◐Veintisiete

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La culpa que lo invade de saber que su Alfa va a morir por su causa, no se compara a nada que antes haya sentido.

Es como si Joel estuviera muriendo lentamente y él tuviera la cura en sus manos pero no puede dársela.

Los días que pasaron le sirvieron mucho para reflexionar y despejar su mente y ordenar los sentimientos de su corazón.

Johann es demasiado importante para él, no es solo la persona que lo salvó, sino también es el Alfa del que se enamoró. Johan lo protegió todos estos años y más que agradecimiento, Erick está consciente de que siente más por él.

Joel en cambio ocupa un gran lugar en su corazón y aunque quiera mentirse, Erick sabe que lo ama. Y está bien porque es su Alfa no podría no amarlo.

Pero eso es todo.

Tal vez si hubiera conocido más a Joel, si hubiera convivido más tiempo con él, si no existiera Johann...

Joel podría tener a cualquier otro Omega, uno que no tuviera un lazo, claro. Y podría vivir una vida tranquila y feliz.

En cambio Johann solo tiene a Erick, él cree que es imposible que mire a otro Omega porque al igual que el ojiverde el Alfa se ha acostumbrado a él.

Siente la obligación de quedarse con Johann y aunque se repite que es lo que quiere, en el fondo sabe que no es así.

Pero tiene que convencerse porque si decide quedarse con Joel, sabe que eso va a terminar mal.

Johann es capaz de todo y ya se lo dejó muy claro.

Su cuerpo tiembla por el miedo que lo invade.

Está parado frente a la cabaña del viejo Beta y aún no se anima a golpear la puerta.

Respira hondo para animarse un poco.

"Es lo mejor y la única, última opción"  —se repite mentalmente.

Ya tomó una decisión la noche anterior.

Una vez el Beta le contó una historia demasiado extraña pero recuerda bien el final.

Aquellos lobos rompieron su lazo.

Necesita saber como lo hicieron.

Sin pensarlo más, forma un puño con su mano y golpea fuertemente la madera.

Unos segundos después la puerta se abre dejando ver al Beta.

—Erick... —murmura sorprendido —¿qué estas haciendo aquí?

—No quiero molestarlo, lo siento —se apresura en contestar —solo... solo quería preguntarle algo.

—No me molestas. Puedes pasar.

Cuando el abuelo y Erick ya están dentro de la cabaña, el Beta analiza un poco la expresión que mantiene el ojiverde.

—Te notas preocupado.

—Lo estoy —afirma —estoy muy preocupado por Joel.

—Su tiempo ya se está acabando, ¿verdad? Hasta la próxima luna llena, tal vez.

Erick asiente con la cabeza. —Yo le pedí que marcara a Yoandri pero... Joel no quiere, dice que él ya encontró a su Alfa.

—¡¿Lo hizo?! —suelta en tono preocupado.

—¿No se lo contó?

—No debió querer preocuparme...

—¿Preocuparlo?

—Erick, quisiera poder decirte todo lo que sé y ayudarte, pero no puedo...

—Claro que puede —muerde su labio inferior antes de continuar hablando —¿Recuerda la historia que me contó? —el Beta lo mira desconcertado —la del Alfa que rompió su lazo.

En el instante en que suelta esas palabras el Beta se hiela.

—No estarás pensando...

—Por favor —suplica con la voz temblorosa y sus ojos comenzando a cristalizarse —Es la única manera de salvar a Joel, por favor.

—Tú sabes que no es la única manera.

—Yo ya hice una elección —pronuncia con el nudo presionando su garganta —Elegí cumplir la promesa que hice al Alfa que decidí amar.

—Erick, estas rompiendo las reglas.

—Lo sé, y voy a cargar con todas las consecuencias que eso traiga. Pero no hay manera de que cambie de opinión.

El Beta agacha la cabeza decepcionado, hace 100 años habría jurado que no había amor más bonito ni lazo más fuerte que el de Joel y Erick, pero se equivocó.

La luna se lo dijo la última vez que habló con ella.

"Los lazos no se pueden romper, porque si se rompen traerían graves consecuencias cósmicas."

Y él creyó que exageraba, como siempre.

—No puedo decirte ese secreto, Erick. Ya causé mucho dolor.

—Yo no puedo dejar que Joel muera, por favor ayudame, abuelo —ruega al borde de las lágrimas.

El Beta niega una vez más y dos veces más el Omega vuelve a insistir.

—¿Si sabes que era solo un decir? —pregunta —lo de que aquel Alfa rompió su lazo —el ojiverde le presta más atención —En realidad el Alfa marcó a su Omega real y tuvieron un hijo.

—Usted dijo que aún amaba a su amiga, hasta la mató porque no la pudo tener.

—Si lo hizo, porque a pesar de que formó su manada fue infeliz por el rencor que guardaba.

—¿Entonces no hay una manera de romper un lazo?

—¿Nada va hacer que respetes tu destino, Erick? ¿Por qué te duele tanto tu lazo?

—¡Porque yo no lo escogí! ¡no escogí esta vida! —solloza —No voy a respetarlo.

El Beta desvía la mirada al ver que también está llorando.

—Tienen que subir a la cumbre de la montaña que está al otro lado del río a media noche, una noche de luna llena y... renegar de su lazo.

—¿Tienen?

—Joel y tú, si no lo haces con Joel no servirá de nada.

—Pero... ¿como...?

—¿Si sabes lo que vas a hacer, Erick? Nadie sabe las consecuencias que puede tener esto.

—Es lo correcto.

—¡Nadie jamás se ha atrevido a romper su lazo!

Erick retrocede asustado, jamás había visto al abuelo tan alterado.

—Lo siento... —murmura caminando hacia la puerta —voy a hacer lo que sea para salvar a Joel —abre la puerta y antes de salir deja en claro una última cosa —Él va a poder vivir aunque no marque a nadie, lejos o cerca de mí, pero va a vivir —limpia las lágrimas de sus ojos —Yo lo amo... no sabe lo que uno hace por amor.

Suspira triste —Lo sé —dice mirándolo a los ojos —me recuerdas a mí hace algunos años y no sabes cuanto me has decepcionado.

Lazos Rotos ◑Joerick◐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora