EL PAPEL EN LA NEVERA

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–Me estaba preguntando cuando dejarían de hacer eso para por fin mirarme—dije al ver que en ningún momento de mi charla me pusieron atención.

Mis padres no eran conocidos por ser muy sensibles y sentimentales a ese nivel, hablando de lo que les correspondía por sus parentescos, claro.

Porque de algo si estaba segura era de que si le hablaban de negocios sabrían que hacer y no, que inversionista merecían el capital de verdad y quien no. En su papel de padres si se quedaron un poco cortos. Mi abuelo culpaba la educación de ambos a ellos. Y cuando digo ambos me refería a Denovan y yo. Él era más desprendido de todo ese rollo, aunque sabía que le molestaba la forma tan inespresiva en la que se nos dirigían. Tenía 12 años pero dejaba en claro sus intereses, ya sea sus amiguitos o esa estúpida consola, comprada solo con la intención de no verlo corretear por el resto de casa.

La vez que mi abuelo les había dicho que hicieran algo por nosotros además de pagar todo. Mi padre salió con la maravillosa respuesta de,  "Estamos ahorrando para un viaje a Europa, un poco de cultura les quitará lo idiotas".

Desde esa respuesta mi abuelo había aceptado por fin que mi padre no le seguiría la corriente nunca y que su coeficiente intelectual de padre había sido inexistente por habernos concebido tan jóvenes. Y que él pasar horas en un celular o una consola era lo de menos cuando habíamos sido engendrados con ese pensamiento tan ignorante y herrado.

—Que estaba pensando en invitar a Jared. Los únicos que lo conocen en realidad son mi abuelo y Denovan, y Denovan lo conoce porque el hermano de Jared es su compañero de salón.

Jared era mi novio de hace unos once meses, era mi relación más duradera hasta al momento y aunque nos llevábamos con calma todo no me había aburrido, y eso era mucho decir. Puede que en parte eran sus dotes en cierta parte de la relación. Desgraciadamente tengo que admitir que si no hubiéramos llegado a esa parte en tres meses, lo hubiera botado sin haber encontrado un diamante en bruto. Pero su habilidad se llevaba más de diez puntos, y a ese punto no me importaba con cuantas había prácticado para alcanzar ese nivel. Yo era la qué terminaba por disfrutarlas. Sin contar que era más que codiciado solo por su puesto en el equipo y bueno porque era atractivo. Por eso nunca faltaba la aficionada a terminar relaciones potencialmente ¿amorosas y con futuro?

Me quise reír de eso. Jared era ridículamente posesivo, tomaba mi teléfono celular con pretextos estúpidos solo para mirar mis chats y más de una vez insinuaba que no le gustaba la forma en la que vestía. Por supuesto nunca cambié nada, y él tuvo que aprender a morderse la lengua en mas de una ocasión. Nuestra relación no era muy funcional que digamos.

Ni siquiera era capaz de decirle «Te quiero» sin que para mí sonara ridículo. Y tampoco es que fuera el sentimiento tan fuerte que me produciera como para hacer el esfuerzo. La palabra deseo lo llevaba mejor, podía decir a ciegas que podría vivir con esa ruptura, aunque si le había tomado cierto cariño por algo estábamos todavía. Verlo todos lo días me hacía extrañarlo cuando no estaba y cuando él no me traía hasta la casa se sentía raro, también no hablarle sobre mi familia y sobre mí se me hacía tan extraño que sabía que la monogamia no era solo el único motivo de que siguiera en pie. También el hecho de haber accedido a presentárselo a mis padres era una señal. Quizá Jared, si era la relación estable que iba a desarrollar, aunque estable me sonaba tan deprimente para nuestra edad. Los que me conocían sabían que no era mucho de matrimonio y de hijos. En mis principales sueños nunca estaba.

—¿Ese chico que siempre te trae?—dice mi padre por fin cerrando su laptop—. Siempre me preguntaba porque no se presenta, tu abuelo me obligó a pedirle la bendición solo para comenzar a salir con tu madre.

Jared y yo ya habíamos pasado por ahí desde hace rato. Si supieran que cuando no están se queda en mi habitación les daría un ataque y eso que lo harían porque se supone que es lo que tienen que hacer como padres, porque sospecho que mi vida sexual no es algo realmente importante en su manual de cosas que aceptan o no de sus hijos.

EL QUERER DE UNA ILUSIÓNWhere stories live. Discover now