Lazos Rotos ◑Joerick◐

◐Treinta y tres

—Joel... Joel... — escucha que alguien le llama moviendo ligeramente su cuerpo.

Abre los ojos lentamente con un poco de sueño aún.

—¿Abuelo? —pregunta al ver al Beta.

—¿Donde está Yoandri? —pregunta el viejo con inquietud.

Es en ese instante en el que Joel apenas nota que el Omega ya no está a su lado.

Su corazón se precipita, como presintiendo algo malo.

Se levanta de la cama casi de un salto y llama al pequeño chico por su nombre varias veces rondando en la cabaña, pero no recibe respuesta.

—Voy a buscarlo —le dice al Beta sin voltear completamente —Le gusta ir a recoger flores temprano —explica con media sonrisa en su rostro, tratando de fingir que no está preocupado.

En cuanto sale de la cabaña, corre lo más rápido que puede con dirección a donde sabe que está.

Porque aunque Joel y Yoandri no tengan un lazo, su conexión es fuerte y conocen mucho el uno del otro.

Su dirección es el Acantilado.

Su respiración es agitada cuando deja de correr, al llegar.

Lo ve cerca del borde.

—Bebé... —murmura acercándose —¿Qué haces aquí tan temprano? Apenas está amaneciendo.

Yoandri voltea al escuchar su voz y Joel puede notar sus ojos hinchados y lágrimas recientes en su mejillas.

—Alfa... No debería estar aquí.

—¿Qué pasa? ¿Por qué estás triste? —pregunta comenzando a acercarse.

—¡No te acerques! —suelta el Omega con desesperación —Tienes que irte antes de que llegue.

—¿De quien hablas?

—Johann —susurra como si alguien más lo pudiera escuchar.

—¿Tu Alfa? —pronuncia con el nudo empezando a formarse en su garganta —¿Vas a encontrarte con él?

Yoandri lo mira fijamente y casi puede jurar que siente dolor en su voz.

No quiere mentirle a Joel si es la última vez que lo va a ver quiere ser sincero y despedirse bien de él.

—Yoandri va a irse con Johann.

—No... —su voz rota y la desesperación que se refleja en sus ojos inquietan al Omega.

—Alfa...

—No lo hagas por favor. No te vayas, —habla Joel empezando a quebrarse.

—Alfa... no llores —el Omega tiembla y se siente terriblemente mal por causar ese dolor en Joel.

—¿Lo quieres?

El Omega no se atreve a mentir pero tampoco a decir la verdad, así que se queda callado.

—¡Él no te quiere! —exclama Joel —tiene otro Omega y... y... —no se atreve a terminar.

—Lo sé... —murmura bajando la mirada.

Joel abre los ojos con sorpresa y por un momento no puede decir nada.

—¿Y aún así quieres irte con él?

—Yoandri debe hacerlo.

Joel nota algo en su voz y en su actitud también, es como un pedido de auxilio silencioso.