿cómo era eso que nunca tendrías pareja porque es para sometidos como yo?

-¿No tienes que llevarle el almuerzo a tu esposo?- atacó Tony molesto y mirando a la pelirroja.- ¿Para qué lo invitaste, Pepper?

-Ya, sí, lo sé. Stephen, si no vas a ayudar come y cierra la boca- ordenó la dama. El aludido asintió con una sonrisa y se concentró en sus mariscos, dejándola libre para aconsejar a Tony tal y como se había propuesto al saber de su secreto.- Tony, vamos a hablar claro. ¿En verdad crees que estás enamorado de ese Steve? ¿No hay posibilidad de que sea una confusión, un espejismo?

-No hay ninguna posibilidad- aseguró, mirando la profundidad de su copa de vino antes de beber un largo trago.- Lo supe en cuanto me despedí de él la otra vez. La forma en que me besó en la mejilla- al decirlo se puso rojo como un tomate- me hizo sentir cosas muy fuertes, me gustó mucho. Su mirada, la forma en que tomó mi mano mientras le contaba sobre mis padres... nada de eso fue una confusión. Fue muy real.

-Cielos... en ese caso...

-Debes reclamarlo antes que otro lo haga- intervino Stephen, haciendo caso omiso de su mirada envenenada.- No me mires así, lo digo en serio. Si ese hombre es tan maravilloso y perfecto como dices, ¿no crees que podrías tener competencia?

-Stephen, ¿por qué le dices esas cosas?- lo regañó Pepper.

-No dije que su amorcito tenga pareja, solo que al ser tan buen partido seguro hay otros que ya le echaron el ojo. ¿Vas a dejar que te lo quiten?

-Claro que no. No lo permitiré, Steve es mío... bueno, lo será.- Sonaba tan confuso que tuvo que respiran hondo para calmarse.- Oh, mierda, nunca pensé que enamorarse fuera tan complicado. No estoy seguro que pueda hacerlo.

-Tony, querido, tranquilo- le dijo Pepper con voz dulce, realmente feliz al ver a su amigo por fin enamorado de verdad.- Si la conexión que sentiste entre ustedes fue real, definitivamente terminarán juntos. Tendrás que ir despacio, claro, ya que es el maestro de tu hijo, pero no veo motivos por los que no puedan ser pareja.

Tony sonrió con alivio al recibir el apoyo de su mejor amiga, y mientras ella comía unos bocados revisó su celular. Había recibido varios mensajes de Steve, el último de ellos esa mañana, y a su vez él le había enviado respuestas tan largas y afectuosas como se atrevió a escribir. Aún no se habían dicho nada directamente, pero la cosa entre ellos flotaba y podía sentirla. ¿Y si en la próxima cita se besaban...? La sola posibilidad despertó a las mariposas que al parecer vivían en su estómago.

-Entonces... según ustedes, ¿debo invitar a Steve y averiguar si quiere salir conmigo?

-Bueno, debes cerciorarte que él quiere lo mismo que tú.

-¿Te tienes fe, señor playboy?

Tony recordó la sensación de unos labios plenos y una barba rozando su mejilla, y asintió con repentina confianza.- Sí. Estoy seguro que ambos queremos lo mismo, y no estoy dispuesto a vivir con la incertidumbre. Lo invitaré a cenar esta misma semana.

OHANAWhere stories live. Discover now