Capítulo 10.

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Los siguientes días, aunque no tuvieron mucho tiempo para verse en persona, Steve y Tony no pararon de intercambiar mensajes y llamadas. El amor había florecido de repente entre ellos y querían a toda costa hacérselo saber al otro, como dos adolescentes en su primer romance. Con la complicidad de algunos buenos amigos que sabían su secreto, encontraron su primer momento a solas cuatro días después de su cita fallida. Tony lo pasó a buscar y se dirigieron al departamento de Steve, donde al fin pudieron dar rienda suelta a sus deseos reprimidos al estar a salvo de miradas indiscretas.

-Tony, estás tan hermoso- elogió el rubio dándose el gusto al fin de ceñirlo por la cintura, devorándolo con la mirada.- Tu belleza me acompaña todos los días cuando nos cruzamos en la puerta de la escuela, pero esto es diferente. Es mucho mejor abrazarte en la realidad que en mi imaginación.

-Steve, y tú... ¿es todo lo que quieres hacer? ¿Abrazarme?

La indirecta golpeó como un fuego a Steve Rogers y, sin que precisara más excusas, se agachó para besarlo apasionadamente. Tony sintió como el corazón se le aceleraba de golpe al recibir su primer beso de un hombre, y con gran dificultad le respondió de la mejor manera posible: le atrapó el cabello con los dedos y no dejó de alborotárselo, mientras el aparentemente tranquilo maestro le robaba el aliento con sus besos. Casi se muere al sentir la lengua de Steve jugando con la suya, pero de gusto: habían coqueteado demasiado como para pretender otro desenlace que no fuera ese, por lo que hizo un esfuerzo y se relajó, dejándolo que continuara tanto como quisiera. Steve, liberado al fin de las ataduras morales, no lo soltó hasta que se tropezaron con un sofá detrás de ellos y cayeron en él. Entonces soltó los labios de su amado pero solo para decirle:

-Te amo, Tony Stark. Te amo y te deseo como no te imaginas...

-Pues, por la forma en que metiste tu lengua en mi garganta me doy una idea, sí.- Ambos rompieron a reír y Steve lo ayudó a sentarse correctamente, pero sin dejar de besarlo y de tocar su rostro, y de mirarlo con tanta pasión que Tony se sintió emocionado.

-Quiero aprovechar todo el tiempo posible contigo. Hasta que podamos decírselo a Peter esta es la forma en que vamos a relacionarnos, y quiero que sea perfecta.

-Steve, ¿te das cuenta que si sales conmigo Peter pasará a formar parte de tu familia? Si lo nuestro prospera, él será tu hijo tanto como el mío. ¿No te asusta?

-No, mi amor. No me asusta la responsabilidad de ser padre, en lo absoluto. Si es contigo, siento que puedo hacerme cargo de cien hijos.

-¿Cien? Menos mal que no tendré que parirlos- bromeó, haciendo reír a Steve y logrando que volviera a besarlo con ganas y a tocarle la cintura.

-Una de las cosas que más deseaba en mi vida era tener esposo e hijos. Ahora que te conozco, sé que los tendré y eso me hace inmensamente feliz.

Tony tuvo una visión fugaz de sí mismo diciéndole a Pepper que nunca se conformaría con una típica vida de casado, pero enseguida desechó ese pensamiento. Él se había referido a cumplir con el mandato social de buscar esposa y procrear una familia perfecta de comercial de televisión; jamás había hablado sobre tener un esposo sexy y masculino que quisiera darle a él cien hijos. Con repentina audacia guió la mano de Steve hasta sus muslos y lo hizo acariciarlo, una experiencia por demás satisfactoria. Steve soltó un sonido ronco y amagó con llevar la mano hasta su trasero, pero un repentino timbrazo lo sacó de su ensueño. Después se dio cuenta que era el teléfono fijo ubicado en su habitación.

-Ahora vengo, tú... espérame, no tardo nada- prometió yéndose rápido y volviendo aún más rápido.

-¿Quién era?

OHANAWhere stories live. Discover now