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KATHIA

Desperté por la mañana al sentir la cama vacía a mi lado. Al abrir los ojos lo primero que ví, fue a Piero arreglado con su ropa de trabajo paseando a Benjamín, su mano acariciaba suavemente la cabeza de nuestro hijo, mientras nuestro bebe tenia sus ojos llorosos y su mano en la boca.

- buen día - el se voltea y me sonrie.

- buen dia, ¿Como dormiste?

- muy bien - le sonrió - ¿Que hacen despiertos tan temprano?

- la cosa despertó llorando hace como una hora, no se ah vuelto a dormir. - me sonríe - creo que tenia una pesadilla.

- ¿Quieres que lo cargue? - el toma su camisa del día anterior y me la lanza.

- primero vístete mamá - se rie.

Me abotone la camisa con rapidez, a penas estaba cubierta el me dio a Benjamín y en cuestión de minutos se durmió tranquilo en mis brazos. Piero me miró un tanto serio, quizas cuanto lleva intentando lo mismo, a penas dejé a Benjamin en su cuna, el me sentó en sus piernas.

- ¿Que debes hacer hoy? - lo miró.

- debo ir no muy lejos, luego en la tarde soy de ustedes ¿Si? - me sonríe.

- bien - le sonrió - quiero que hagamos algo los tres juntos.

- entonces intentaré llegar temprano. - me sonrie - te deje el desayuno listo, solo debes servir el café - me besa.

- no vas a comer conmigo. - el me kira y se sonrie.

- no mi reina, quiero llegar temprano asi que debo irme luego. - me besa - pero juro que luego te compenso, me llamas cualquier cosa. ¿Si?

Le di una sonrisa, bese sus labios y lo miré irse hasta la salida de nuestra casa. Me fui a dar una ducha, y me cambie por un pantalón corto de jens y una camiseta de tirantes de color naranja.
Puse a mi hijo en su carriola, para irnos los dos a la cocina. Encendí el televisor como cada mañana, puse el sonido bajo para no despertar a Benjamín, y mientras veo una pelicula, disfruto del desayuno que me preparó mi esposo.

Disparos se escucharon por todo el jardín, provocando el llanto de Benjamín. Lo tome en mis brazos y me fui corriendo hasta la habitación en donde dormiamos al principio, cerré la puerta con seguro y le marqué a Piero asustada.

*Llamada*

- mi reina, ¿Que pasa? ¿Necesitas algo?

- es que hay...

Empezaron a disparar a la puerta, deje caer el teléfono y solo me dedique a apretar mas a mi cuerpo a Benjamín quien ahora lloraba a mares. La puerta cedió unos segundos más tarde y un hombre muy parecido a mi esposo entro, el me miró y luego a Benjamín.
El intento arrebatarme a Benjamín, luche con él lo mas que pude. El me apunto con su arma y el sonido me dejo sorda, cai al piso segundos mas tarde solo logrando ver la silueta de ese hombre llevandose a mi bebé.

PIERO

Los disparos al otro lado del telefono provocaron que mi corazón se detuviera de un segundo a otro. Rápidamente di la orden de que el automóvil diera la vuelta para ir a casa lo mas rápido posible.
El viaje fue un trayecto corto, pues no estabamos tan lejos. Al llegar, lo primero que note fue a todos los guardias que rodean la casa en el piso. Baje corriendo del auto la mesa estaba servida, la carriola de mi hijo tambien. Busque en cada habitación hasta que en el piso de la habitación que le di a Kathia cuando llegó, la pude encontrar.
Ella estaba boca abajo con un charco de sangre a su alrededor. Busque de reojo a Benjamín, pero el no se encuentra en ningún lugar. La tome en mis brazos y la cargué hasta nuestra cama mientras gritaba pidiendo un doctor. Levante su polera e intente cubrir la herida para que no pierda mas sangre.
Dos de los hombres que me estaban acompañando llegaron corriendo junto a mi, se detuvieron al ver a mi esposa herida y les hice seña de que se acerquen.

- busquen a mi hijo lo quiero vivo y sonriendo, quiero saber quien hizo esto. Y quien lo haya hecho, va a sufrir las consecuencias de sus actos.

- si señor.

- y llamen a un doctor, ahora lo quiero aqui en 5 minutos.

Ellos se fueron, me levante a buscar al baño un botiquin que alguna vez le deje ahí, e intente sacar la bala sin hacerle mas daño.
Pasaron unos minutos y el doctor que trabaja en los galpones llegó, el sano y limpio la herida y mando a buscar sangre para una transfusión.

- la señora estará bien, la bala no fue muy profunda - me mira - solo no debe hacer esfuerzos, despertará en unas horas.

El puso las bolsas con sangre, me senté a su lado y tome su mano delicadamente. No debí irme y dejarla sola, debí quedarme en casa hoy, tal vez debí ser mejor esposo y padre. El doctor salió de la habitación, debo hacer una casa mas segura para ellos.
Los hombres que salieron a buscar a Benjamin volvieron con un papel en sus manos, me lo dieron y en la hoja claramente estaba el logotipo de mi padre. Me levanté más serio de lo usual, si el cree que va a dañar a mi hijo e intentar matar a mi esposa y quedar feliz viviendo, es por que parece ser que aun no sabe lo cruel que puedo llegar a ser.

- quédense aqui con el doctor - los miró - nadie toca a mi esposa mas que él, si tienen que morir por salvarla lo harán. ¿Entendido?

- si señor.

- voy a traer a nuestra cosa a casa - me arrodillo a su lado- te lo juro mi reina, así aunque solo vuelva él, traeré a nuestro hijo.

Me levante, la miré por ultima vez y me fui caminando hasta mi auto. Subí al asiento en el que estaba hace una hora atrás y nos fuimos directo a la casa de quien fue mi progenitor.
A pesar de ser un trayecto un tanto largo, creó que jamás en mi vida lo había sentido tan corto. De demorarse una hora, paso a ser solo 30 minutos. En donde pense mil posibilidades de como hacer pagar a mi padre por lo que acaba de hacer.

Miré a los hombres que rodean sus muros dispararle a nuestros autos, y como desde los mios les disparan a ellos, ví a mas de algunos caer de las grandes torres de control, y al final pude notar la gran casa en donde alguna vez viví, antes de que el nos sacará a la calle.

- señor esperamos ordenes, los altavoces de los demas estan encendidos. - lo miró.

- maten a todos, no quiero a nadie vivo - ellos asienten - y quiero a mi hijo aqui vivo y sonriente, si por algún motivo yo no sobrevivo mi hijo debe llegar con su madre sano y salvo.

- si señor.

- una cosa más - ellos me miran - si mi hijo esta fuera de la casa y en un lugar seguro - los miró - exploten todo este maldito lugar, muera quien muera. Si uno queda atrás, el otro avanza, siempre llevando a Benjamín sano y salvo.




Esclava Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora