Capítulo 4

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Narra Tom

Flashback

Esos días en Londres fueron de mucho movimiento, de un lado para otro, para que Lore consiguiera el piso que quería. El primer día que se dedicó a mirarlos debimos visitar unos seis o así, no fue hasta que vimos el último que se decidió por ese nada más verlo. Era sencillo pero cómodo, dos habitaciones, un baño, un salón pequeño y una cocina, totalmente equipada, pequeño y agradable, así que el resto de los días los dedicamos a convencer al casero de que nos lo guarde, entendámonos.

Al volver de tierras inglesas Fabio tuvo que seguir con el mundial de motociclismo, por lo que hasta el parón de verano fue lo que hicimos los dos, de gran premio en gran premio en Europa, casi un mes de descanso que buena falta nos hacía a todos, Martine y Etienne no van siempre con él puesto que tienen que trabajar pero estas dos últimas si fueron, así que las vacaciones las vamos a agradecer los cuatro. Convencí a Lore para que me acompañe a Niza, que no muy segura ha aceptado, creo que teme lo que pueda pasar con mi familia pero si tenemos en cuenta que con mi hermano y mi sobrino se lleva bien y la han aceptado dudo que sea problema. Mañana cogemos el avión, este viaje es el primero que hacemos solos aunque Fabio y sus padres vienen en dos días, a pesar de que ellos vayan para su casa, como es lógico.

Tom: ¿Nerviosa?

Lore: un poco, esto es aterrador, no sé si me explico

Tom: ¿Por qué?

Lore: me ponen nerviosa los aviones, sé de sobra que es el medio de transporte más seguro pero me es inevitable y pensar que tendré que conocer a tu madre en algún momento no me ayuda. Sé que es tu madre, que a pesar de todo la quieres pero tú me importas lo suficiente y sé lo mal que lo pasaste

Tom-por estas cosas es que la quiero-: estate tranquila, llevas razón la verás aunque para caerles bien no necesitas mucho, con ser tu misma ya los ganas. Me acompañas, eso para mí ya es mucho-nos besamos

Lore: te quiero-seguimos a lo nuestro hasta que se fue a su casa, gesto que imité, ambos tenemos maletas que hacer

Al día siguiente llegamos a Niza por la tarde-noche. El encargado de venir a recogernos fue mi hermano, que muy amable se había ofrecido, nos quedaríamos con él no se vaya a liar las cosas antes de tiempo. Nada más poner un pie dentro Abel vino corriendo en nuestra dirección, en seguida me agaché para cogerlo, a lo que Lore lo saludó alegremente y este sonreía ampliamente.

Adam: estás en tu casa

Lore: gracias de nuevo-la pobre está muy cortada

XXX: habéis llegado-esa voz es de mi cuñada, que venía con el delantal puesto, señal de que está haciendo la cena-¿Qué tal el viaje?

Tom: bastante tranquilo

XXX: me alegro, ¿y esta chica tan guapa?

Tom: es Lore, mi novia. Lo, ella es Danielle, mi cuñada

Lore: encantada-se dieron dos besos y empezaron a hablar entre ellas

Danielle: antes de nada advertirte que tengas cuidado con estos tres, a veces no distingo quien es el pequeño y quienes los mayores-riendo, refiriéndose a Adam y a mí

Adam: si siempre nos portamos muy bien

Danielle: el niño el que más

Abel ya se había bajado, fue con ellas a que le dieran de cenar. Los primeros días pasaron tranquilos, paseos de aquí para allá, yendo a la playa, visitando los sitios que me vieron crecer entre ellos el cole, las pistas donde jugábamos al fútbol, le presenté a mis amigos de siempre, aparentemente la aceptaron. Aunque el día que más temía llegó, la comida en casa de mi madre, decir que estaba aterrado era poco pero decírselo a mi chica no ayudaría, se le notaban los nervios a kilómetros. A pesar de haberme negado a ir, mi hermano me convenció dado que palabras textuales "no puedes estar siempre evitándola" así que como ellos van todos los sábados a comer allá que vamos. El primero en abrirnos la puerta fue mi padre, menos mal.

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