◐Veintidos

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Joel quiere ir tras Erick pero Yoandri lo detiene sujetandolo de un brazo.

—Joey... —pronuncia con la voz temblorosa.

Joel voltea a verlo y nota que sus ojos están brillosos apunto de estallar en lágrimas.

—Lo siento, Yoandri —murmura con un nudo en la garganta, se suelta del agarre del Omega y sale corriendo con la misma dirección que su Omega tomó.

El bosque suele ser un poco confuso, aún cuando caminaste por el toda tu vida.

Los árboles parecen ser el doble de lo que recuerda, algunos hasta están en lugares donde habia solo tierra.

Aún así el Alfa corre por todo el bosque y mira en cada dirección.

Su corazón martillea su pecho desesperado.

Sus patas le duelen y sus ojos quieren llorar.

Joel no sabe donde buscarlo.

Sabe que Erick vive cerca de la cabaña del abuelo, pero no sabe con exactitud que tan cerca.

Su cabeza es un enredo en este instante. Aún no comprende a que se refería Erick exactamente cuando dijo que él era su Alfa, porque pudo decirlo por los últimos días que pasaron juntos.

Pero su corazón insiste en que se haya refirido a su lazo, el que la luna creó.

Busca cerca de los alrededores pero no lo encuentra.

Su lobo está muy triste y desesperado y aunque ya está anocheciendo tiene la esperanza de encontrarlo.

Se sienta sobre una roca a descansar. Mira arriba, al cielo estrellado.

—¿Por qué no me ayudas? —su voz suena cansada, enojada y sobre todo triste —Lo único que hice fue amarlo aún sin conocerlo —sus ojos llorosos mirando fijamente a la luna —y cuando lo conocí, lo amé aún sin conocer nuestro lazo. ¡¿Qué hice mal?! —cuestiona con rabia.

De pronto siente como su lobo se sacude en su interior, trata de decirle algo.

Ese aroma.

Se siente igual que el primer día. No podria confundirlo con nada.

Corre siguiendo a sus instintos. Persigue el aroma de su Omega hasta llegar a una pequeña y bonita cabaña.

Escucha algunos aullidos, casi se puede sentir el dolor que llevan.

Rodea la cabaña hasta estar en la parte posterior, cerca al río.

—Erick... —pregunta cuando lo ve —¿por qué lloras?

El ojiverde lo mira un poco asustado porque no lo esperaba. Sabia que Joel se encontraba cerca porque habia sentido su aroma pero no contaba con que su Alfa lo encontrara.

—¿Como...? —suelta empezando a temblar.

—Tú aroma —habla un poco orgulloso —lo seguí.

Es ahí donde Erick se da cuenta de que olvidó tomar supresores por estar escapando de Joel.

—Olvidé los supresores —dice más para si mismo.

—Erick... —pronuncia Joel con notable amor. Los latidos de su corazón más acelerados que nunca —Eres mi Omega —dice al acercarse más al ojiverde que está sentado sobre su roca favorita, cerca del río.

Erick baja la mirada por lo avergonzado que está. Joel es su Alfa y aunque no quisiera, tiene que respetarlo.

—Lo siento... —vuelve a pronunciar con su voz rota, poniendose de pie —tenia miedo... aún lo tengo.

El rizado envuelve a su pequeño Omega un sus brazos —Ya no temas ¿si? Yo voy a cuidarte.

Erick no puede evitar que las lágrimas salgan de sus ojos y comienza a llorar pengandose más al pecho del mayor.

No puede dejar de tener miedo, le asustan más cosas de las que podria contar.

—Perdoname —dice Joel separándose un poco para mirar su rostro —por lo que viste. Yo... pensé que no teniamos un lazo, tú y yo y... actúe tontamente.

Erick niega con la cabeza restandole importancia, lo que le preocupa ahora es otra cosa.

—No debí creer lo que Yoandri me dijo.

—¿Qué te dijo? —pregunta comenzando a ponerse nervioso.

—Que tú... —Joel lo mira fijamente a los ojos —ni siquiera vale la pena repetirlo.

—¿Q-qué yo ya tengo un... Alfa? —se atreve a decir.

—¿Escuchaste? —pregunta el Alfa porque no encuentra otra explicación.

"Basta de mentiras", grita Erick en su interior.

Ya fue suficiente dolor y tal vez él ya está cansado. De todos modos ¿que caso tiene ya ocultarlo? si cuando Johann vuelva Joel lo va a notar.

—Él no miente —dice bajito.

—¿Qué dices? —Joel ríe porque cree que está bromeando aunque claramente el rostro de Erick le dice lo contrario.

—Es cierto, yo... tengo un Alfa.

—Erick, yo soy tu Alfa —sujeta su rostro para que lo mire.

—Rompí las reglas —suena casi arrepentido —y estuve con otro chico.

—No es cierto —Joel se separa más, bruscamente.

—Por eso no te confese nuestro lazo desde el principio. Por eso he estado tomando supresores todo este tiempo.

Erick vuelve a llorar desconsoladamente y eso es todo lo que el Alfa necesita para perdonarlo.

—Ya no importa —vuelve a acercarse fingiendo sonreir. Fingiendo que no le duele tanto, si le está doliendo como el mismo infierno, pero tiene que fingir. —Lo importante es que estamos aquí, juntos.

—No... —vuelve a negar el Omega —es que tú no estiendes. Él es mi Alfa.

—No importa de lo que ese sujeto te haya convencido. Yo soy tu Alfa, la luna nos enlazó antes de nacer.

—Sigues sin entender. Yo quiero que él sea mi Alfa.

Es verdad, siempre ha sido asi, aunque ahora hasta el propio Erick duda de ello.

—¡Es mentira! —el rizado se niega a creerlo.

—Lo amo... —suelta sin más y Joel siente como su vida entera pierde el sentido.

Baja la mirada al suelo e inmediatamente las lágrimas inundan sus ojos.

Jamás habia creído que su lazo terminara en tan inmenso dolor.

—Lo siento Joel, no quería que sufrieras, por eso yo...

—Callate —dice el Alfa con tono duro —No sé como pude haberte amado tanto desde niño. No te mereces mi amor.

El corazón de Erick se rompe en el instante en el que escucha esas palabras.

Joel lo mira por última vez. Sus labios aún tiemblan. Se siente más que roto.

El Alfa da la vuelta y camina recto. Sólo camina, porque no es él quien está huyendo de su destino.

Lazos Rotos ◑Joerick◐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora