NO ODIES AL JUGADOR, ODIA EL JUEGO

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En el carro fue un trayecto un tanto tranquilo, todavía recordaba el acuerdo mutuo que no fue cien por ciento consentido. Y todavía recordaba lo que él había dicho y lo que yo suponía que  quería dar a entender. ¿Qué quería decir exactamente cuando dijo que me hacía la desentendia? ¿Y qué fue eso de hablar sobre el día que me vio con Jared? Hasta ahora daba por hecho que íbamos hacer como si nada hubiera pasado.

Había soltado todo eso y se había subido a su auto como si nada.

Como odiaba que me confundiera, él era buenísimo en eso de llamar la atención y eso de hacerse el interesante. Pero una cosa si estaba medio segura era que él estaba hablando de la apuesta, también lo decía como si yo supiera.

Miley se quedó a esperar su pareja, no nos había dicho con quien iba. Tampoco mostré mucho interés por saber, tal vez al final de la noche se encontraría con el profesor de química.

Lowell no era precisamente devastador, así que cuando llegamos nos abrió la puerta y nos esperó a ambas. Ya afuera entrelazó sus brazos y caminamos como sus acompañantes, así fue como entramos.

Ya podrán imaginar la imagen, todos nos miraban, más porque todos me esperaban llegar con Jared. Todos esperaban que nosotros fuéramos los anfitriones que abriéramos la noche. Aunque él ya no era el capitán pareciera que eso no le quitara el peso en el instituto. Podría asegurar que su atención esa noche sería a él y no a Harry. Jared siempre fue tan prometedor como amante que todas podrían jurar que nadie se recuperaría si él les llegara a romper. Pero Jared era un rompe corazones innato sin proponérselo. Todas eran ilusas que pensaban que por fin se había enamorado, cuando todo era una farsa de lo lindo.

Bueno yo también le creí hasta cierto punto. Pero me abrumaba ser el centro de atención en esa ocasión, quería que se concentrarán en otra cosa aunque sabía que al final de la fiesta si que lo sería, lo estaba rogando y después me convencía y lo pensaba mejor, ya se acostumbrarían y desfrutarían de la velada sin tanto miramiento. Esa noche era muy esperada como para estar pendiente en la relación de un par de imbéciles. Además, lo menos que esperaba era su reacción. Yo la que quería era la de él.

Jared siempre se empeñó en no darme mi espacio, en celarme hasta con sus amigos, en evitar en lo posible que alguien me mirara. Pero lo que él no esperaba esa que en la noche que iba hacer para nosotros fuera con Lowell. Y con Reese.

Claro que él nos tenía que ver a los dos solos o si no le daría igual. Bueno no tanto porque no estaba a su lado. Su llavero de completamente, creo que eso fui para él. Algo de lo que fue para mí al comienzo.

Reese se fue al baño en el momento justo cuando entre tanto revoltijo distancié a Jared, apreté con más fuerza el brazo de Lowell y él lo captó de una, me tomó de la cintura y sin ser ni un poco sutil me susurró:

—Aquí comienza el juego—Su aliento fresco me hizo estremecer—. ¿Cómo haré para ganarte? Dices ser muy buena en eso de la seducción pero yo no he hecho nada y ya eres muy receptiva.

Tomé aire y también susurré, vi él momento exacto en el que Jared nos vio. Se le tensó la mandíbula y apretó la mandíbula.

—Tal vez podría demostrarte lo rápido que te convenceré de que no soy precisamente la más débil en ese punto— Vi a Jared caminar hacia nosotros—. Recuerda que para mi suerte las consecuencias no son tan visibles como lo podría ser para ti. Así que por esa razón yo no estaría tan convencida de ser yo exactamente la más receptiva. Para saberlo si tendrás que tener suerte.

EL QUERER DE UNA ILUSIÓNWhere stories live. Discover now