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PIERO

A penas Katia se entró a la habitación, la cosa comenzó a llorar. Lo tome en mis brazos y lo puse frente a mi rostro para que dar cara a cara con él.
Su llanto cesó, mire sus ojos con unas cuantas lágrimas y me sonreí al ver que tienen el mismo color de ojos que Katia.

- no debes llorar cosa, eres muy lindo para llorar. - el se rie - vamos a cocinar para tu madre, no queremos que ella tenga hambre.

Lo puse en su carriola, saque el sacó de mi traje y la corbata. Abrí los primeros botones de mi camisa y me remangue las mangas.
Me fui empujando la carriola, hasta la cocina, lo deje justo a mi lado y empecé a picar la carne y unas cuantas verduras. Lo miré observarme tan tranquilo, y me sonreí al pensar que esto de ser padre no es tan difícil.

- oye cosa, ¿A ti te gusta el fútbol? - lo miró.

- el no sabe de fútbol - me volteo y ella se sonrie. - aún es muy pequeño, aun nisiquiera habla.

- eso es por que no le estamos enseñando a hablar.

- eso es por que tiene solo 5 meses. - se rie.

- mañana vamos a salir, asi que quiero que te veas hermosa.

- ¿Y yo a que voy?

- vamos a ir hacer unos cuantos trámites, la cosa se va a quedar con mi madre.

- ¿Con tu madre? ¿Y eso? ¿Por que no lo vamos a llevar?

- por que a donde vamos, no es para niños. - le sonrió.

- ¿Y a donde vamos?

- iras a ver tu regalo de matrimonio - lo miró - y no es bueno que el valla.

- ¿Me va a matar? - la miró y me sonrió.

- ¿Por que siempre crees que te voy a hacer algo? - la miro de pies a cabeza - si tuviese que hacerte algo, no sería precisamente matarte.

- ¿A no? - tomo su cara y la miró fijamente.

- eres muy hermosa como para estar bajo tierra, tambien iremos a ver a alguien. - lo miró.

- ¿A quien?

- a tu padre. - ella me mira impresionada. - ¿Sabias que esta vivo?

- mi mamá dijo que el estaba muerto.

- muerta va a estar ella, bien.  Ahora mejor será que me dejes terminar de cocinar, se que debes tener hambre hoy  comiste solo un poco.

- ¿Como sabe que comí poco?

- que no sea atento, no significa que no me de cuenta de ti. aunque no lo creas se cada cosa que haces y usas por eso te hice mi esposa.

Me voltee a terminar de cocinar, mientras sentía su mirada penetrante en mi. Ella estaba llena de dudas, y tambien curiosidad, los pequeños sonidos que hace Benjamín es el único ruido que inunda la cocina.

De reojo la miré un par de veces, parecía perdida en sus pensamientos. Y no fue hasta que Benjamín se puso a llorar que el silencio  entre los dos  se vió interrumpido una vez más.

- no quiere que lo cargue - me mirá - tal vez quiere que tu lo cargues.

- ¿Yo? - la miro - ¿Y eso?

- tu eres la segunda persona que más ve, aparte eres su papá y el que lo hace reir. Si estaba llorando es para llamar la atención tuya, déjame terminar eso a mi.

Ella me entrego a Benjamín, para que lo cargue como ella lo hace. Su pequeña cabeza se apoyo en mi hombro izquiero y mi mano derecha se poso en su mollera.
La miré a ella cocinar tan tranquila, y solo me sonreí al verla sonreirse, como si estuviese recordando algo en su mente.
Si alguien me hubiese dicho que ella sería mi esposa, y que me gustaría tanto como lo hace en este minuto. Jamás la habría dejado entrar a mi casa, mis planes no eran esos, y ella cambió toda mi vida.
No quería una familia, no quería un hijo. Sin embargo sin que ella lo sepa, es lo más importante que tengo en esta vida.

En pocos minutos estuvo lista la cena. Ella preparo la mesa de centro que estaba en la sala y nos sentamos a beber una copa de vino mientras comemos algunas cosas.

- ¿Por que?

- ¿Que cosa? - la miró.

- ¿Por que nos casamos? - dice mirando a Benjamín.

- por que - la miró y me sonrió - por que me gusta protegerte, por que no me tienes miedo, por que eres valiente, por que me tratas como una persona normal, por que eres muy obstinada, por que me haces reir aunque no lo sepas, por que me diste un hijo - me quedo en silenció y la miró - y por que me haces sentir humano Katia, me haces sentir una persona normal, contigo no tengo que fingir ser algo, contigo puedo expresar lo que siento, por que eres la unica mujer que se ah preocupado de sanar mis heridas. Por eso te elegí de esposa. - tomo la mano de nuestro hijo. - por ti y la cosa, ahora tengo un motivo para llegar a la casa cada dia.

- ¿De llegar? - me mirá - no debes pensar que vas a llegar, es tu obligación hacerlo.

- no debes tener miedo, siempre vas a estar segura. - le sonrió.

Ella me miró y solo me dió una tímida sonrisa, tome su mano y con delicadeza le dí un pequeño beso en esta.
Las horas pasaron rapidamente, charlando y riendonos, disfrutando simplemente de la compañia del otro. Puedo decir con certeza que las veces que eh compartido con Katia, así son los mejores momento de mi vida, en donde de ser el dueño de un imperio mafioso, solo paso a ser un hombre normal, donde no tengo una etiqueta.

Cuando dieron las 4 de la madrugada, ambos nos fuimos a la habitación, Katia acostó a Benjamín en medio de ambos. La mire detenidamente entre la oscuridad de la habitación, solo siendo ella iluminada por luna.
No se si serían las copas de vino, o que simplemente ella se siente comoda conmigo, esperó que sea lo segundo. Pero la mire dormirse tranquilamente junto a nuestro hijo.
Quiero dormir, lo intento. Pero me gusta disfrutar esta sensación, quiero vivirla cada segundo sin miedo, quiero ser amado por ellos y tambien quiero ser el lugar seguro de ambos. Pues ellos son amados por mi, y Katia es mi lugar seguro en esta vida.

Esclava Del AmorМесто, где живут истории. Откройте их для себя