KARMA

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¿Qué mierda acabo de hacer?

— Lowell nunca podrá conseguir esto— Eso sonó convincente.

Sólo bastó eso para que su rostro volviera a la normalidad, y me sonriera, estaba más cegado con su triunfo masculino que no dio muchas vueltas al asunto, claramente ésta vez me cercioré de no tocarme el pelo y casi no parpadear, pero al parecer sólo Lowell había notado eso en mí.

Un suspiro por todas esas mentiras que salen de la cueva cuando se necesita de verdad, un suspiro por ese diablo de mi hombro que nunca se va, por que Dios enserio creí que mis neuronas no correrían tan rápido y me dejarían el limbo de infiel, el cual no estaba lista para aceptar.

Por que sí, también cuando se piensa se engaña, y yo se lo hice a Jared muy a mi pesar.

—Nunca— dice como si se quisiera convencer.

Yo también necesito convencerme.

Así que comienzo a buscar mi camisa, ya no necesito nada más de éste lugar.

Me bajo la falda y trato de organizar mi cabello en una coleta cuando la camisa está en su lugar.

Cuando estoy lista comienzo a caminar a la salida.

« ¿Aster a dónde vas?.

— ¿A mi casa?— digo como si eso no fuera obvio.

— ¿Y no vas a decir nada por lo que acabó de pasar?.

—¿Gracias?— Me río internamente por que si lo llego hacer se vuelve loco.

¿Qué mas quiere que le diga? ¿que con un orgasmo solucionamos todo?.

— Sabes que odio que me tomes por estúpido, dime que va a pasar entre nosotros— Gruñe.

— Nada, ya te dije lo que vamos hacer, tiempo es lo que te pedí y todavía está completamente en pie  esa idea.

— ¿Entonces que fue es...?

— En la fiesta escogí a Reese, ¿no es así?— lo interrumpo.

—¿Esto fue un juego para ti?— Frunce el ceño.

—Sólo fue algo que me demostró que estoy en lo correcto— Trata de hablar pero yo lo hago primero—Por cierto tienes que venir a ayudarle a Luis con el aseo, tu inmadurez tiene que ser pagada con eso por lo menos.

Antes de que pueda decir algo mas salgo del lugar.

Voy a la salida rápidamente y cuando estoy apunto de llegar veo a Luis limpiando unos vidrios de uno de los primeros salones, entro.

— Muchas gracias por dejarme quedar hasta tarde aquí—Le digo y es la verdad, sólo espero que no nos haya escuchado.

Se volteay me da una sonrisa— No hay de qué señorita Jones, no es la única que le gusta quedarse a aquí en el Instituto a las horas que no son después de todo.

— ¿A no?.

—No, el otro día muy temprano el Joven Miller me pidió el favor, dijo que el señor Fred lo había autorizado, lo mas chistoso es que nunca me mostró la autorización, pero no le puse atención por que normalmente se mete en ese salón y no sale hasta que ya es de noche.

Oh eso sí llama mi atención.

— ¿Puedo preguntarte que días viene?—Despreocupada o eso soné, cómo si estuviéramos hablando lo más normal.

Un punto a favor es que a Luis le encanta cotillear sobre las personas.

— ¿Temprano? sólo ese día, pero de resto por la tarde, yo diría que tres días a la semana, no puse atención a cuales, y no creo que tenga un horario fijo.

EL QUERER DE UNA ILUSIÓNWhere stories live. Discover now