DECLARACIÓN DE INTENCIONES

31 3 0
                                    

—¿Ya nos podemos ir?

Todo lo que había descubierto ese día me llenaba de miles pensamientos y sacaban sentimientos que tenía muy restringidos, cosas que no me permitía albergar dentro de mí por el simple hecho de que podía esto terminar mal. Ese sentimiento que tienes cuando sabes que algo no te conviene, una relación inestable, pero que te hace permitir cosas que hace mucho tiempo o que nunca habías sentido. Eso sentía con Lowell, era como el amor por lo dulce para alguien que sufre de diabetes. Lowell me hacía sentir, y eso no estaba bien.

Me quería proteger a toda costa de ese sentimiento tan embustero que era el...¿Amor? Solo maquinarlo en mi cabeza me recorría un escalofrío. Sabía la única forma de sacarlo era estar con él como lo quise desde el primer día. Eso lo sacaría por completo de mí. Me había encaprichado eso era, al igual que pasó con Jared. Y Lowell ya lo sabía, tal vez porque era más inteligente que yo, o porque yo qué sé. El punto es que él lo había descifrado y por eso no me lo daba, por eso me lo negaba porque yo lo iba a botar cuando por fin consumaramos ese apego tan primitivo que teníamos.

¡Eso era!

Lowell era mi nuevo capricho. Las ideas que me confundían era eso.

Él asintió.

—Déjame pago esto y ya salimos.

Cargando todos los discos que había escogido salió a buscar a su amigo imprudente.

—Lowell—lo llamé y mis manos comenzaron a sudar.

Él volteó y yo tarde en decir lo que quería.

—To find who's right and who's wrong— canté parte de la canción que el cantó la noche que nos besamos y él lo entendió, porque me regaló una de sus sonrisas más linda—. Ese es el disco que quiero.

Parecía feliz, como si le hubiera dicho algo que esperaba desde hace rato.

—Era el que iba a coger pero tú lo estás tapando— caminó hacia mí y yo me moví para que él lo tomara. Y así lo hizo.

—Te voy a dar todo lo que me pidas siempre. Odio no dártelo ahora pero cuando por fin lo hagamos te prometo, que te enseñaré y demostraré que no es lo más importante de una pareja. Sé que has aprendido a querer de esa forma y no está mal, yo también lo he hecho. Pero vamos a ser diferentes, quiero ser mucho más que eso para ti.

Me abrumaba que hablara así.

—¿Por qué?

—¿Todavía no lo tienes claro? Tienes el autoestima casi como el mío ¿y no tienes  ni la remota idea de que me gustas?—preguntó con una nota de incredulidad—. Lo sé desde hace días. Me gusta como hablas de algo que te interesa, también como luchas por lo que crees que es correcto, me gusta como te interpones a mí, me gusta porque desde que te conozco tengo ilusiones que había olvidado, ilusiones que me hacen querer tantas cosas...Me gustas, Aster— sus ojos no se quitaron de los míos en ningún momento y su respiración era quizá tan o más agitada que la mía al finalizar. Quería estirar la mano y atraerlo a mí y besarlo, besarlo con todo lo que tenía. Fundirme en él.

Pero no podía.

No sabía que había contenido el aire desde que vi el rumbo por el que tomaba. Dios, esta era la forma en la que siempre quise ser tratada pero son solo palabras, tengo que tener eso en en mente. Él no me quiere dar lo que todos los hombres me han ofrecido siempre, no hasta ahora, quiere darme sus ilusiones aunque las destruyamos juntos después.

¿Por qué es tan difícil?

Él está esperando una respuesta pero no se la puedo dar.

—Te espero en el auto, dile a tu amigo que fue un placer conocerlo.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jun 19, 2020 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

EL QUERER DE UNA ILUSIÓNWhere stories live. Discover now