Capítulo 18.

441 49 4
                                    


-Tony, mi amor... pareces distraído. ¿Sucede algo?

-¿Mh? No... solo estaba pensando...

Era día feriado para las escuelas, y Tony había ido al departamento de Steve a pasar un momento íntimo con él. Peter estaba de visita en lo de su amigo Harry, y faltaban un par de horas para que tuviera que ir a recogerlo. Saliendo de su posición pachorrienta sobre el regazo del menor, Tony se irguió y empezó a hablar, sin saber si lograría expresarse bien.

-La última vez que llevé a Peter al orfanato para el cumpleaños de Mary Jane, terminé pasando casi una hora hablando con Nébula, mientras Peter visitaba a Wade.

-Conozco a Wade, pero ¿quién es Nébula?- inquirió el rubio con curiosidad.

-Una niña que vive allí. Bueno, digo niña pero en realidad tiene catorce años, es una adolescente. Y bastante maleducada por cierto.

-Pobrecita, no debe ser fácil ser huérfana- trató de justificar Steve, siempre bondadoso.

-Seguramente no.- El moreno pareció sentirse un poco más cómodo hablando del tema, y se agarró del brazo de su novio antes de continuar.- De hecho, le pregunté a la directora sobre como llegó Nébula ahí. Fue terrible.

-Oh, Dios...

-Sus padres eran unos monstruos, unos salvajes, Steve. La chica tiene cicatrices en la cabeza, y el pelo corto y débil. Cuando supe eso, entendí por qué es tan desconfiada y agresiva.

-Querido, qué terrible- se conmovió Steve abrazándolo con fuerza, sintiendo sin conocer a Nébula una profunda empatía por ella.- ¡No puedo creer que haya gente tan perversa en el mundo! Pobre niña. ¿Y tú como terminaste hablando con ella? ¿Es otra amiguita de Peter?

-No. Yo ya la había visto un día que fui allí a hablar con Wade... estaba en el jardín, y la saludé y le compré un algodón de azúcar para ser amistoso.- Esbozó una sonrisa al recordar.- Fue grosera, pero aceptó el regalo y pude darme cuenta que, en el fondo, no es mala.

-Claro que no... solo debe estar muy dolida y confundida por lo que le ha tocado vivir.

-¡Sí, tal cual! Entonces, el día del cumpleaños de Mary Jane la saludé otra vez, y en lo que hablábamos apareció Peter, que nos terminó arrastrando a ambos a la fiesta.- Tony miró a su pareja a los ojos para ver como se estaba tomando aquella historia, y se sorprendió de ver lo muy conmovido que lucía Steve. El rubio lo besó despacio en la mejilla y lo apretó con más fuerza, como si supiera que necesitaba un abrazo para calmar los nervios que le provocaban esos recuerdos.

-Sigue, mi amor. Creo que aún no has terminado de decir lo que querías.

-¿Me prometes que no me mirarás como loco si te cuento todo?

-Te lo prometo. Adelante, dime en lo que estás pensando.

-Bueno- contestó al cabo de un largo silencio.- La verdad es que, incluso en el poco tiempo que he pasado con ella, he podido sentir algo. ¿Cómo decirlo? Empatía. Nébula es tan hosca, es una inadaptada, pero tiene algo que brilla con fuerza en ella. Me recuerda mucho a mí cuando tenía su edad... por lo irreverente, lo maleducada...

-¿Tú eras así de joven?- Steve tapó una sonrisa.

-Era peor, pero al menos tenía un lugar propio. Mi herencia, mis estudios, el viejo Jarvis que cuidaba de mí... ¿sabes que por él bauticé J.A.R.V.I.S a mi último proyecto?

-Sí, lo mencionaste una vez.

-Yo tenía un futuro asegurado, a pesar de todo. Perdí a mis padres pronto, pero al menos mientras los tuve fui feliz y aprendí mucho de ellos. Mis padres me amaban, y de cierta forma su amor es lo que hoy en día me ayuda a ser un buen padre para Peter. Pero Nébula... ella no tiene a nadie, su pasado es tremendo y su futuro es incierto. Y lo que he estado pensando, por loco que parezca, por apresurado, es que me gustaría...

OHANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora